Entramos en la quinta semana de conflicto universitario, y el saqueo se generaliza en cada anuncio del gobierno. Hoy en Plaza de Mayo tenemos una interestudiantil que puede ser un punto de quiebre
Jueves 6 de septiembre de 2018 20:25
Foto: Enfoque Rojo
En los últimos días el conflicto educativo se fue extendiendo con el comienzo en todo el país de asambleas interfacultades en Córdoba, Rosario y Neuquén entre otras. Hoy se prepara la de Capital con estudiantes de la UBA, secundarios y terciarios en Plaza de Mayo.
A la par, el Gobierno Nacional de Macri, los provinciales del PJ, el FPV y Cambiemos, pero también los especuladores y empresarios nacionales y extranjeros, se preparan para la frutilla que pide el FMI: el presupuesto nacional de 2019. El cierre de los ministerios, los anuncios de Macri hablando de vivir sin pasarnos de lo necesario para sobrevivir y sus ’’ganas’’ frustradas de pagar los salarios que se piden, son la respuesta clara para los cientos de miles de estudiantes, docentes y demás trabajadores que en todo el país nos organizamos contra el plan de ajuste.
Es claro. Mientras un puñado de esta sociedad festejaron la devaluación de la semana pasada y se fugan 400 millones de dólares en días, a Ismael, con hambre y 13 años, lo revientan en el Chaco de un tiro en el pecho.
Estamos viviendo un saqueo y se ven sus ganadores y perdedores. También a lo que está dispuesta la clase dominante para llevarlo adelante y eso que recién estamos en el principio. Es la misma que estuvo dispuesta a cargarse 30 mil en la dictadura, hambrear a millones con Alfonsín y reventar todo por los aires en 2001.
En este plan, el Gobierno no está solo. Cuenta con la incalculable ayuda de los “dadores de gobernabilidad” explícita: la CGT que al saqueo le contrapone un feriado, los gobernadores, y toda la oposición de papel, que quiere esperar a 2019 cuando solo quede despejarse de la vista el vaho humeante de un país en ruinas.
Se ve en cada lucha que el kirchnerismo, en términos amplios (sea La Cámpora, Nuevo Encuentro, Patria Grande/La Mella), se encarga de intentar sepultar la bronca, cuando empieza a mostrarse una fuerza activa que se predispone a enfrentar ahora al saqueo. Se ve en los sindicatos como el del Subte, en telefónicos, en el Estado, en la búsqueda desesperada por garantizar la NO coordinación de las luchas.
En el conflicto educativo los ejemplos abundan en todo el territorio nacional. Se vio en el intento frustrado de boicot abierto de La Mella a la asamblea interfacultades de Rosario, mostrando una enorme potencia estudiantil contra la burocracia en los centros de estudiantes.
Se vio en los terciarios de la capital, donde de manera coordinada con las autoridades se tiran en contra de las tomas de los institutos como pasó en el Joaquín V González.
En las universidades del conurbano los pibes y pibas “para la liberación” no impulsan ningún espacio de participación. Lo mismo hacen los gremios docentes como FEDUBA que intenta que su federación nacional CONADU acepte la propuesta salarial de Macri. Justo, justito, cuando en todo el país el movimiento estudiantil empieza a estirar los músculos.
Solamente quienes tengan una gran confianza en el capitalismo pueden darse el lujo de intentar convencer a millones de esperar. Pero no se puede esperar nada de este orden social que, sobre la base de la opresión y la explotación de la gran mayoría de la población mundial y la muerte de millones, garantiza la vida privilegiada de una ínfima minoría. Hacerlo nos llevaría a la condena más segura de todas.
Nada ayuda más a la derecha, a Macri y al gran capital que una buena tajada de discursos de lucha, marchas que descompriman y tweets combativos, pero sin cuestionar la sociedad a la que nos quieren confinar como algo naturalmente dado.
Y esa es una pelea clave en la interestudiantil de Plaza de Mayo. La pelea por el surgimiento de una potente juventud anticapitalista, que vea la pelea educativa como una más de las peleas contra este sistema. Que tenga como perspectiva su alianza con los trabajadores que quieren enfrentar el ajuste.
Nosotros no vamos a naturalizar la muerte de chicos por pedir para comer, ni que la historia se repita como un bucle, pagando la crisis siempre los mismos.
Sabemos que la fuerza que mostramos en la calle, unida a la de los trabajadores y a todos los sectores que enfrentan este saqueo hoy, es la que puede enfrentar a los garantes de esta sociedad de miseria, más allá de los gobiernos, para que la plata no vaya a la deuda ni se fuguen nuestro futuro…y nuestro presente.
Ese impulso es el que nos proponemos desde la Juventud del PTS y las agrupaciones que en todo el país impulsamos con cientos de compañeras y compañeros independientes. Esa es la pelea que podemos dar si identificamos claramente enemigos, aliados y nos armamos para vencer. Que la crisis la paguen ellos, depende de todos nosotros.