Según un informe de 2015 publicado por la Oficina de la Declaración de Ginebra, una mujer muere asesinada cada 12 horas en el país centroamericano.
Miércoles 24 de junio de 2015
En 2010, después de años de intensa lucha por parte de organizaciones por los derechos de las mujeres, Guatemala se convirtió en el primer país del mundo en crear tribunales especializados para casos de femicidio y otras formas de violencia contra las mujeres. La mayoría de los jueces que escuchan los casos son mujeres que reciben capacitación en temas de género, y los tribunales también tienen guarderías para cuidar de los niños y niñas, mientras sus madres atestiguan.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres, es algo que atraviesa toda la sociedad guatemalteca, con una fuerte cultura machista, que deja a las mujeres, niñas y niños vulnerables ante la violencia física y económica.
A pesar de los avances, el profesor de la Universidad de Wichita, Dinorah Azpuru, señaló que algunas actitudes socialmente arraigadas, como la aceptación de golpear a la pareja por motivos de sospecha de la infidelidad, plantea grandes desafíos. "La justicia tiene que ser más dura para castigar a los que cometen violencia contra las mujeres, pero al mismo tiempo la gente tiene que entender que está mal hacer eso", dijo Azpuru. "Si la cultura de respeto hacia las mujeres no cambia en el hogar, no importa lo buenas que puedan ser nuestras instituciones".
En 2014, la Universidad de Vanderbilt realizó una encuesta sobre la violencia de género en Latinoamérica que identificó a Guatemala como el país de América Latina con mayor tolerancia a la violencia contra las mujeres por "sospecha de infidelidad", con un 58% de los encuestados diciendo que consideraban la infidelidad como "una justificación para la violencia". Los guatemaltecos eran seguidos, en dicha encuesta por los salvadoreños, con un 42%; los guyaneses con un 35% y los mexicanos con un 34%. "Casi siempre se espera que los hombres sean infieles, algo que las mujeres sufren mucho debido a la humillación y la posibilidad de ser abandonadas", dijo Cecilia Menjívar, autora del libro Eterna Violencia: vida de las mujeres ladinas en Guatemala, "Pero si se sospecha que la infidelidad la cometen ellas son duramente castigadas".
Por el miedo y la desprotección, miles de mujeres huyen con sus hijos e hijas hacia los EE.UU., cada año, en busca de asilo, dado que en setiembre del 2014, un tribunal para asuntos de inmigración decretó que las mujeres que huyen de la violencia doméstica y temen por sus vidas, pueden pedir asilo legalmente en ese país. Sin embargo, muchas han sido deportadas y también se han reportado gran cantidad de casos de mujeres que sufrieron abusos sexuales en centros de detención.
Fuente: http://womensenews.org/