A consecuencia de las deportaciones de Donald Trump familias quedan separadas como el caso de Guadalupe García.
Martes 14 de febrero de 2017
Guadalupe García, después de haber vivido 21 años en Estados Unidos, fue deportada el pasado miércoles mientras iba su cita periódica con Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en Ingles), dejando a sus dos hijos y esposo en Estados Unidos.
Guadalupe en el 2008 fue detenida en un parque acuático de Phoenix en el que trabajaba tras una redada organizada por el Sheriff Joe Arpaio, en la cual se descubre que trabajaba con un numero de seguridad falso. A partir de ese momento tuvo que presentarse periódicamente en el ICE; su deportación había pasado a segundo plano y había obtenido un permiso para trabajar, hasta el pasado miércoles que fue detenida.
A los 14 años Guadalupe salió del estado de Guanajuato a los 14 años para cruzar la frontera, pero al llegar a Estados Unidos se enfrentó a trabajar en la ilegalidad y ahora a ser deportada.
Durante su campaña y en sus primeros días de mandato, Trump lanzó una política xenófoba y machista, a la par que le quitó el financiamiento a las ONG´s que apoyan el aborto en el extranjero atacando así el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
Pero son las mujeres migrantes junto a la diversidad sexogénerica los que más se enfrentan a la precariedad laboral.
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Ser mujer e inmigrante al otro lado de la frontera
Llegar a Estados Unidos no es tarea y menos para las mujeres y la diversidad sexogenerica que se tienen que enfrentar a la “bestia”, a las estafas de los coyotes, pero también se enfrentan en el transcurso del viaje a la violencia machista como ser acosadas o en otros casos ser violadas, al igual que a los feminicidios o crímenes de odio.
Al cruzar la frontera muchas veces sin papeles se enfrentan a la precarización laboral, al acoso en sus centros de trabajos o a la discriminación laboral, y la falta de servicios como a la salud. También se enfrentan todos los días al miedo a ser deportados y a volver a la realidad de la violencia que se vive en sus propios países.
Por eso es importante poder luchar contra esta violencia machista, por el libre tránsito, y para que todos los migrantes tengan plenos derechos civiles y políticos.