Ayer lunes 19 de abril, el Ministro Secretario General de Gobierno Jaime Bellolio no dudó un segundo en brindar total apoyo a las FFAA en su encrucijada contra el canal de televisión La Red, luego del sketch de “Entrevistas de Verdad” del programa Políticamente Incorrecto del 16 de Abril, donde se hace una sátira contra el Ejército de Chile
Martes 20 de abril de 2021
La polémica se suma al debate respecto a la libertad de prensa y de opinión que surgió con los casos de la presión política contra Julio Cesar Rodriguez por sus dichos contra Sebastian Piñera (la cual obviamente negó el gobierno) y la concurrencia de La Red ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) tras el acoso de funcionarios del gobierno contra los dueños del canal por la entrevista realizada a Mauricio Hernández Norambuena (alias “Comandante Ramiro”).
Bellolio argumenta que la posición de las FFAA es legítima y no va contra el ordenamiento jurídico, ya que supuestamente sólo han emitido una opinión no deliberante, pero este no es el caso.
Es fácil levantar discursos oportunistas cada vez que la estabilidad del régimen se ve cuestionada. La opinión del gobierno va claramente en línea con la defensa de su pseudo democracia ante el creciente descontento popular contra el oficialismo, el parlamento y casi la totalidad de las instituciones estatales; recordar que pese a que el gobierno tiene encuestas adictas como la CADEM, que dicen lo contrario, las cifras de aprobación continúan disminuyendo y se vuelve cada vez más dudosa la supuesta recuperación que a veces presentan las autoridades, toda vez que las políticas públicas contra la pandemia y la persistente represión contra la población se ve constantemente aumentada y deficiente.
En esto la periodista Mónica Rincón hace un acotación correcta. La libertad de expresión incluye la sátira como forma de crítica, otra cosa es que dicha crítica no sea del agrado de las autoridades. No es posible que el gobierno oportunistamente respalde ataques de las tres ramas de FFAA contra un canal de televisión por una crítica que tiene total fundamento.
El Ejército de Chile no merece premios ni alabanzas. Por el contrario, es impresionante la forma sinvergüenza en que los sectores de derecha no dudan en quedarse en silencio ante los abusos de la institución. Es indignante cómo pasan constantemente sobre la población, cómo roban dinero, cómo eliminan a cada miembro que no quiere seguirles su corrupta lógica y cómo logran salir impunes la mayoría de las veces junto a la igualmente podrida institución de Carabineros gracias a la más que deficiente Justicia Militar.
Desde el gobierno nunca condenan las violaciones a los DDHH, y si lo hacen, es netamente para hacer más llamativo sus discursos populistas, pues ellos mismos son los que incitan la reiteración de la violencia estatal cuando sus intereses se ven perjudicados. ¿Por qué se olvidaron tan fácil del macrofraude del Milicogate?, ¿Por qué no cuestionaron los espionajes contra Mauricio Webel y otros cinco periodistas involucrados en investigaciones por fraude al fisco y violaciones de DDHH por parte de la institución?, ¿Por qué se quedan callados ante los abusos sexuales, los videos de pornografía infantil protagonizados y grabados por elsargento Juan Lobos Céspedes al tiempo que se condena a su delator y se lo elimina del Ejército para que no siga molestando?.
Al gobierno y a las FFAA armadas no les interesa la justicia, ni la libertad de opinión. Son obstáculos para sus cometidos. Por algo censuran reportajes y personajes televisivos de izquierda, mientras dan pase libre y nunca critican a nefastos negacionistas como Hermógenes Pérez de Arce, Claudio Sánchez, Paulina Nin o Checho Hirane.
Todo es político. La población ve esperanza cuando medios de comunicación masiva como La Red tienen el valor de mostrar discursos de izquierda y cuestionan al gobierno y a los organismos corruptos estatales entre tanto discurso arreglado y mentiras que giran en la televisión, la radio e internet. Por otro lado, el gobierno se inquieta y ve la necesidad de censurar sin tapujos toda muestra de crítica y conciencia que impulse a la ciudadanía a salir de los márgenes del control del régimen, pues lo que menos quieren es sumar un segundo estallido social contra el modelo neoliberal que tanto les ha costado mantener.
No basta con apagar la tele, hay que cambiarla y defender los espacios que lentamente está ganando el pueblo en su lucha por un sistema justo, sin mentiras y al mando de la clase trabajadora.
¡Basta de persecución política y violaciones a los derechos constitucionales de la población en beneficio de los ricos y los apitutados que los mantienen al poder!