Más diputadas, senadoras y gobernadoras. ¿Eso garantiza un cambio profundo para la situación de millones de mujeres?
Jueves 17 de junio de 2021
Las pasadas elecciones intermedias arrastraron a las urnas a poco más de la mitad de las y los electores. En una disputa por 15 gubernaturas y más de 20 mil cargos, el Morena avanzó territorialmente —sobre todo en la zona norte del país— aunque no sin contradicciones, como se vio en la CDMX con el voto castigo que ejerció la clase media, así como el desencanto entre la juventud y las mujeres.
La oposición conservadora logró una recomposición parcial, pero lejana aún de sus buenos tiempos antes de la crisis de representación que los llevó casi a la extinción.
Tanto el oficialismo como la oposición se jugaron a mostrarse como alternativa política para la juventud, las mujeres y las clases populares (un amplio espectro del padrón electoral), mientras buscaban preservar su electorado de confianza. El uso de figuras femeninas o de las demandas propias del movimiento de mujeres, LGBT+ (hasta el reaccionario PAN tuvo una candidata trans) y juvenil abundaron, no en balde estas elecciones tuvieron una destacada participación de mujeres candidatas.
Pero ¿es verdad que la llegada de mujeres a puestos políticos como diputadas, senadoras, alcaldesas o gobernadoras significa un cambio sustancial para la gran mayoría de nosotras? Concentrémonos en las gobernadoras.
Chihuahua: Maria Eugenia Campos, quien fuera diputada local en el período 2013- 2016, y diputada federal del 2006 al 2009, así como presidenta municipal entre el 2016-2021 por el PAN, logró llevarse las elecciones. Entre el 2001 y el 2003 trabajó como secretaria particular en la Secretaría de Gobernación, una larga trayectoria como funcionaria política al servicio de la derecha en el norte del país. Los últimos veinte años fue precisamente el período en el que el feminicidio se extendió nacionalmente y se profundizó en la frontera norte y en Ciudad Juárez, con casos como el emblemático feminicidio de Maricela Escobedo, bajo el silencio cómplice de los partidos del Congreso.
Tienes que leer: Las elecciones del 6 de junio y las perspectivas para los socialistas
Ma. Eugenia Campos aseguró en su campaña que “habrá impartición de justicia, reparación del daño, la reapertura de expedientes de casos que cerraron sin sentencia y el cumplimiento en su totalidad de la sentencia por el caso Campo Algodonero”. Sin embargo, sabemos que esto será imposible sin confrontar los poderes políticos y económicos de la entidad, directamente vinculados con los intereses imperialistas. Y que para acabar con la violencia feminicida, hace falta transformar de fondo la estructura económica del sistema capitalista que ha construido como desechables los cuerpos de mujeres y aprovechado los prejuicios patriarcales para profundizar la explotación sobre nosotras.
En Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, la hija del famosamente conocido por escándalos sexuales y denuncias de violación, Félix Salgado Macedonio, se llevó la gubernatura. En su pasado fue precandidata por el PRD, presidenta del DIF y delegada local de la Secretaria de la Mujer en el estado de Guerrero. Representa la viva imagen del nepotismo de la Cuarta Transformación, gracias a su devota relación con Macedonio, de quien no puede renegar “ pues no sería una conducta correcta como mujer ni como hija”. Así como los vínculos entre la casta política y el narco con su ex matrimonio con Joaquín Alonso Piedra “ el Abulón” operador financiero del cártel de los Beltrán Leyva, en un estado plagado de violencia.
Es claramente una apuesta segura para continuar la militarización de la entidad y con los jugosos negocios ilegales del crimen organizado, pues no plantea ninguna propuesta para legalizar la marihuana ni otras drogas, mientras tanto ella como las instituciones estatales y federales parecen haber olvidado el crimen de Ayotzinapa y el aumento de las fosas clandestinas.
En Baja California, Marina del Pilar Ávila, egresada del ITESM y gobernadora por el Morena y su alianza con el PT y el PVEM, se posicionó con una agenda juvenil, denunciando la falta de oportunidades para la juventud y anunciando una legislación laboral que represente mayores oportunidades de empleo. ¿Será? Su propuesta no contempla el cuestionamiento a la agenda laboral implementada por el mercado y los intereses estadounidenses, ni tiene un posicionamiento que plantee la necesidad de otorgar plenos derechos a la población migrante radicada en dicha entidad fronteriza. Lo mismo podemos decir del programa “fuerza rosa” contra la violencia hacia las mujeres y de la creación del Instituto Municipal de las Mujeres, ambas medidas paliativas frente a una realidad plagada de feminicidios donde la impunidad y el carácter de clase del asesinato de mujeres tienen causas estructurales radicadas en la propia génesis del Estado.
En Campeche, Layda Elena Sansores San Román, gobernadora por el Morena y el PT, también ha desempeñado varios cargos como senadora, diputada federal y alcaldesa en la Álvaro Obregón los últimos tres años. Entre sus propuestas destacaron la creación de programas juveniles de empleo (con altas tasas de precarización como vemos con Jóvenes construyendo el futuro), así como caminos cosecheros de la mano de la industria privada y a costa del despojo de territorios y recursos como vemos con el Tren Maya.
Por otro lado, en Tlaxcala, la entidad más pequeña del país, Lorena Cuellar Cisneros logró otorgarle el triunfo al Morena… al haber cambiado de partido y dejar al PRI justo a tiempo para el esplendor de la 4T, arrastrando el apoyo de políticos del PRI, del PRD y de Movimiento Ciudadano. Ex síndica y ex presidenta municipal entre el 2008 y el 2010 por la capital de Tlaxcala, también fue presidenta del DIF estatal entre el ‘92 y el ‘94 y presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del 2005 al 2007. Entre el 2011 y el 2012 fungió como diputada local por el PRI y entre el 2012 y el 2018 senadora por el mismo partido, con una breve aventura para ser consejera nacional por el PRD en el 2012.
