Radical de pura cepa, lo que lo hace llevar en su ADN político el odio al pueblo trabajador.
Jueves 9 de junio de 2016 04:57
Gerardo Rubén Morales, siempre fue un oscuro contador público, desde que se recibió a comienzos de la década de los ‘80. Su familia supo ser amiga del padre de Fernando De La Rúa, Antonio, cuando entre 1963 y 1964, en una Jujuy convulsionada por las luchas obreras y las disputas entre las distintas alas del peronismo, otro radical, el ex presidente Illia, lo nombra interventor de esa provincia.
Ya en el ‘89 comienza con lo que los políticos patronales denominan “carrera” en la función pública y ese año asume como diputado nacional de la UCR.
El partido “centenario” responsable de la matanza de obreros en lo que se conoce como “la Patagonia Rebelde” (1920/1921), cuando miles de trabajadores rurales en Santa Cruz se levantaron contra las condiciones de vida y otro radical, Hipólito Irigoyen, envía al ejército para liquidar esa huelga. Ese proceso terminó con aproximadamente 1500 obreros asesinados. Años antes varios prominentes conservadores, militares, fascistas e incluso radicales fundaban la Liga Patriótica, que con fusiles y pistolas organizaba pogroms antisemitas y perseguía a anarquistas y sindicalistas.
Muchas décadas después, ese mismo partido había ido a golpear la puerta de los cuarteles, con un Ricardo Balbín que afirmaba que “hay que terminar con la guerrilla fabril” a pedido de patronales como los Blaquier, y le presta servicios a la dictadura cívico militar de 1976, poniéndole intendentes. Otro radical, Raúl Alfonsín, el denominado “padre de la democracia” afirmaba en los comienzos de la dictadura genocida que el único denominador común que tenía con el nuevo gobierno era “la lucha antisubversiva”. Más que el padre de la democracia, Alfonsín fue el padre de la teoría de los dos demonios. Teoría que defiende el gobierno nacional.
De ese partido es miembro prominente, desde su juventud, el gobernador de Jujuy, integrante de la coalición Cambiemos que dirige Maurizio Macri. Es decir: la derecha liberal. El mismo que fue viceministro de Desarrollo Social en el gobierno de la Alianza. Sí, el gobierno que con Patricia Bullrich y Domingo Cavallo le descontaron el salario a estatales y jubilados, el gobierno que comenzó con 2 muertos y más de 40 heridos en Corrientes, cuando De La Rúa (el hijo del amigo de la familia Morales) envió a la gendarmería a reprimir; y terminó con 39 asesinados por la Policía en las jornadas del 2001.
Luego su “carrera” seguiría como senador 14 años seguidos, postulándose varias veces al cargo de vice y de gobernador por Jujuy, hasta que finalmente en diciembre del año pasado, con la otra “Alianza” junto al massismo, el radicalismo llega al poder en esa provincia.
En estos 6 meses Gerardo Morales, armó una Justicia tipo menemista y haciendo honor a su filiación política, inicia una verdadera caza de brujas de las protestas sociales en el norte: encarcela a Milagro Sala de la Tupac Amaru por protestar: le da su apoyo al empresario vaciador Taselli que persigue y despide obreros de Aceros Zapla y uno de los últimos servicios para las patronales, esta vez en el Ingenio La Esperanza: impulsa una ley que prevé el despido de 800 trabajadores, para entregar la fábrica en quiebra y hacer un negocio fabuloso con sus 70 mil hectáreas. Mientras que con Macri celebra actos con la patronal genocida de los Blaquier del Ingenio Ledesma a quien le gestiona más beneficios, en momentos que la Justicia le dictó falta de mérito en la causa por delitos de lesa humanidad.
Este es el “sensible”, como se auto define, radical Morales. Uno de los mejores alumnos de la escuela radical: la que siempre enfrentó las luchas obreras y populares.