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Red Internacional
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Contra la represión. Galiza: organizar la solidaridad con Catalunya, por nuestras libertades y derechos sociales

En Galicia se han realizado algunas acciones de solidaridad y hubo cargas policiales contra manifestantes que repudiaban la presencia de Vox en Vigo. Es urgente organizarse y unir fuerzas para luchar contra el Régimen del 78.

Martes 29 de octubre de 2019

Foto: ID

En galego

La sentencia a los presos políticos del procès catalán desembocó en dos semanas de protestas masivas. Millones de personas tomaron las calles en repudio a la brutal sentencia que condenó a penas de hasta 14 años cárcel por “sedición” a políticos y líderes sociales independentistas.

Decenas de miles de personas ocuparon el aeropuerto de El Prat el día que se conoció la sentencia, cientos de miles caminaron hasta Barcelona con las “marchas de la llibertat”, tres días de huelga estudiantil, una huelga general el 18 de octubre convocada por dos sindicatos de izquierda (IAC y CSC) con un seguimiento de 2,5 millones de personas. Y suma y sigue. Las protestas continuaron este fin de semana y se prevé que continúen en los siguientes días, cuando está comenzando la campaña electoral del 10-N.

Al igual que fue masiva la movilización del pueblo catalán también fue masiva la represión del Estado: alrededor de 600 heridos, 8 de ellos con la pérdida de un ojo por el uso de pelotas de goma -prohibidas en Catalunya-, cargas brutales por parte de los Mossos de Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, más de 300 detenidos y ya casi 40 presos políticos catalanes.

A esto se le suma una campaña de criminalización de la protesta social realizada por los medios de comunicación españoles, tanto privados como públicos, un bombardeo de información victimizando a la policía y normalizando una infame sentencia judicial contra todo un pueblo que quiere decidir su futuro. Un discurso que blanquea a la extrema derecha y a partidos como Vox, que permite su consolidación y crecimiento y que oculta las agresiones sufridas por los colectivos de izquierda en Catalunya y en el resto del Estado, como en el caso del bombero de Vigo agredido o la represión a la manifestación antirrepresiva en Madrid, mostrando que la sentencia del procès no es un caso aislado.

Se trata de un antecedente gravísimo que está dirigido a la criminalización de la protesta social y la represión por parte del Estado, en un período donde los vientos de una nueva recesión ya están presentes y el gobierno saliente de las urnas tendrá que prepararse para realizar el ajuste económico que le impone las élites económicas.

Muestras de apoyo y solidaridad se sucedieron en Euskadi, Madrid, Zaragoza, Burgos, y en otros lugares del Estado español. En Galiza, se realizaron dos concentraciones en las siete ciudades gallegas convocadas por la plataforma Galiza con Catalunya, donde están presentes diversas organizaciones sociales y de izquierda. El pasado jueves 24 se produjeron cargas policiales contra manifestantes antifascistas que protestaban por la presencia de Vox en Vigo. Pero aún no existe una verdadera coordinación y organización de un movimiento que sea capaz de sacar a las calles a más de unos cientos de personas en cada ciudad.

Consideramos, sin embargo, que las fuerzas mayoritarias del nacionalismo de izquierda gallego no están respondiendo con la intensidad necesaria ante la gravedad de los hechos. El BNG y la CIG, el principal sindicato gallego, tienen la capacidad para llamar a las movilizaciones a millares de personas que sean una voz alta y clara en Galicia que se escuche en todo el Estado contra la represión, por el derecho de autodeterminación y en defensa de las libertades democráticas. Es hora de que acaben con su pasividad e impulsen verdaderamente a la movilización en las calles.

Por eso proponemos que se realicen asambleas en las universidades, las escuelas y los centros de trabajo, para organizar la solidaridad con el pueblo catalán, especialmente con las y los millares de jóvenes combativos que están enfrentando con valentía la represión, y que están hartos de vivir en un estado donde no se les permite decidir sobre la independencia, pero tampoco sobre ninguna de las cuestiones que les afectan. Una juventud maltratada por los bajos salarios, la precariedad, el alto precio de la vivienda, asfixiada por una situación económica que sigue siendo insostenible años después de habernos vendido que ya estábamos entrando una “recuperación” económica.

El pasado año alrededor de 8000 estudiantes universitarios gallegos votaron contra la Monarquía y por la apertura de procesos constituyentes como parte de un movimiento de referéndums en más de 50 universidades con 100.000 votos contra la monarquía, lo cual expresa la indignación contra el Régimen antidemocrático del 78 en una parte importante de la juventud. La única manera que tenemos de conseguir estos objetivos es organizamos y movilizarnos en las calles, en las universidades, institutos y centros de trabajo.

Por un programa y estrategia de independencia de clase

La izquierda neorreformista española de Podemos, Izquierda Unida y ahora Más País, ya renunció a defender los derechos democráticos del pueblo catalán, integrándose completamente en el Régimen y defendiendo una constitución que fue votada hace 40 años bajo la amenaza de un golpe de estado militar y donde ganó el “NO” en Euskadi y Catalunya. Una constitución que fue cambiada sin consultar a nadie por el PSOE y el PP para modificar el artículo 135 y priorizar el pago de la deuda frente al de los servicios públicos, pero que es intransigente a la hora de negar el derecho de autodeterminación y nuestros derechos sociales, vulnerados una y otra vez por gobiernos al servicio del gran capital.

No podemos dejar de lado a la juventud y la clase trabajadora catalana que se moviliza por sus derechos y comienza a desconfiar de su propio gobierno que manda a la policía autonómica a reprimir. La juventud gallega trabajadora tiene el derecho y la responsabilidad de salir a las calles y exigir el respeto a la libertad de expresión y reunión, el derecho de autodeterminación de nuestro pueblo y del resto de los pueblos del Estado, una enseñanza y una sanidad de calidad, condiciones de vida dignas para la juventud precaria que no puede pagar el alquiler y tiene salarios de miseria, entre otras demandas. Luchemos por nuestro derecho a luchar para vivir en una tierra mejor, libre de toda explotación y opresión.

Por eso en estas elecciones generales del 10 de Noviembre llamamos a hacer un voto crítico a la CUP en Catalunya, que está haciendo un balance de su estrategia fallida de “mano extendida” en lo nacional con la burguesía catalana y es la única fuerza que actualmente plantea claramente que no va a apoyar un gobierno del PSOE. En Galiza y en el resto del Estado llamamos a un voto nulo ante la falta de una alternativa de izquierda verdaderamente coherente con el derecho de autodeterminación del pueblo catalán e independiente de los partidos del Régimen. Un voto nulo por Catalunya y contra la represión.

Luchamos por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, con la nacionalización de los sectores estratégicos, como energía, banca, transporte y telecomunicaciones, por el derecho de los pueblos a su autodeterminación, por la reducción de la jornada laboral y aumento del salario mínimo, entre otras medidas sociales y democráticas. Y creemos que la única forma de conseguir estas y otras demandas sociales es mediante la movilización social y obrera, y luchando para que realicen procesos constituyentes en todas las naciones del Estado, con la perspectiva de un gobierno de la clase trabajadora.

¡Amnistía de todos los presos y presas por luchar!

¡Por el derecho de autodeterminación de los pueblos!

¡Por la apertura de procesos constituyentes para decidirlo todo!

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!