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Red Internacional
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Internacional. Guatemala: ¿Tercer país seguro?

Trump ha logrado poner los cimientos para extender la frontera sur de los Estados Unidos hasta el sur de Guatemala.

Martes 6 de agosto de 2019

Trump ha logrado poner los cimientos para extender la frontera sur de los Estados Unidos hasta el sur de Guatemala, siendo este último, declarado hoy un tercer país seguro; lo que quiere decir que en teoría es capaz de albergar a migrantes provenientes de otros países, que deben de cruzar Guatemala para adentrarse al peligroso México y finalmente intentar cruzar el Río Bravo. El término tercer país seguro se basa en los principios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 e implica que un país puede negarse a conceder asilo a una persona y remitirla a un tercer país que sea considerado “seguro”.

Esto, tras un polémico acuerdo en el cual el gobierno de Jimmy Morales no superó las amenazas arancelarias de Washington y accedió a recibir más migrantes. El acuerdo dicta que los migrantes que han pasado por Guatemala y aspiran a pedir asilo o refugio deberán hacerlo en Guatemala y no en EU, por lo que los llegados a la frontera con México, podrán ser reenviados a Guatemala en donde supuestamente esperarán el asilo y en palabras de Trump “recibirán protección”.

Para disfrazar aún más el tema, Trump también habló sobre la culpabilidad de los traficantes o “coyotes” e insistió en la facilidad para solicitar visas para trabajadores del sector agrícola.

Este acuerdo, que hasta el momento mantiene la mayor parte de sus cláusulas y contenido en secreto, ha despertado opiniones de desacuerdo en el país centroamericano, incluso se habla de una violación a la Corte de Constitucionalidad Nacional, también se habla de que la misma debería iniciar acciones legales en contra de Morales y el ministro del interior, Enrique Degenhart, debido a que están violando la autoridad del Congreso debido a que le quita la autoridad para ratificar acuerdos internacionales de esta naturaleza.

También el procurador de Derechos Humanos de Guatemala presentó la semana pasada un amparo en contra del acuerdo.

El acuerdo firmado es insostenible para un país que no puede garantizar las condiciones mínimas de bienestar para sus habitantes, las condiciones de vida son igual de bajas que las del resto de la zona y hay mucha gente que apenas gana 3 dólares al día, siendo uno de los 7 principales países que envían más migrantes a los EU, se calcula que existen aproximadamente 3 millones de guatemaltecos en el país del norte.

En definitiva esto no es trabajar en común con el gobierno latino, es una imposición de Trump, que está desesperado por conseguir políticas que le permitan tener cartas anti inmigrantes para buscar su reelección; de momento le salió bien ya que en esta guerra de posiciones Jimmy Morales no aguanto la presión y es el principal responsable de los miles de centroamericanos que encontrarán -mediante la represión- el primer obstáculo para llegar a su destino.

Algunos sociólogos y medios han planteado que el acuerdo puede quedar sin efecto no únicamente por lo legal sino también por la imposibilidad de las condiciones del país, pero mientras alguno de los dos caminos se cierra, la política anti inmigrante va a seguir buscando diferentes opciones, como la militarización de la frontera sur en México, donde se ha logrado la deportación de miles de guatemaltecos en apenas seis meses, o las presiones arancelarias extra oficiales, la venta de armas y el adiestramiento de policías y fuerzas de represión en países de centroamérica.

La doble moral del imperialismo que por un lado explota los países y los somete a regímenes títere, y que por el otro denuncia la violencia y culpa de ello a la falta de una infraestructura económica, no va a detener la migración de miles que están dispuestos a dejarlo todo con el fin de buscar una vida digna, pero también esa doble moral seguirá fomentando los ataques terroristas de supremacistas retrogradas como los del pasado fin de semana.

Por eso es urgente que la solidaridad con nuestros hermanos migrantes se ponga en primer lugar dentro de la agenda de los trabajadores y los sectores en lucha en EU, México y el conjunto de los países centro americanos, para lograr plenos derechos y el libre tránsito, además de eliminar la injerencia estadounidense en los gobiernos latinos.