Osorio Chong, secretario de gobernación, dijo que la violencia hacia la mujer es aberrante. Firmó convenio con radio y televisión para “contrarrestar la violencia hacia la mujer”.
Miércoles 13 de julio de 2016
Durante la firma del “Convenio por la igualdad de género y el combate a la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación” argumentó que desde el gobierno federal se busca erradicar la violencia hacia la mujer. Asimismo, apostará a la construcción de un “movimiento de mujeres”, además de buscar combatir la violencia desde el individuo y el Estado. Aseveró que desde Gobernación trabajarán con distintas instituciones federales y estatales así como con los institutos de las mujeres de México para “mejorar la vida” de las féminas.
Además, asumió que la protección de las mujeres no sólo está en ellas mismas sino también en los hombres, por lo que hizo un llamado a “generar cambios en la conciencia de los varones”.
Los mismos medios con los que firmó el convenio son los mismos que reproducen imágenes femeninas tan estereotipadas. Mujer-sensual-objeto, madre-sufrida que vive al servicio de su marido y los hijos son los dos más comunes.
Desde los años sesenta, la televisión, y demás medios, han sido los encargados de transmitir el mensaje a millones de sus espectadoras, amas de casa, jóvenes, trabajadoras, estudiantes de cómo deberían comportarse y cuál es su lugar en este sistema, el de la procreación y el ámbito estrictamente privado.
La misma Secretaría de Gobernación (Segob) encargada de presentar la “verdad histórica” en el caso Ayotzinapa, que oculta cifras de mujeres pobres asesinadas por su condición de género y clase, que reprime y tortura sexualmente a las maestras que luchan en las calles por sus derechos, como sucedió en Guerrero, es la misma que hoy “denuncia” la violencia hacia las mujeres.
Osorio Chong omite que son esas mismas instituciones las que se encargan de reproducir de manera estructural la violencia que sufrimos millones.
También crean leyes supuestamente para “proteger” la vida de las mujeres pero a su vez encubren a los agresores; feminicidio, desapariciones, redes de trata, represión tortura sexual, todas éstas viven en total impunidad.
El Estado también nos violenta, basta leer algún testimonio de las compañeras violentadas en Atenco, cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México, o las maestras y madres de familia que enfrentan la represión estatal en las manifestaciones y los plantones contra la reforma educativa.
La situación de las mujeres en México
Osorio Chong llega al extremo de plantear como necesidad un “frente para combatir la violencia ejercida sobre las mujeres”, definió que la violencia que sufrimos es aberrante. Un discurso totalmente cínico.
Aberrante es la violencia hacia nosotras, aberrante son los trabajos precarios liderados por nosotras, aberrante es el feminicidio, aberrante es la tortura sexual, aberrante es la violencia que este Estado permite, genera y desarrolla contra nosotras. Eso es lo aberrante.
Según un informe de la ONU, México es uno de los países más peligrosos para las mujeres. Sólo entre 1985 y 2014, 50,000 personas fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres. El Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio contabiliza, en promedio, siete feminicidios por día. Impactante.
A esto se suma que alrededor de 47,000 las mujeres que mueren por causas evitables, provocadas por abortos clandestinos. Son dieciocho los estados donde se criminaliza el aborto.
El hartazgo ante todas las expresiones de violencia contra las mujeres se volcó a las calles. Hizo escuchar su voz en todo el país. Fuimos decenas de miles que marchamos en más de cuarenta ciudades el pasado 24 de abril. Y ese coraje es el que el gobierno pretende ahora desviar, con discursos demagógicos.
No, Osorio Chong, te equivocas. La organización vendrá de nuestro lado. Nos organizamos para repudiar la violencia que este sistema genera contra nosotras. La organización de las miles que repudiamos en las calles todas las violencias machistas debe tomar las calles de nuevo.
Por supuesto que hay que construir un movimiento de mujeres, pero no de la mano del gobierno de Peña Nieto y los partidos al servicio de los empresarios que desaparecen 43 normalistas, que intentan imponer con balas, represión y muerte la mal llamada reforma educativa al magisterio.
Necesitamos poner en pie un amplio movimiento de mujeres contra la violencia machista con independencia política, es decir lejos de los partidos tradicionales y las instituciones de gobierno, puesto que ellos están al servicio de los intereses de su clase.
Un movimiento integrado por maestras, trabajadoras de los sectores público y privado, estudiantes, jóvenes, intelectuales, profesionistas. Necesitamos confiar más en nuestras propias fuerzas, buscar la alianza con otros sectores. Un movimiento que abone a la lucha para terminar con toda forma de opresión, en el camino de un cambio radical de la sociedad.