Recientemente se aprobó la despenalización del aborto hasta las doce semanas de gestación en la entidad de Hidalgo. Está conquista deviene de la lucha que durante décadas han dado las mujeres, y es un paso enorme para fortalecer nuestra movilización a nivel nacional.
Jueves 1ro de julio de 2021
Cabe preguntarnos: ¿Es suficiente la despenalización? o ¿Debemos pelear por la legalización en todo el país?
En diversos diarios de hoy se puede leer “Hidalgo conquista la despenalización hasta las doce semanas”, tras la iniciativa de Reforma al Código Penal y a la Ley de Salud para la Interrupción Legal del Embarazo, que presentaron este lunes los diputados locales de MORENA.
El arcaico Código Penal, previó a dicha reforma, mencionaba: “El aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la preñez”.
Te recomendamos leer: ¿Qué pasa con el derecho a decidir de las mujeres en México?
Claramente esta medida fortalece el movimiento de mujeres, pues es una muestra de que podemos avanzar ofensivamente por nuestro derecho a decidir. Necesitamos unir fuerzas a nivel nacional para tomar está bandera entre trabajadoras y estudiantes, en cada centro de trabajo, estudio y estado a lo largo y ancho del país.
Este derecho que arrebatamos las mujeres en Hidalgo es producto de nuestra lucha y movilización por décadas enfrentando los mandatos patriarcales que reproducen la ultraderecha y los grupos oscurantistas, los famosos “pro-vida” con el aval de las Iglesias. Es por eso por lo que no se trata de una concesión de MORENA.
Recordemos que, en las pasadas elecciones, MORENA no fue una alternativa para un grueso sector del movimiento de mujeres, que ha hecho una experiencia luchando contra su negativa a avanzar a nivel nacional con el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. A pesar de que tenía la mayoría del Congreso, fueron repetidos los intentos del actual partido en el poder para someter nuestros derechos a consulta popular, confirmando que los dirigentes de la 4T opinan que sobre nuestros cuerpos pueden decidir “popularmente”.
También hemos vivido la criminalización de nuestras movilizaciones y las declaraciones misóginas del presidente AMLO, ante los cuestionamientos por el incremento de la violencia feminicida. No fue casual que, las elecciones del 6 de junio fueran precedidas por agendas que se pintaban de violetas, cuestión que nos dejaba ver cómo los partidos políticos del régimen se montan en nuestras demandas para usarlas como botín electoral. ¿Buscará MORENA recuperar el terreno perdido en las elecciones, a través de ciertas concesiones al movimiento de mujeres?
Te puede interesar: Candidaturas de mujeres: desmantelando algunos mitos
Despenalizar o legalizar ¿Son lo mismo?
Un debate importante que atraviesa la pelea por el derecho al aborto se enmarca en dos preceptos: ¿Basta con la despenalización? ¿Debemos avanzar con la legalización?
La despenalización es un avance progresivo ante las leyes anti-aborto y las medidas punitivas que criminalizan con severas penas. Sin embargo, no garantiza que no haya riesgos, ni condiciones insalubres y abre la posibilidad de hacer negocio con nuestro derecho. Esto porque el Estado no asume la responsabilidad de enfrentar esta problemática como una cuestión de salud pública, que requiere de educación sexual integral en todos los niveles educativos, anticonceptivos irrestrictos y presupuesto para garantizar, sin ningún impedimento, los procedimientos que permitan garantizar nuestro derecho a decidir.
El ejemplo de la Ciudad de México demuestra que no basta con tener algunas clínicas de ILE gratuitas, en las que se te destinan una pastilla para hacerte el procedimiento en tu casa, empujándonos a distintos tipos de riesgos, mientras se te obliga a firmar que deslindas responsabilidad a la institución.
Entonces, solo plantear despenalización nos lleva a dejar fuera a las mujeres pobres, con vidas altamente precarizadas, mientras que la legalización implica que el aborto se realice en todos los hospitales públicos, incluyendo está práctica como un derecho integrado en la seguridad social.
“La legalización contempla la despenalización, pero la despenalización no garantiza necesariamente que sea legal y por ende, una responsabilidad del Estado”
Esta conquista en Hidalgo, debe ser el motor para potenciar nuestra lucha en las calles. Necesitamos seguir avanzando en desarrollar nuestro movimiento, logrando nuestra independencia política para construir una alternativa que represente nuestros derechos desde una perspectiva de clase, y así poder hacerle frente a este sistema patriarcal y capitalista hasta ganar todas nuestras demandas.