Toda una saltamontes que propuso más políticas públicas de movilidad, mayor presupuesto a seguridad (particularmente un aumento salarial a la policía), mejoras al transporte y medidas para cuidar al medio ambiente, en un estado que ha aumentado su producción industrial con muy bajos salarios y donde el azote de las redes de trata no ha cesado. Frente a estas problemáticas, como era de esperarse, Cuellar no presentó ninguna receta nueva más que un vacío llamado a la “unidad tlaxcalteca”. También prometió en un debate público que establecerá refugios para mujeres víctimas de violencia (aunque no tocará un peso de la Iglesia ni de los empresarios asociados con el crimen organizado para financiarlos) y prometió capacitar a los cuerpos policíacos con perspectiva de género, para que la represión ahora sea morada y “feminista”.
Puede interesarte: [Femini... ¿qué? Un debate con el feminismo de la 4T→https://www.laizquierdadiario.mx/Femini-que-un-debate-con-el-feminismo-de-la-4T]
En Colima, Índira Vizcaíno, quien también abandonó al PRD y tuvo una breve colaboración con el PRI en el 2016 para elecciones extraordinarias, para sumarse a Morena en el 2017, otorgó el triunfo al partido del gobierno. Fue diputada federal y presidenta municipal de la ciudad de Cuauhtémoc, Colima, entre el 2012 y el 2015. Apoyada por lo que queda de Nueva Alianza, que participó en coalición con el Morena y partido de la burócrata sindical Elba Esther, en el 2012 también apoyó abiertamente la Alianza por la Calidad Educativa. Al igual que el resto de las candidatas, derrochó letanías contra la violencia hacia las mujeres y por la implementación de refugios sin presentar una propuesta clara que plantee que la situación de violencia y precarización que enfrentamos las mujeres está íntimamente ligada a un sistema político que garantiza la protección de las grandes fortunas de los capitalistas.
A diferencia de todas estás propuestas paliativas, que más que dar salidas eficaces se preocupan por convencer al movimiento de mujeres de bajar sus expectativas y exigencias al gobierno, en la Ciudad de México distintas organizaciones de la izquierda clasista y socialista, entre ellas la agrupación de mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas, nos jugamos a todo para registrar una candidatura independiente encabezada por dos trabajadoras estatales y feministas socialistas, Flora Aco y Leda Victoria, que presentara una alternativa política real para las millones de mujeres pobres y trabajadoras del campo y la ciudad.
Enfrentando y denunciando la proscriptiva legislación electoral que impide, en los hechos, que las y los trabajadores participemos de las elecciones, impulsamos una gran campaña con un programa anticapitalista y una combativa militancia en calles, barrios y colonias para juntar las miles de firmas que nos exigía el INE a pesar de la pandemia para registrar una candidatura independiente. Algunas de nuestras propuestas apuntaban a acabar con las condiciones de pobreza y super explotación que mantienen en la miseria a millones de nosotras, imponiendo un aumento salarial de emergencia acorde a la inflación y que cubra la canasta básica, el reparto de horas de trabajo entre todas las manos disponibles para acabar con el desempleo y la brecha salarial, y la propuesta de que todo funcionario público cobre como una maestra o una enfermera, cortando de tajo con los altos sueldos.
Tienes que leer: [Gran campaña para registrar una candidatura independiente→https://www.laizquierdadiario.com.mx/Gran-campana-para-registrar-una-candidatura-anticapitalista-el-camino-es-organizarnos]
También levantamos las banderas del aborto legal, libre, seguro y gratuito, garantizado por el Estado en todas las clínicas y hospitales del país, por un plan de emergencia contra la violencia hacia las mujeres que contempla refugios transitorios financiados con los recursos de las Iglesias y estabilidad laboral, pues sin trabajo digno no puede vivirse libre de violencia; denunciamos el feminicidio y exigimos en primer lugar la desmilitarización del país, incluyendo el retiro de la Guardia Nacional, como primera medida para salvaguardar la integridad física y moral de la población, que frente al azote del crimen organizado solo puede confiar en su organización y autodefensa independiente de las fuerzas armadas.
Una campaña al servicio de fortalecer las luchas obreras en curso, como la huelga del SutNotimex, con una gran composición de mujeres, que ahora supera los 15 meses enfrentando la política de austeridad y despidos de la 4T, que exigió su solución inmediata y la reinstalación de las y los despedidos, denunciando que el gobierno de AMLO y su apuesta de gobernar para ricos y para pobres es solo una falacia, pues nuestros intereses como trabajadores son irreconciliables y contrarios a los de la patronal y los empresarios.
Todo para difundir un programa para que la crisis no la paguemos las y los de abajo, sino los capitalistas, responsables de generarla, y para aportar a la construcción de una alternativa política real para las mujeres, los trabajadores y la juventud, que no será, bajo ningún punto de vista, aquella que ofrecen los partidos del Pacto por México, que votaron las reformas estructurales, la salida del ejército a las calles y pactaron la entrega de nuestros recursos al imperialismo, pero tampoco la 4T que reciclando lo peor de dichos partidos, sus prácticas y figuras, hace lo posible para mantener felices a los de arriba mientras preserva la estructura de explotación capitalista y de opresión patriarcal, pactando con las Iglesias y los empresarios.