Al cumplirse un mes de que el joven de 22 años fuera baleado por un agente de la Bonaerense a la salida de un boliche en Isidro Casanova se movilizaron para exigir justicia. Hasta el momento el policía seguía impune y en funciones.
José Muralla @murayeando
Miércoles 22 de diciembre de 2021 23:05
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Familiares y amigos de Thomás Ramos realizaron este martes 21 un corte en la Ruta 3 cercano a las vías del Belgrano Sur. Luego se trasladaron a la puerta del boliche Jesse James, para finalizar en la comisaría número 1 de Isidro Casanova.
Fueron recibidos por un desproporcionado operativo policial con más de 60 agentes (algunos en la puerta de la comisaría completamente vallada, otros a unas cuadras) que incluía al cuerpo de Infantería con sus escudos, bastones y lanza gases. Todo para una familia trabajadora y sus amigos que sólo pedían justicia.
El 21 de noviembre Thomás fue con su novia y amigos a divertirse al boliche Jesse James. A la salida lo atropelló un auto y se generó una discusión y un tumulto de gente. Ante esto el sargento Gustavo Pedrozo no tuvo mejor idea que disparar “al montón” hiriendo de gravedad al joven de 22 años.
“Se me escaparon tres tiros” le dijo a la madre de Thomás que llegó ni bien se enteró de lo ocurrido. “Si querés anda hacer la denuncia a la comisaría”, le dijo, mientras dejó tirado al joven en el piso, sin asistencia médica ni primeros auxilios. La oficial Caballero, que estaba con Pedrozo, tampoco asistió a Thomás ni detuvo al agresor.
Otra vez en #LaMatanza otro caso de gatillo fácil. Thomás fue herido por un policía bonaerense, que dijo a la familia: " tiré sin querer".
Basta. Justicia por Thomas! pic.twitter.com/wc49Vs5N6i— Natalia Hernandez (@Hernand_nati) December 21, 2021
Con la misma violencia e impunidad qué actuó el sargento Pedrozo actuó la comisaría primera de Isidro Casanova, ya que el agente siguió en funciones y ni siquiera fue investigado. Ni siquiera separado preventivamente de la fuerza hasta esclarecer los hechos.
Solo cuando el caso de gatillo fácil cobró estado público - unas 3 semanas después del hecho, porque la familia y amigos empezaron a movilizarse y a llamar a los medios - la causa empezó a moverse. Esto demuestra que con la policía la regla es la impunidad y la excepción es la justicia. Sí y solo sí cobra estado público y los familiares de las víctimas se empiezan a organizar.
En el propio accionar policial está la marca de la impunidad: el sargento Pedrozo le dijo a la madre qué los tiros “se le habían escapado porque se puso nervioso”. Es lo mismo que le dijo el comisario Ledesma (“Pedrozo es buena persona, se le debe haber escapado porque estaba nervioso”) y la oficial Caballero, que estaba con en el momento que el sargento tiró a mansalva contra los jóvenes que salían del boliche.
Pero en los papeles Pedrozo declaró que había efectuado conscientemente los tiros para dispersar. Y fue avalado por los mismos policías qué a la madre de Tomás le dijeron en la cara qué se le habían escapado los tiros no un tío tres tiros se le escaparon. Y que sabían que la declaración de la madre y los testigos era contraria a esos hechos.
Recién con la movilización de los familiares y amigos fueron recibidos en la comisaría dónde les prometieron que iban a separar preventivamente a Pedroso, que aún estaba en funciones un mes después de los hechos. Tampoco le hicieron ningún tipo de análisis toxicológico en el momento para conocer el estado en que estaba el policía al que “se le escaparon tres tiros”. Los jóvenes presentes declararon a este medio qué siempre los policías que están en la puerta del boliche están “re duros” y “re sacados”.
Recién hoy miércoles 22 le tomaron declaración a Tomás. Hoy también fue atendido por el médico para seguir la evolución de las heridas y reconstruirle sus partes dañadas por la bala. Afortunadamente evoluciona favorablemente. Fue atendido por un médico particular que consiguió la familia, ya que el estado no se hizo cargo de nada.
Más allá de lo que haya o no consumido Pedrozo ese día, de lo que sí estaba “re pasado” es de impunidad y por eso se burló en la cara de la madre. Porque sabe que estos hechos por lo general quedan en la nada, como se demostró en el “operativo impunidad” que se activó inmediatamente tanto en los casos de Lucas González en la Ciudad de Buenos Aires, Luciano Olivera en Miramar o Lucas verón también en La Matanza. Operativo impunidad que solo fue desarmado por la tenaz lucha de familiares y amigos, no por el Estado.
La semana pasada Correpi dio su informe anual sobre violencia del aparato represivo del estado: en los primeros once meses del 2021 registraron 417 personas muertas en lugares de detención, por gatillo fácil u otras modalidades. La mayoría de ellas continúan impunes.
Mientras tanto el gobernador Kiciloff presentó un presupuesto provincial qué reduce las partidas para salud, educación y vivienda, pero aumenta la parte qué va a la policía, para nuevas comisarías, cárceles, armas y agentes. Toda una declaración de prioridades y de cómo va a responder a la crisis social en curso.
Al finalizar la movilización Flavia la madre de Tomás declaró “voy a realizar las movilizaciones necesarias hasta que haya justicia por mi hijo”, “lo único que yo quiero es que esta persona pague por lo que le hizo a mi hijo” y también los policías que lo encubrieron.
Desde La Izquierda Diario nos hicimos presentes y nos pusimos a disposición. Para exigir justicia por Thomás, para que no haya más impunidad. Y para que el gatillo fácil, la represión y el amedrentamiento y verdugueo constante contra la juventud termine de una vez por todas.
José Muralla
Nació en Arenales (BA) en 1984. Es licenciado y profesor en Ciencia Política (UBA). Trabaja como docente de nivel medio en CABA y La Matanza. Desde 2007 milita en el PTS. Vive en Lomas del mirador y es parte del staff de La Izquierda Diario de la Zona Oeste del GBA.