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Red Internacional
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Entrevista. Grecia: "Primeras señales de autoorganización de los refugiados"

Casi 60.000 refugiados están varados en Grecia. Los primeros vínculos con la izquierda radical. Entrevista a Manos Skoufoglou, dirigente de la alianza anticapitalista ANTARSYA en Atenas.

Martes 27 de septiembre de 2016 13:05

La frontera con Macedonia y el resto de la Unión Europea está cerrada. 57.000 refugiados están varados en Grecia. ¿Cuál es su situación?

Desde marzo, cuando se firmó el Acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, el camino hacia Europa está oficialmente cerrado para todos los refugiados e inmigrantes. Este Acuerdo reafirmó una situación que ya estaba consolidada, porque en Europa un país tras otro ya venía cerrando unilateralmente sus fronteras. Ahora, el llamado gobierno de izquierda en Grecia [Syriza] asume la tarea de ser baluarte de la UE contra los refugiados. El plan consiste en mantener a todos los refugiados en Turquía -el régimen de Erdogan recibe dinero con el fin de mantenerlos en grandes campos de refugiados.

Ya no hay ingresos desde Turquía, pero alrededor de 57.000 refugiados permanecen en Grecia por un tiempo indefinido. Varios cientos viven en las calles o en las plazas. Varios miles viven auto-organizados en asentamientos. La mayoría de los refugiados viven en los llamados "centros de acogida", que en realidad son prisiones a cielo abierto, o en "puntos de acceso", donde se identifica a los recién llegados y, posteriormente, se autoriza el asilo, o la deportación a sus países, o son enviados de vuelta a Turquía.

Las condiciones en estos campos varían mucho, pero en general son terribles, con instalaciones inadecuadas y mala alimentación. En muchos casos, los refugiados no pueden salir y quienes los apoyan no pueden entrar. Estos centros son administrados por el ejército o por organizaciones no gubernamentales, sin ningún control significativo.

Recientemente, la muerte de una joven en el campo de Diavata ha sido condenada ya que se podría haber evitado si hubiera habido un médico presente. En Ritsona y en Larisa, se han formado comités de refugiados para exigir mejores condiciones de vida. Las carpas se colocan bajo el sol, la comida es insuficiente y a menudo en mal estado, los baños son pocos y no sirven, y la zona está llena de serpientes y escorpiones. Se han reportado varios casos de malaria en los campos de todo el país.

Decenas de miles de refugiados no son tantos en un país de más de diez millones de habitantes. ¿Por qué las condiciones de vida son tan terribles?

El gobierno [de Syriza] justifica esto con la crisis y los programas de austeridad de la UE. ¿Pero es esto convincente? En la década de 1920 -después de que Grecia fuera devastada por una guerra imperialista- el país, con cinco millones de habitantes, recibió un adicional de dos millones de refugiados de Turquía. Hoy, 60.000 refugiados en un país con alrededor de once millones de habitantes, no es nada en comparación. Es una decisión política la de condenar a la gente a estas terribles condiciones. Es parte de una estrategia clara, compartida por todas las clases capitalistas de Europa, para mantener a todos fuera del continente, aparte de unos pocos que pueden ser útiles para el capital. Es una manifestación del profundo racismo del estado griego y la UE.

En 2015, cientos de miles de refugiados pasaron a través de Grecia. Ahora que tantos están varados ¿están interactuando con la población griega?

Cada vez es más evidente que decenas de miles se quedarán aquí, tal vez durante años. En este contexto se empiezan a ver las primeras señales de autoorganización de los refugiados, es difícil pero estimulante. Se han organizado asambleas en el puerto de El Pireo, en Ellinikon. En algunos campos, los refugiados han elegido sus propios comités. Otros participan en la gestión de los asentamientos, junto con activistas solidarios griegos.

Sólo en el último mes, surgieron movilizaciones de refugiados independientes en Diavata, Ritsona, Chios y Lesbos. En dos casos, las grandes manifestaciones han sido organizadas con los esfuerzos conjuntos de los refugiados y militantes griegos. La más grande fue en marzo, cuando más de 5.000 refugiados se manifestaron por el centro de Atenas, junto a quienes los apoyan.

