En el marco de la jornada nacional de lucha por una cuarentena sin hambre, organizaciones sociales y cooperativas realizaron un corte y se movilizaron al municipio.
Domingo 14 de junio de 2020 20:26
Organizaciones sociales, políticas y cooperativas, realizaron una jornada nacional de lucha por una cuarentena sin hambre, ante la situación que está viviendo la gran mayoría del pueblo trabajador con el aumento de la pobreza, el hambre, los despidos, las suspensiones, las rebajas salariales, la represión, las condiciones de salud y de violencia de genero. La cuarenta por Covid-19 agravo y expuso todavía más la realidad en la que vive gran parte del pueblo trabajador, como con la precarización laboral, pero también con la precarización en el sistema de salud, la vivienda, la alimentación, entre otros. Esta realidad no es nueva, viene de hace años con los distintos gobiernos, desde los radicales, los peronistas, el de cambiemos y ahora el frente de todos.
Durante el gobierno de Mauricio Macri esta situación fue en aumento por sus políticas neoliberales y el fuerte endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional. Ahora con el gobierno de Alberto Fernández, aunque se quiere mostrar con un rostro más progresista, sus medidas para con el pueblo trabajador son insuficientes, y todo indica que se sigue gobernando para los grandes empresarios, los grupos concentrados de poder, y los especuladores. Cada medida que el gobierno toma supuestamente a favor del pueblo, luego termina cediendo a la presión de los empresarios, esto se vio con la “ley antidespidos” (miles de empresarios siguieron suspendiendo y recortando salarios impunemente), en la centralización del sistema de salud, el impuesto a las grandes fortunas, y ahora con una supuesta “expropiación” a Vicentin, que en realidad sería una intervención y salvataje del grupo empresario que estafo al Estado con la complicidad del gobierno de Macri. Otro factor por el que se agravaron las condiciones de vida de las grandes mayorías, es la continuidad del pago la deuda externa con el FMI. Mientras miles de personas se queden sin su trabajo, caen en la pobreza o no pueden sostener la cuarentena porque no llegan a comprar los alimentos, el gobierno sigue pagando y negociando una deuda que es ilegal, ilegitima y fraudulenta.
En Guernica, convocada por distintas organizaciones se realizó un corte y movilización para exigir el aumento de los cupos de alimentos, trabajo genuino, condiciones dignas de salud y vivienda. En contra de la violencia de género, para que se garantice el cumplimiento de la “Ley Micaela”, el aumento en el presupuesto y la atención a las mujeres víctimas de violencia de género. Por el no pago de la deuda externa con el FMI y terminar con la especulación. También en contra de la represión en los barrios populares, como en la comunidad QOM, y por justicia para Luis Espinoza, como para todas las víctimas del gatillo fácil. Entre otras exigencias que se volcaron en un documento común.
La jornada comenzó con el corte de la ruta provincial 210 y continuo con la movilización a la municipalidad de Presidente Perón, donde a partir del reclamo se consiguió que ingresaran cuatro personas en representación de las organizaciones para plantear sus exigencias ante la Intendenta Blanca Cantero y funcionarios de la Intendencia.
Los reclamos no son nuevos, antes y durante de la cuarentena ya se han realizado movilizaciones y se presentaron petitorios exigiendo el aumento de los cupos de alimentos ante el incremento de familias que concurren a los comedores barriales para buscar un plato de comida. Las respuestas del gobierno local terminan quedando en la nada y no se cumplen.
Desde este medio anteriormente realizamos una nota contando la situación del comedor del barrio Villa Numancia “Lágrimas de hoy, sonrisas del mañana”, donde no se llegan con las raciones de comida, problemática que se extiende a todos los comedores del conurbano bonaerense.
En este caso, desde La Izquierda Diario entrevistamos a representantes de dos organizaciones que participaron en la movilización para que nos cuenten su situación y la situación de los barrios. Por un lado, entrevistamos a “Pato” del MTR votamos luchar, quienes sostienen dos comedores, en el barrio San Martin y Santa Elena. En segundo lugar, entrevistamos a las trabajadoras de la COPA (Cooperativa Agroecológica) quienes también forman parte de la organización La Casita y de Marabunta en el Frente de lucha, para que nos cuenten la situación de la cooperativa y del comedor que sostienen en el barrio.
