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Mundo Obrero. Gran triunfo de las trabajadoras del hogar que limita la discriminación en el sector

Las trabajadoras del hogar y los cuidados consiguieron finalmente este jueves que el congreso de los diputados aprobara una nueva legislación que les otorga derecho fundamentales como al subsidio por desempleo y limita el despido libre. Fue una jornada de enorme alegría que significa un importante triunfo para uno de los sectores más precarizados y sometidos a abusos en sus centros de trabajo

Viernes 10 de junio de 2022

La lucha de las trabajadoras del hogar obtuvo este jueves un importante triunfo. El Congreso de los diputados votaba a favor de la ratificación del llamado convenio 189 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que implica la obtención de derechos fundamentales para este sector.

Fue una jornada de mucha alegría para estas trabajadoras. Más de un centenar estaban reunidas a las afueras del hemiciclo esperando la aprobación de la nueva legislación. No en vano con esta regulación podrán finalmente tener acceso al subsidio de desempleo. Por otra parte pone límite al régimen especial en el sector por el cual el despido era libre.

Se trataba sin duda de una anomalía escandalosa en la legalidad y condiciones de estas trabajadoras. Muchas de ellas viven verdaderas situaciones de semi esclavitud con trabajos internos y sin descanso. Todo ello con una cotización a la seguridad social que ni les otorgaba el derecho al paro ni a pensiones cuando se jubilasen. Durante la pandemia esta situación se convirtió para muchas de ellas en una auténtica pesadilla. Sin poder salir de las casas donde trabajaban y sujetas a los caprichos y abusos de sus jefes.

Muchas de estas trabajadoras llevan más de una década luchando por el reconocimiento de estos derechos básicos. Ha sido la tenacidad con la que se ha organizado y la acumulación de victorias parciales en estos años lo que finalmente ha desembocado en la aprobación de esta regulación.

Sin duda se trata de un enorme triunfo. La ratificación del Convenio 189 de la OIT establece unos derechos mínimos para las trabajadoras del hogar y del cuidado que hasta ahora venían negados. Este convenio establece un marco internacional de “normas y garantías mínimas” en las condiciones laborales de las empleadas del hogar, con el objetivo de equipararse al mismo trato que el resto de personas asalariadas. Por esto era una de las principales demanadas de las trabajadoras del hogar y los cuidados en el Estado despañol desde hace años.

Esta ratificación permitirá que estas trabajadoras tengan derecho a una prestación por desempleo, algo que hasta ahora les era vetado a causa de estar incuidas en un régimen especial en la Seguridad Social en el que no se cotiza por desempleo. De hecho, tampoco se cotiza por el total del salario percibido, que suele rondar el mínimo lo que hace que las bajas laborales por ejemplo sean peores que las del resto de trabajadores. La ratificación del convenio también supone acabar con la figura del disentimiento, una modalidad de despido libre, en el que el empleador ni siquiera tiene que aducir una causa y puede comunicarlo con pocos días de antelación.

Sin embargo, las medidas que supone el mismo son limitadas ante las condiciones de extrema precariedad que sufren en un sector. Las trabajadoras ya han adevertido que esto es un primer paso, pero ahora sigue la pelea para conquistar derechos.

Por eso tan solo hace unos pocos días distintos colectivos de trabajadoras presentaron al Ministerio de Trabajo una serie de exigencias que van más allá de la Ratificación del Convenio 189 de la OIT entre las que se encuentran la incorporación al Régimen General de la Seguridad Social y la eliminación del régimen especial para el empleo doméstico, equiparar las pensiones a las del resto de trabajadores, aplicar en el sector la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cotizar para el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) y el reconocimiento de las enfermedades profesionales asociadas al sector. También exigen la existencia de inspecciones de trabajo y facilitar las denuncias de irregularidades en el sector.

Las trabajadoras son conscientes que la Ratificación de este convenio no va a resolver su situación de precariedad por arte de magia. Si bien en el artículo 10 del Convenio 189 nombra que “todo miembro deberá adoptar medidas con miras a asegurar la igualdad de trato entre los trabajadores domésticos y los trabajadores en general en relación a las horas normales de trabajo, la compensación de las horas extraordinarias, los períodos de descanso diarios y semanales y las vacaciones anuales pagadas”, también dice que esto se va a dar “en conformidad con la legislación nacional o con convenios colectivos, teniendo en cuenta las características especiales del trabajo doméstico”. Es decir, ahora se debe adaptar a la legislación propia.

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Además el sector del hogar y de los cuidados se caracteriza por ser enormemente feminizado y en donde una gran parte de las trabajadoras son de origen inmigrante. Esto hace que directamente estén por fuera de cualquier regulación, sin contratos, con sueldos de miseria y en una situación de gran vulnerabilidad frente al acoso y abusos sexuales.

Como relatan muchas de las activistas que están detrás de las movilizaciones y denuncias, estas mujeres empezaron poco a poco organizarse y crearon multitud de organizaciones y plataformas que han sido la punta de lanza en este proceso. Era precisamente en el parque, en los pocos momentos de descanso o en los paseos a los niños pequeños de las casas donde trabajaban, donde se iban informando y organizando entre ellas poco a poco.

Después de esto empezaron a salir a las calles y manifestar esta intolerable discriminación. Al mismo tiempo denunciaron multitud de tribunales para exigir al Estado español regule esta situación. Entre las sentencias que finalmente han ayudado a que no pueda seguir postergándose eternamente este debate, la del TJUE (Tribunal de justicia europea) del pasado febrero ha sido una de las que ha jugado un factor clave.

En total han sido once denuncias en tribunales internacionales que una y otra vez daban la razón a las trabajadoras. Sin embargo tanto la justicia española como todos los partidos políticos han hecho de oídos sordos estos reclamos y solo cuando no han tenido más remedio lo han pasado a tramitación.

Esta victoria tiene que venir acompañada con nuevas exigencias para acabar con la enorme precariedad del sector y los abusos que se cometen contra estas trabajadoras. Entre ellas una fundamental es la eliminación de la ominosa Ley de Extranjería que permite dejar sin derechos a una parte importante de las trabajadoras del hogar y de los cuidados; y de esta manera otorgar la regularización inmediata de todas las que no tiene papeles sin condición alguna para que sus patronas no se aprovechen de la vulnerabilidad de quien no tiene derecho a nada.

Este importante triunfo de las trabajadoras domésticas, muestra precisamente que se puede tumbar las legislaciones discriminatorias y que la movilización y la lucha de clases, incluso de los sectores más precarizados, puede romper e imponer conquistas de nuevos derechos a tribunales plagados de jueces conservadores y partidos políticos que más allá de cualquier discurso demagógico, nunca legislan por voluntad propia en favor de las y los trabajadores.