Sin embargo, la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, afirmó que el gobernador quería una salida pacífica, y que el desalojo lo impuso la justicia. Cinismo, que le dicen.
Jueves 29 de octubre de 2020 10:22
La ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, afirmó en la mañana de este jueves que el gobernador Axel Kicillof "instruyó a sus ministros a encontrar todas las vías posibles para una salida pacífica antes de que la Justicia impusiera el desalojo formal" del predio de Guernica, en el partido bonaerense de Presidente Perón.
"Lo que hizo el Gobierno fue mediar para resolver esto. La Justicia se mantuvo firme en que el desalojo se tenía que producir hoy", sostuvo la funcionaria provincial, quien destacó que, durante tres meses, el Ejecutivo provincial estuvo "tratando de que no hubiera daños colaterales".
Un discurso plagado de cinismo, cuando hace meses el Gobierno viene amenazando con la represión que se consumó en las primeras horas del día, mientras por otro lado intentaba dividir a los vecinos con propuestas miserables de entregarles unas chapas y dejarlos pasando la noche en paradores.
Parece una tomada de pelo que el gobernador se quiera desentender de la represión, como si a Berni lo mandara un fiscal y no tuviera una orden política. Se puede confirmar además en el hecho de que Kicillof todavía no dijo ni una palabra sobre la brutalidad policial desatada habiendo pasado más de 5 horas de iniciado el operativo. Desde temprano, está monitoreando la situación con el presidente Alberto Fernández desde la quinta de Olivos, hablando con Larroque y dirigiendo el plan a la distancia.
"Hace 100 días que está hablando con todas las familias. De hecho, el 80% de las personas se retiró de forma pacífica todos estos días", mintió descaradamente la ministra, contradiciendo el dato que arrojaba el último censo, que el propio Gobierno había reconocido en las negociaciones de los últimos días: que en Guernica había todavía 1400 familias y más de 4000 personas.