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Red Internacional
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Convención. Gobierno entra al debate de la CC: Boric admite “preocupación” por encuestas y llama a moderar los contenidos

En el final de su gira por Argentina, Boric señaló su “preocupación” por la percepción que estaría instalándose sobre el plebiscito de salida del proceso constitucional. Con la fecha ya definida para septiembre, el gobierno apostará a moderar los contenidos para alcanzar consensos con la derecha.

Antonio Paez

Antonio Paez Dirigente Sindicato Starbucks Coffe Chile

Miércoles 6 de abril de 2022

El 4 de septiembre fue la fecha escogida por el gobierno de Gabriel Boric para la realización del plebiscito de salida de la nueva constitución, fecha que representará un verdadero referéndum con relación al nuevo gobierno y posiblemente determine en gran parte la legitimidad y el futuro de la coalición de gobierno.

Mientras el oficialismo apuesta a un amplio consenso en torno a las propuestas políticas, la oposición de la derecha lleva meses instalando la idea del rechazo a través del polarizar posiciones (como en pensiones) o con una constante queja de “exclusión” para decir que la constitución dejará afuera a una parte importante del país. Pero lejos de la pataleta de la derecha, el esfuerzo colectivo del ahora bloque oficialista (FA-PC-INN-Socialistas) ha sido justamente integrar por todas las vías a la propia derecha.

Aun así las principales encuestas del país vienen midiendo un cada vez más creciente desinterés en el propio proceso constituyente, esta última semana se puso sobre la mesa la posibilidad de que el “rechazo” supere su propia votación inicial al integrar a quienes votaron por él apruebo en el plebiscito de entrada pero podrían no hacerlo en el de salida.

Y la responsabilidad en la pérdida del interés social por el proceso ha sido justamente de los propios constituyentes y los partidos que la dirigen ya que el objetivo de la propia convención fue desmovilizar la energía que se puso en movimiento luego de la rebelión del 2019.

Este elemento es vital para entender el viraje político que está tomando el propio gobierno en su análisis de la situación. Boric y Apruebo Dignidad atribuyen el aumento del “rechazo” a las “locuras” que se han planteado durante el debate, lo cual le ha entregado auditorio a la derecha y su campaña de fake news. Pero el asunto se mueve por otro camino. El aumento del desinterés por el debate se produjo en el momento que los partidos responsables del acuerdo por la paz utilizaron la propia convención como una herramienta para desviar las energías que se expresaban en la calle, estuvieron dispuestas a seguir las reglas de los 2/3 , la “cocina” (la famosa sala de máquinas) y la crítica a la “constitución maximalista” de las que Bassa y Atria fueron guaripolas.

La “casa de todos” es en realidad la casa de los empresarios

En el debate sobre los contenidos, Boric fue enfático en señalar que la convención debe hacer un esfuerzo por alcanzar acuerdos más transversales posibles y que hacerlos le entregará mayor legitimidad al proceso.

Con esta lógica Boric está cuadrándose con el interés empresarial de sostener los principales pilares del modelo heredado de la dictadura. Aun cuando Atria, Bassa y otros se han empeñado en mostrar el proceso constituyente como la construcción de una “casa común” que sería validada a través del quórum de los ⅔, la realidad es que incluso este altísimo quórum no es suficiente para la derecha y los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Por eso la derecha dice que su “exclusión” de las decisiones está dejando afuera a un sector completo de la sociedad, como si el modelo de la dictadura no lo hiciera por 40 años con la clase trabajadora y los sectores populares. Pero el llamado a la transversalidad del gobierno es realmente el compromiso que tienen con no tocar en profundidad los intereses de los grandes empresarios, nacionales y extranjeros, es parte de los compromisos y pactos de gobernabilidad a los que accedieron en su alianza con al exConcertación.

Hay una alta probabilidad de que la “moderación” de las expectativas se transforme rápidamente a un “realismo sin renuncia” como fue con la refundación de Carabineros a la actual “modernización”.