Entrevista a “Pato” del MTR votamos luchar (San Martin), con una fuerte denuncia hacia el municipio y la gestión de Blanca Cantero.
- ¿Cuál es la situación en el barrio ante la cuarentena? ¿Reciben alguna contención desde el Estado?
“Realmente hoy en día con esta pandemia son mucho mayores las necesidades que se viven. Los compañeros muchos no tienen planes sociales, no cobran el IFE por lo burocrático y difícil que es. La verdad es que cada día se hace más difícil todo, antes teníamos un merendero y ahora es un comedor también. Estamos sosteniendo las ollas con lo que nos colabora la gente, y haciendo cosas para vender. Este es el motivo que nos trajo hoy a la calle. Indigna mucho ver que pedís ayuda en el municipio y no te la dan, pero después ver que hay otras organizaciones que si reciben ayuda dependiendo si está o no alineado a la línea política del gobierno. Hoy todos la estamos pasando mal, por eso somos varias organizaciones que estamos acá reclamando y hay mucha gente, esto a pesar que otros compañeros están resguardados porque tienen problemas de salud, pero no se aguanta más. En este sentido para garantizar la salud en los barrios también estamos exigiendo que se brinden elementos sanitarios y de higiene, como barbijos, alcohol, desinfectantes, lavandina, entre otros.”
- ¿Cuántas familias dependen de los comedores?
“Nosotros estamos dando entre 200 y 300 raciones por día, entre los dos comedores que estamos sosteniendo en San Martin y Santa Elena. Esto empezó para los chicos y la verdad es que cada día se acerca más gente de todas las edades, y familias. Es indignante que uno se acerca al municipio con un petitorio y quede archivado, porque después no recibís ninguna ayuda, ni una respuesta. Esta es la realidad que se vive. El hambre también mata.
Entrevista a trabajadoras de la Cooperativa de producción Agroecológica COPA, por la situación de la Cooperativa y cómo en la cuarentena están sosteniendo una olla popular.
- ¿Cuál es la situación de la Cooperativa con la cuarentena? ¿Cuántas personas trabajan?
Con respecto a la parte productiva, al principio de la cuarentena no pudimos trabajar en nuestro campo y justo estábamos en la transición de cultivos de Huerta de primavera-verano a otoño-invierno, por lo que nos atrasamos en los cuidados, las últimas cosechas y las siembras. Nos atrasamos casi un mes, lo que repercute a futuro en las próximas temporadas de cultivos. Con las otras producciones también venimos mal porque está todo parado, en la COPA también hay productivos de Apicultura, Avicultura, Vivero, Semillas, Cerámica y elaboración de productos de medicina natural. Todo esto nos va a afectar fuertemente en lo económico en esta temporada y en la próxima. En la cooperativa trabajamos casi 50 personas, pero vamos volviendo a producir de a poques, la mayoría está con licencia de salud y por ahora unas quince personas vamos rotando y respetando los protocolos.
- Reciben algún apoyo o incentivo desde el Estado para afrontar la crítica situación, como la ILE que recibieron las pymes y empresas u otro programa para las trabajadoras y los trabajadores?
Nosotras estamos organizadas en la Corriente Social y Política Marabunta y participamos del Frente de Lucha, con otras organizaciones sociales y piqueteras donde tenemos reclamos y gestiones con el Ministerio de Desarrollo. Los programas siguen teniendo un tope de $8.500, y sabemos que con la inflación eso no alcanza para nada, por eso venimos exigiendo que se aumente. Dieron un bono extra de $3.000 de manera excepcional al principio de la cuarentena, pero fue una medida completamente insuficiente, sabiendo la situación de crisis actual. Además, muches teníamos otro trabajo y esa fuente también se vio reducida. Por otro lado, el Ministerio de Desarrollo no está abriendo cupos para nuevos ingresos a programas, esto sabiendo la cantidad de gente que se anotó para cobrar el IFE de $10.000 (monto que debería aumentarse y universalizarse), y que están en una grave situación de precarización, estas son alrededor de unas 11.000.000 de personas que se anotaron y lo están cobrando 9.000.000 aproximadamente, pero de forma atrasada.
