Este 14 de febrero se realizaron elecciones en el Sindicato del Personal de Frigoríficos de Carnes de Capital y Gran Buenos Aires para renovar autoridades. La lista Roja, cual agrupa al activismo combativo y antiburocrático, realizó una campaña a todo pulmón y obtuvo el 42% de los votos. A pesar de que el estatuto sindical no permite el ingreso de las minorías a los órganos de gobierno y que no votaron más del 30% del padrón, el resultado muestra que un importante sector rechaza la gestión de Gabriel Vallejos y que hay fuerzas para enfrentar los planes de ajuste de las patronales.
Miércoles 16 de febrero de 2022
Trabajadores de la carne durante el escrutinio. Fotografía: Lista Roja
Con la participación de casi 2000 operarios que votaron en los 10 frigoríficos ubicados entre la zona norte y sur del GBA, este lunes se realizaron los comicios para renovar los miembros de la comisión directiva y congresales. Se presentaron dos listas: la “Azul y Blanca” y la “Roja”. La primera responde a la actual conducción de Gabriel Vallejos, mientras que la segunda agrupa a la oposición antiburocrática.
La Roja hizo una gran elección obteniendo el 42% de los votos (807), mientras que el oficialismo obtuvo 1128 votos. Con estos resultados, apoyándose en un estatuto totalmente burocrático que no reconoce la voluntad de un amplio sector de los trabajadores del gremio que votaron a la lista Roja, pudo retener todos los lugares dentro de la comisión directiva. A eso se suma que, de un padrón de 3113 votantes, solo emitieron voto 1936 operarios. Es decir, que solo participó el 62% del padrón de afiliados.
Proponiendo la recuperación del salario, el reconocimiento del convenio colectivo de trabajo para los contratados, la garantía horaria de 48 horas semanales y el compromiso de impulsar asambleas y juntas de delegados, la lista Roja se impuso en 6 de 10 frigoríficos: Rioplatense, Bancalari, Visom, Compañía Procesadores de Carnes, Frigolomas y Penta. El oficialismo triunfó en dos de los establecimientos más grandes: Catermeet y Ciaber. Allí sacó la diferencia para ganar la elección. De este último proviene Gabriel Vallejos, quien renovó su cargo como secretario general este lunes hasta el 2026.
En declaraciones para este medio, Carlos Zerrizuela -quien es delegado en Rioplatense y miembro de la Roja- agradeció a “todos los trabajadores de la carne que nos apoyaron, especialmente al activismo que impulsó la lista y nos dio el empuje para hacer esta campaña a pulmón”.
Organizaciones obreras y políticas también dieron su apoyo a esta lista antiburocrática que propone un modelo sindical democrático basado en asambleas y combativo. Entre ellas se encuentran la agrupación Bordó del sindicato de la alimentación, trabajadores de Madygraf, delegados y miembros del Consejo Educativo de la seccional Tigre del SUTEBA, el Cuerpo de Delegados de la Línea 60 y la Comisión Interna de Linde (ex Praxair) planta Pacheco.
Primeras reflexiones y desafíos por venir
Para entender porque hizo una gran elección la lista Roja hay que tomar varios aspectos. Por un lado, el económico y social. La industria de la carne se caracteriza por su concentración y exportación. El Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) agrupa a las principales firmas. Las principales empresas son Compañía Bernal, Coto, JBS, Swift, Ecocarnes, Grupo Beltrán, American Meet Company, Frigoríficos Rioplatense, Carne Hereford S.A., Arrebeef, entre otras. Los ingresos generados por las exportaciones de carne vacuna certificadas en noviembre de 2021 equivalieron a 260,5 millones de dólares. Los controles del Gobierno mantuvieron sin cambios el poder estructural de estas empresas y ese año los consumidores de carne sufrieron un aumento en los precios de casi 10 puntos por encima del nivel general de la inflación.
Quienes también perdieron fueron los trabajadores. Las condiciones laborales insalubres y precarias (trabajo en negro y tercerización) se complementaron con acuerdos paritarios insuficientes. La lista Roja denunció que los nuevos aumentos -como parte del cierre de la paritaria 2021, que se aplicarán entre enero y marzo de este año- no permiten al trabajador superar la canasta básica.
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Si analizamos el aspecto gremial, la conducción de Vallejos no cambió sus prácticas antisindicales y proempresariales. El uso de las patotas para acallar disidencias, el silencio ante los despidos (como ocurrió en las empresas Penta y Rioplatense) y el apoyo a las empresas del sector el año pasado contra las restricciones a la exportación son ejemplos que muestran la complicidad de este oficialismo con una industria caracterizada velocidad en el trabajo, los salarios bajos, los accidentes laborales y los precios altos de la carne, sin olvidar la precarización laboral que se extiende en todo el gremio.
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Estos factores influyeron en más de 800 operarios de la carne, quienes dieron su apoyo a una opción combativa y antiburocrática. Lo logrado hasta ahora -desde haber conformado una lista con activistas de varios frigoríficos hasta recorrer plantas donde la burocracia les impidió el ingreso-, invita a seguir organizando en cada frigorífico a los trabajadores en planta y contratados en agrupaciones que, además de luchar por demandas laborales, se preparen para recuperar los cuerpos de delegados y resistir los ataques de los empresarios, los gobiernos y las burocracias sindicales.
En un contexto signado por la carestía y la dependencia al FMI, esta elección es un punto importante para organizar la fuerza de la clase trabajadora para enfrentar las crisis que vendrán. Unir y coordinar democráticamente con otros sectores en lucha en pos de recuperar los sindicatos es la tarea que las organizaciones obreras independientes de las dirigencias tradicionales y la izquierda combativa y clasista debe continuar.