No go home. El embajador yanqui consiguió la foto que quería con Juan Grabois

Este martes a las 11:34 Marc Stanley, el embajador de Estados Unidos en Argentina, difundió por Twitter una foto en la que se lo ve reunido con Juan Grabois y Paula Abal Medina, precandidatos a presidente y vice de Unión por la Patria. Junto a la imagen, en un texto Stanley le agradece a ambos por la “interesante conversación”.

Gracias a Juan Grabois y Paula Abal Medina por una interesante conversación.

Thank you to Juan Grabois and Paula Abal Medina for an engaging conversation. pic.twitter.com/a4iEX6JUv7

— Embajador Marc R. Stanley (@USAmbassadorARG) August 2, 2023

Casi media hora después, alertado por sus militantes, Grabois publicó un tuit propio, sin foto ni video. Allí busca aclarar los motivos de la reunión.

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“El 6 de julio recibimos una invitación de Marc Stanley para ir a la Embajada de Estados Unidos. Respondí con una carta pública donde establecimos las condiciones de la misma, entre las que se encontraba que la reunión fuera en nuestra oficina y su contenido no fuera confidencial”, arranca el texto de Grabois.

Parece que Stanley no se opuso a la contrainvitación y fue a visitar al amigo del papa, lo que para Grabois es “un pequeño botón de muestra de cómo se defiende la dignidad nacional y salimos del complejo de ‘patio trasero’”. Un poco exagerado, sobre todo sabiendo que Stanley ya ha concurrido muchas veces a eventos y reuniones en diversos lugares del país, fuera de la Embajada.

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Luego Grabois lanzó una diatriba propia de su discurso de campaña. “Los genios del lobby internacional con todos sus contactos y buenas noticias permanentes, no son ni genios ni buenos negociadores ni defienden el interés nacional. Lo que buscan es ser amigos del poder y terminan siendo perritos falderos. Roma no paga traidores, Washington no paga arrastrados. Para establecer vínculos de igual a igual hay que hacerse respetar, desterrar cualquier vocación de colonia en la dirigencia y salir del complejo de inferioridad como argentinos”.

Claramente se estaba refiriendo, sin nombrarlo, a su rival en la interna peronista Sergio Massa. El ministro de Economía y precandidato presidencial (sostenido por Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández) siempre se jactó de sus buenos “contactos” estadounidenses y es un asiduo visitante de la Embajada. Lo loco que es que el propio Grabois, cuando pierda la interna con Massa, llamará a votar por él en las generales, para “enfrentar a la derecha”.

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Si lo de arriba es cierto, las palabras de Grabois referidas a que “somos un país maravilloso con capacidades múltiples para recuperar el futuro” y a que “un mundo multipolar es posible si no admitimos ninguna forma de colonialismo de ninguna potencia”, no resultan más que una cobertura progresista a una política alejada de los intereses populares.

En su relato sobre la reunión con Stanley, Grabois pareciera estar queriendo generar la ilusión de que “le impuso” al embajador el sitio del encuentro, evitando una más que simbólica foto en la Embajada. Pero del lado de Stanley opinan diferente. No importa el lugar de la reunión si la foto va a mostrarnos dialogando amablemente.

¿Realmente piensa Grabois que mediante palabras y gestos se podrá condicionar a Estados Unidos y sus aliados locales como Massa? ¿Cree que lo logrará sin desplegar la fuerza social del pueblo trabajador? Hasta ahora, no parece haberle ido tan bien al “maestro de la negociación”. Como dirigente social peronista, en tiempo de Macri, se llevó muy bien con la exministra Carolina Stanley. Y ya siendo oficialista, lo único que “negoció” en el último año fue un bono para indigentes a fines de 2022.

Pese a sus discursos, Grabois y sus partidarios ni siquiera se propusieron frenar el recorte en partidas sociales impulsado por Massa y Victoria Tolosa Paz a pedido del FMI. Sus diputados votaron el Presupuesto de ajuste y habilitaron (levantándose de sus sillas en la comisión y dejando el lugar a otros diputados) el dictamen del acuerdo con el Fondo. Todo eso mientras los sectores más precarizados de la clase trabajadora, a los que supuestamente Grabois quiere representar, siguen cayendo en su poder adquisitivo a costa de más inflación y menos ingresos.