Por el programa que dicen ustedes, son solo para empresas y no alcanza a las cooperativas. Sabemos que lo solicitaron grandes empresas como el Ingenio Ledesma que tuvo complicidad en la última dictadura cívico-eclesiástico-militar-empresarial.
Para las cooperativas se abrió un programa de emergencia del Ministerio de Trabajo, que se llama Programa de Trabajo Autogestionado. Este programa dura dos meses, por la cuarentena, lo que parece una burla, y son solo $6.500, o sea no es ni siquiera la cantidad que dan a los programas de Desarrollo Social, que ya son insuficientes. Como si fuera poco, acceder a ellos es muy burocrático, en el sentido de la cantidad de documentación que te piden y las fechas de entregas. Lo que hace el Estado es trasladar las tareas administrativas a las organizaciones y muchas cooperativas quedan afuera de estos programas.
-Sabemos que desde que empezó la cuarentena a pesar del difícil momento que están pasando como cooperativa abrieron una olla popular, al igual que otras cooperativas como Madygraf, o Ansabo que empezaron a producir elementos sanitarios para los centros de salud y la comunidad. Nos podrían contar ¿Cuántas familias se acercan a buscar un plato de comida? ¿Cómo la organizan?
Cuando comenzó la cuarentena iniciamos las ollas populares, al principio las hacíamos espaciadas, pero con el pasar de la cuarentena empezamos a regularizarlas cada vez más y tenemos el proyecto de continuarlas porque en los barrios hacen mucha falta. Estamos dando 150 raciones de comida, que cocinamos con alimentos secos de Provincia y de Nación, que a pesar del aumento de la pobreza y de las personas que acuden a buscar un plato de comida, siguen entregando la misma cantidad de alimentos que daban el año pasado. Es un gran esfuerzo que hacemos, porque son horas de trabajo y de producción nuestra que dejamos de lado para sostener las ollas, pero nuestros principios de solidaridad de clase nos dicen que no podemos dedicarnos exclusivamente a la producción, sin ser conscientes de la realidad y el contexto que nos rodea.
También como pusimos en el petitorio que entregamos al municipio en esta jornada nacional de lucha, exigimos que se brinden elementos para combatir el invierno como abrigos, estufas y calzados, porque la gente que viene a buscar un plato de comida nos dice que necesita abrigos para afrontar el invierno. Por eso también abrimos y sostenemos una alacena y un ropero comunitario con donaciones que nos hacen de alimentos y ropa, pero no alcanzan. Además, estuvimos repartiendo semillas e incentivando a que las familias cultiven en sus propias casas. Entendemos que somos parte de esta realidad y trabajamos para cambiarla, desde una perspectiva feminista y ecosocialista.
- ¿Qué opinión tienen de la supuesta “expropiación” o intervención de Vicentin anunciada por el presidente Alberto Fernández? ¿Creen que se podrá alcanzar la soberanía alimentaria que pregonan desde el gobierno?
“La verdad que nos hacen ruido estas frases, como las de un “capitalismo donde ganen todos”, eso no existe. Cuánto puede apostar a una soberanía alimentaria un Estado que se pronuncia abiertamente capitalista, y se da la mano con los productores de los agrotóxicos, los transgénicos y el agronegocio, justamente estas son realidades contrarias a la soberanía alimentaria.”
- ¿Algo que quisieran agregar?
Nos preocupa mucho la situación de la violencia de género, agravada en la cuarentena, muchas mujeres que están encerradas con sus abusadores, sus agresores, y no tienen a donde recurrir o se les dificulta porque las políticas de contención del Estado son insuficientes, como la línea 144 donde los llamados aumentaron, y sus trabajadoras que sabemos están precarizadas no dan abasto con la atención de una problemática tan grave. Hay compañeras militantes y profesionales que luchan contra esto desde su lugar, pero exigimos al Estado que es quien tiene las herramientas para afrontar esta situación que se haga cargo. También estamos juntando aportes y donaciones para las niñeces, y difundiendo la lucha contra el abuso sexual en la infancia, porque entendemos que algunes se encuentran en cuarentena en sus casas sin poder salir y allí muchas veces se encuentran con sus abusadores sexuales.