Producto de la histórica lucha de las y los obreros en Matamoros, empresarios comienzan a amenazar con irse del país, ¿qué hacer ante estas amenazas?
Joss Espinosa @Joss_font
Sábado 2 de febrero de 2019 00:05
Van 20 días de la heroica lucha de obreros en el norte del país. A estas alturas, más de 30 fábricas han cedido a los reclamos de las y los trabajadores, dando el 20% de aumento salarial y el bono anual de 32 mil pesos.
A la par de esto, los patrones han despedido a los sectores más combativos de manera individual, y han amenazado con seguir con esta medida punitiva. Sin embargo, la combatividad de los obreros se extiende en la ciudad y han logrado sumar a otras fábricas a la rebeldía, incluso por fuera de la industria maquiladora, como una planta de Coca cola.
Ante la firmeza en las exigencias de los obreros, la patronal cierra filas. Despidos, hostigamiento de la policía en las guardias a las afueras de las fábricas; a lo que se suma el reciente pronunciamiento de la Coparmex, declarando ilícitas a las huelgas y señalándolas de “desestabilizadoras”. Mencionan que las demandas de los obreros afectan la producción (sus ganancias), además de que su lucha “afecta el empleo y puede ahuyentar la inversión extranjera”.
Cada vez queda más claro que son ellos, o nosotros, y que son sus ganancias a costa de que dejemos la vida en las fábricas.
Las amenazas de la patronal
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Cámara Nacional de la Industria del Acero (Canacero), la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) han llamado al gobierno federal a intervenir en el conflicto en Matamoros para acabar con este movimiento y que no se propague más.
Por su parte, Luis Aguirre Lang, Presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y de Exportación (Index), sostiene que “afortunadamente” se presionó para levantar el paro en algunas maquilas, y seguirán presionando en el resto de fábricas pues son ilegales las huelgas según la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Además, declaró que 15 fábricas han amenazado con irse de la ciudad ante el paro maquilador. Prefieren moverse e invertir en relocalizar las fábricas antes que cumplir los justos reclamos de los trabajadores en la frontera.
Esto deja claro que, el mayor atractivo mexicano para las empresas extranjeras es la mano de obra baratísima que hay en el país, principalmente en la frontera, que reciben beneficiosas excepciones de impuestos federales, y que ha sido una de las zonas fundamentales para el enriquecimiento de las trasnacionales. Pero este factor está siendo cuestionado por los obreros de Matamoros que no quieren seguir trabajando con salarios de miseria.
Las patronales se justifican mencionando que la lucha les ha provocado grandes pérdidas y que podría generar el quiebre de las empresas. Nada más falso, tendríamos que exigir que se abran los libros de contabilidad y se devele cuánto es lo que representa la perdida en comparación con las grandes ganancias que se llevan estas empresas a sus países.
Según los cálculos, el paro ha generado pérdidas de 50 millones de dólares por día, lo que más o menos equivale a las ganancias que obtienen en ese mismo lapso de tiempo. Cifra que contrasta brutalmente con los salarios en Matamoros y la frontera norte, incluso con el aumento que propone el gobierno federal de 9.26 dólares (para un determinado sector de trabajadores), que cabe mencionar, no cubre el costo de la canasta básica estimado en 13.94 dólares diarios en promedio, sin contemplar otros gastos como vivienda y transporte.
Esto demuestra que no es que a los patrones no les alcance para pagar, simplemente se niegan a hacerlo para no afectar sus ganancias multimillonarias. Incluso de manera preventiva, se niegan a aumentar los salarios, pues Luis Aguirre teme que “se contagie” esta lucha a otras ciudades fronterizas.
La patronal, desde que inició el conflicto se ha negado a las exigencias argumentando que son completamente imposibles de cubrir. Nada más hilarante cuando se contrasta con las ganancias que estos sectores generan a costa de la explotación de miles de trabajadores.
No necesitamos a los patrones
Ante las amenazas patronales, sabemos por experiencias anteriores que los trabajadores son capaces de tomar el control de las fábricas y ponerlas a trabajar bajo su propia gestión. Las pueden echara a andar sin necesidad de patrones y sin supervisores. Que, de manera colectiva, los trabajadores y trabajadoras en asambleas de base decidan y planifiquen democráticamente los ritmos de producción, turnos, etcétera.
Ante los cierres o despidos masivos, exigimos la estatización bajo gestión obrera. Es completamente posible, ejemplo de ello es la expropiación de Zanón (hoy FaSinPat) en Argentina que desde 2001 mantienen bajo gestión obrera la fábrica, en respuesta al cierre de la misma.
Los trabajadores tienen una alternativa más allá de los despidos y las amenazas de la patronal: pueden ponerse a producir sin patrones. Ellos son los que conocen las máquinas, la producción, la materia prima, y de la misma manera ellos tienen en sus manos la posibilidad de potenciar la gestión obrera para que las fabricas no estén guiadas por la lógica de las ganancias capitalistas, sino como una orientación social. De modo que no sólo sea para mejorar la vida de las y los obreros, sino que esté al servicio de la población en general.