Con un decreto publicado este lunes, el Gobierno oficializó el pago por única vez pesos para estatales. Un bono que además de insuficiente, no todos cobrarían.
Lunes 26 de agosto de 2019 11:39
Imagen: Freepik.
Después de la fuerte derrota del gobierno en las PASO y la posterior corrida cambiaria que devaluó el peso en casi 30%, Mauricio Macri anunció una serie de medidas de tinte electoral.
Una de ellas fue el pago de un bono por única vez de $ 5.000 para los trabajadores de la administración nacional. El mismo se cobrará el primer día de septiembre.
Este lunes se publicó el decreto oficial que otorgará el aumento a Aviación Civil, Biblioteca Nacional, ISER, Fondo Nacional de las Artes, Instituto Nacional del Teatro, talleres gráficos del ministerio de Educación, comando de transportes navales, Vialidad Nacional, Anses, entre otros.
La medida, de todas formas, ni siquiera entra en la categoría de “paliativo”, dado que el peso se devaluó casi un 30% con las recientes subas del dólar. La consecuencia de la suba del dólar fue una inmediata remarcación de precios por parte de grandes supermercadistas. En ese marco, algunos analistas ya sitúan la inflación en 50 % para todo el año.
A eso hay que añadir que el salario estatal es el que más viene cayendo desde hace años. Y que en el Estado la precarización y los contrato basura son regla, por lo que miles de trabajadores no cobrarán el bono.
Como contracara, entre los sectores que se benefician con el dólar alto están los especuladores financieros, los bancos, grandes empresarios y exportadores, que vienen haciendo millones. Con la última devaluación registraron ganancias de miles de millones de pesos.
En estos meses de transición política y crisis económica, cuando los empresarios ya declararon la guerra a los trabajadores, la política de las centrales sindicales de “no agitar el bote” es un verdadero crimen contra las condiciones de vida de millones de trabajadores
Es necesario organizar una respuesta a la altura del ataque y exigir a la dirigencia sindical que comienza a organizar desde ahora un paro general que paralice todo el país, para evitar que la crisis la paguen los trabajadores y que recaiga sobre quienes la generaron: los grandes empresarios.