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Red Internacional
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Basta de pasividad. Ganó Milei: ¿qué van a hacer la CGT y la CTA?

La derecha ganó las elecciones presidenciales. Además de voto ideológico, pesó el malestar con el gobierno por el ajuste. Las cúpulas de la CGT, la CTA y las organizaciones sociales oficialistas apoyaron la campaña de Massa agitando el peligro de un triunfo libertario para los derechos, salarios y convenios. ¿Qué van a hacer ahora? ¿Se van a declarar en estado de alerta y convocar asambleas? Por sí o por no, señores. Lo que propone la izquierda.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Lunes 20 de noviembre de 2023 11:04

Este domingo Javier Milei y Victoria Villaruel ganaron el ballotage. Lograron capitalizar no solo el histórico voto de la oposición de derecha y el gorilaje, sino también el malestar de un sector de la clase trabajadora con los ajustes y el empobrecimiento que han logrado los últimos gobiernos del peronismo (y también macristas, aunque LLA ahora intenta ocultarlo).

Ese triunfo es un alerta. Llega al poder una fuerza política que ha confesado abiertamente que abraza las ideas neoliberales, elogia el gobierno de Menem, promete flexibilizar y privatizar, y niega el genocidio de la dictadura. También es cierto que su triunfo, aunque más holgado de lo esperado, no expresa una adhesión de todos sus votantes a todo su programa, y se vio favorecido por el hartazgo y la desilusión hacia las fuerzas que gobernaron los últimos años con la expectativa de algún cambio.

Pero queremos detenernos en un punto. El rol de las cúpulas sindicales en la derrota y la pregunta de qué van a hacer ahora. O qué tendrían que hacer.

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Sin dudas, tienen una parte de responsabilidad. Es imposible entender la derrota peronista, el voto de sectores obreros y populares a un candidato de derecha, sin el rol que jugaron la CGT y la CTA estos años. Uno podría preguntarles, por sí o por no: ¿ustedes defendieron el bolsillo del pueblo trabajador o dejaron correr el ajuste inflacionario? ¿Ustedes enfrentaron la precarización que ya golpea a la mitad de la clase trabajadora? Por sí o por no. ¿Ustedes defendieron a las y los contratados que trabajan hace décadas con menos derechos? ¿Y a los informales que perdieron el 40% de salario real? Por sí o por no. ¿Ustedes defendieron los convenios o negociarn a puertas cerradas la flexibilización? ¿Y rechazaron el aumento de las “extras” y el pluriempleo que nos hacen pasar la vida laburando? Por sí o por no.

Pero sobre todo: ¿ustedes convocaron asambleas y marchas para ver cómo se enfrentaba esta situación de manera colectiva y con los métodos obreros, contra el “salvese quien pueda” individualista que transmite la derecha?

Por sí o por no, señores.

Es imposible entender la derrota peronista sin el rol que jugaron la CGT y la CTA estos años

Lamentablemente, la pasividad que impusieron las conducciones sindicales, fue uno de los motivos del avance de la derecha. La fragmentación de la clase trabajadora, el verso de que no se podía luchar porque eso le hacía el juego a la derecha, de que había que esperar con paciencia una nueva etapa (?), de que estaba bien pagarle una estafa al FMI y mantener la deuda con el pueblo, callarse cuando decían que “los piqueteros son vagos” o los ataques a la izquierda.

Lamentablemente, muchos trabajadores prefirieron votar equivocadamente al derechista demagogo como señal de rechazo al ministro de economía que apoyan los sindicalistas que ellos detestan. No son los mariscales de la derrota, como alguna vez, porque ni ese dudoso privilegio les dejó la casta de su partido. Pero aportaron bastante.

Muchos trabajadores prefirieron votar equivocadamente al derechista demagogo como rechazo al ministro amigo de los sindicalistas que detestan

La otra pregunta es, como decíamos, qué van a hacer ahora. ¿Le darán consejos a Milei, como Gerardo Martínez? ¿Pondrán gente en el gobierno, como Barrionuevo? ¿Defenderán solo sus intereses de aparato si los tocan? ¿O romperán con esa pasividad?

Unos días antes de la última votación, la CGT sacó un documento donde enumeraba una serie de puntos que defendería ante el próximo gobierno. Entre ellos, “la plena vigencia del derecho al trabajo expresada en el artículo 14 y 14 bis de la Constitución Nacional” (salario, vacaciones, defensa ante el despido arbitrario, igual trabajo por igual salario, etc), “paritarias libres”, “crecimiento del trabajo registrado y digno con remuneración justa y suficiente”, “disminución de la jornada laboral”, “Educación Pública, Obligatoria y Gratuita”, y varios puntos. Otros eran más discutibles, como el aumento de la productividad o el Consejo Económico con las patronales.

Esos puntos pueden ser un programa mínimo ante un derechista que amenaza atacar conquistas históricas, pero no una carta de negociación. Es importante advertirlo.

Pero la izquierda, que es parte del sindicalismo combativo y ha llevado cientos de luchadores y luchadoras obreras en sus listas, ya ha planteado que saldría a las calles gobierne quien gobierne. Como fue parte del fenómeno del sindicalismo de base cuanto en 2007 se acabó el “viento de cola”, como enfrentó al macrismo y luego los ataques del Frente de Todos.

La izquierda saldrá a las calles no solo para derrotar cada ataque; también para ayudar unir y poner de pie a la clase trabajadora

Y saldrá a las calles no solo para derrotar cada ataque. Sino para ayudar a volver a unir y poner de pie a la clase trabajadora. Porque esa es la única fuerza que puede imponer un cambio pero a favor de las grandes mayorías. Contra el lamento y la resignación, comprendiendo pero no compartiendo la decisión de quienes votaron a Massa (y debatiendo con quienes equivocadamente sembraron expectativas en Milei) el PTS en el Frente de Izquierda y sus agrupaciones clasistas llaman a levantar la cabeza. A prepararse para la etapa que viene. No hay tiempo que perder. Esta semana ya será turbulenta. La amenaza de privatizar los medios públicos (TVP, Télam, Radio Nacional) y la rápida respuesta de sus comisiones internas es un buen ejemplo.

Impulsemos la coordinación de los sectores que quieren luchar, ocupados y desocupados. A todos aquellos trabajadores y trabajadoras que ven el peligro de este gobierno de derecha, les decimos que no hay que esperar que las soluciones y decisiones vengan de las ’conducciones’: organicemonos con asambleas, comisiones de lucha y cualquier movida que sirva para prepararse desde ahora.

Y también exijamos, más aún con esa fuerza, a los sindicatos que terminen con la pasividad y no empiecen a rosquear con Milei. La que tiene que deliberar es la clase que mueve el país: que convoquen, asambleas en los lugares de trabajo y en los gremios, en los barrios, estado de alerta para empezar a enfrentar a la derecha.

Como dijo Myriam Bregman, “a las fuerzas del cielo las enfrentaremos con la fuerza de la movilización las calles”. Te invitamos a militar con nosotros y nosotras por esas banderas.

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Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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