Entre ciertos grupos de refugiados está empezando a crecer la conciencia política -a pesar del hecho de que muchos vienen de países donde la izquierda fue destruida hace mucho tiempo, y por lo tanto una formación marxista es muy rara. Muchos refugiados participan en reuniones políticas y asambleas. A veces hay sorpresas. Por ejemplo, durante una reunión en nuestra oficina, algunos compañeros afganos encontraron una copia olvidada del Manifiesto Comunista en urdu y persa. Uno de ellos dijo que él podía recordar el título, ya que alguna vez su padre había tenido una copia, que nunca había visto desde entonces. Se hicieron copias y se las llevaron al campo.

Por supuesto, hay conflictos entre los refugiados, y la comunicación con los militantes griegos a veces es difícil. Hay un largo camino por recorrer antes de que los recién llegados sean incorporados a los sindicatos de trabajadores. Pero el multifacético movimiento de solidaridad ha dado un primer paso.

¿Cómo afecta esto el estado de ánimo político en Grecia?

A pesar de la histeria xenófoba promovida por los medios de comunicación y la extrema derecha, actualmente la solidaridad prevalece sobre el racismo. Ha habido ataques racistas, especialmente en los pueblos y en las islas, con los que los nazis de Amanecer Dorado han tratado de sacar provecho. La agenda racista que se esconde detrás de la hipócrita retórica humanitaria del gobierno y de la UE, así como el fracaso moral total de un gobierno que se autodenomina de "izquierda", crean un terreno fértil para los nazis. Sin embargo, al menos por el momento, Amanecer Dorado no se está beneficiando de la situación. Esto se debe al amplio movimiento de solidaridad y de los buenos reflejos de los trabajadores.

¿Cuáles son las propuestas de la izquierda revolucionaria para los refugiados?

La izquierda revolucionaria, a pesar de una serie de contradicciones y de la relativa falta de tradiciones internacionalistas en la izquierda griega, ha jugado un papel esencial en el movimiento de solidaridad. Ya hemos mencionado los asentamientos, donde la izquierda revolucionaria está involucrada junto con anarquistas. El otoño pasado, se fundó un comité de coordinación de los sindicatos de trabajadores y estudiantes radicales, conducido por la izquierda anticapitalista y ahora realizan asambleas generales frecuentes. El comité de coordinación está involucrado tanto en las campañas políticas como en las prácticas solidarias, tales como la manifestación nacional contra la valla fronteriza de Evros. El comité ha visitado casi todos los campos de todo el país para establecer conexiones con los refugiados. También ha desempeñado un papel clave en la organización de las manifestaciones en Atenas y otras ciudades.

Hay sin duda un papel aún mayor para la izquierda revolucionaria, no sólo en la forma de las acciones de solidaridad, sino también en la promoción de una lucha política sobre la base de algunas de las demandas claves: abrir las fronteras desde y hacia Grecia; abolir el Acuerdo racista entre Turquía y la UE; contra la discriminación de los "refugiados" y los inmigrantes, y por la legalización para todos; asilo para todos los que lo soliciten; condiciones dignas de alojamiento, dentro de las ciudades y no en campos aislados; contra las restricciones a la libre circulación de los refugiados y los inmigrantes; garantizar el derecho de los inmigrantes a trabajar y unirse a los sindicatos; garantizar el derecho de los niños a ir a la escuela, así como a recibir enseñanza en su propio idioma; organizar comités de refugiados; detener todas las intervenciones imperialistas en Siria, Afganistán, Medio Oriente, África; denunciar la política racista del Estado griego y su participación en actividades imperialistas; romper con la racista y capitalista UE, a favor de una perspectiva genuinamente internacionalista, entre otras.

Es crucial introducir estas exigencias no sólo en los sindicatos y las organizaciones nacionales de los trabajadores, como ya ha ocurrido en los casos más radicales, sino también entre los propios refugiados y los inmigrantes.

Entrevista realizada por Wladek flakin

Traducción: Alejandra Saldarriaga Bedoya

Ver aquí la versión original en inglés