Grecia y sus acreedores han vuelto a sentarse el viernes a negociar a nivel técnico sobre el futuro del rescate financiero. La tríada del BCE, FMI y CE dejaría de llamarse “Troika” pero seguirían siendo las tres instituciones con las cuales el gobierno griego tiene que negociar.
Sábado 14 de febrero de 2015
Fotografía: EFE / Orestis Panagiotou
Los representantes del gobierno griego comenzaron las negociaciones retirando la propuesta de la quita parcial de la deuda, para plantear en cambio una renegociación de la misma, para pagar con bonos atados al crecimiento y a más largo plazo. Al mismo tiempo, pusieron el eje en conseguir un “programa puente”, que les permita un poco de tiempo hasta mayo.
Los líderes europeos vienen insistiendo en que “todos deben cumplir sus compromisos”, para presionar a Grecia, a la vez que el BCE utilizó una medida de chantaje, dejar de financiar a los bancos griegos, para acelerar las negociaciones y “apretar” al gobierno griego.
Este viernes, representantes griegos y de las tres instituciones de la troika -el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea- han comenzado en Bruselas los trabajos técnicos en busca de caminos hacia un acuerdo.
El próximo lunes en la reunión del Eurogrupo entre los ministros de Finanzas de la zona euro se volverá a discutir sobre la deuda griega y se definirá si es posible un acuerdo.
Tsipras, al término de la reunión del jueves con el Eurorgrupo, señaló que está obligado a “cumplir las reglas europeas” aunque no esté de acuerdo con ellas, pero afirmó que también se debe “respetar el mandato del pueblo griego” para acabar con las políticas de austeridad.
"Estamos definitivamente obligados a seguirlas y cumplirlas", dijo Tsipras ante la prensa, donde indicó también que habrá que combinar este principio con el "respeto a la democracia y el resultado de las elecciones" que ganó Syriza.
Tsipras consideró, en un tono conciliador, que las conversaciones técnicas que comenzaron este viernes permitirán allanar el camino para encontrar un acuerdo "mutuamente satisfactorio".
El líder de Syriza propone una solución que es contradictoria en si misma: sostiene que va a cumplir el programa electoral que votaron los griegos, pero al mismo tiempo busca un acuerdo con el BCE, UE y FMI, que quieren obligar a Grecia a mantenerse en los marcos del rescate, el pago de la deuda y las “reformas”.
El primer gesto europeo hacia Syriza ha sido por ahora desterrar la palabra "troika" del discurso oficial, lo que ha permitido a Tsipras proclamar el viernes en Bruselas que "la troika ya no existe", pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, la pronunciaba momentos antes unos pisos más abajo.
El BCE, la Comisión Europea y el FMI ya no se llamarán Troika, sino “las instituciones”, pero seguirán siendo las mismas que la noche anterior. "No hay un deseo particular por parte de nadie de llamarlo troika (...), los nombres son nombres", dijeron fuentes europeas a la agencia EFE.
Los puntos fundamentales de la discusión son qué pasará a partir del 28 de febrero y cómo encontrará financiación el gobierno de Grecia, y a continuación, cuáles serán las reformas que aplicará el gobierno que “satisfagan” a “las instituciones”.
Tsipras ha reclamado un programa financiero "puente" hasta lograr un acuerdo definitivo, en torno a agosto, y un mayor margen para financiarse y suavizar los ajustes fiscales.
Desde Bruselas algunas fuentes han dejado trascender que sería posible negociar un nuevo programa de rescate.
Atenas necesita respaldo financiero para afrontar pagos próximos, pero además estar formando parte de un programa de este tipo abriría la puerta de que el BCE revoque su reciente decisión de no aceptar los bonos griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación.
Tsipras ha dicho que quiere sustituir una tercera parte de las medidas a las que se comprometió el anterior Gobierno heleno por un plan más acorde con sus líneas políticas.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha señalado que "hay que mantener un enfoque de sentido común. Cuando el nuevo Gobierno griego anule algunas medidas antisociales, y algunas lo son, éstas tendrán que ser sustituidas por otras que desde el punto de vista presupuestario sean equivalentes".
Este domingo están convocadas movilizaciones en Grecia y varias ciudades del mundo, con la intención de que el gobierno cumpla las promesas electorales y repudiar el “chantaje” del BCE y los ajustes de la Troika.
El próximo lunes la reunión del Eurogrupo tendrá que tomar alguna definición.