El Gobierno bonaerense y la Justicia ya están actuando para desgastar y dividir el reclamo. Amenazas y maniobras. El tiempo corre: ¿Cómo enfrentar los aprietes y hacer más fuerte la pelea por un techo en esas tierras?
Lunes 5 de octubre de 2020 13:01
Foto: Joaquín Díaz Reck - Enfoque Rojo
La prórroga de la orden del desalojo dictada por el juez Rizzo provocó un lógico alivio entre quienes están luchando por su pedazo de tierra y por el derecho a la vivienda propia. El Gobierno no tenía la fuerza y el apoyo para hacer un desalojo que prometía ser violento ("con la menor violencia posible", dijeron los funcionarios: linda recomendación a la Bonaerense comandada por Berni). Sin embargo, ni bien se dio por prorrogado, se avanzó con el plan que el Gobierno venía preparando hace días: “arreglar uno a uno” con “ofertas” mínimas, con falsas y vagas promesas (con plazos imposibles). Todo con la amenaza del desalojo violento, causas judiciales y ninguna solución al problema de vivienda.
Es decir desgastar, dividir y acallar el reclamo genuino de tener una casa para vivir.
Lo que se está viviendo es una postergación de 15 días donde los y las compañeras y sus hijos seguirán viviendo casi a la intemperie, ya que no se permite el ingreso de materiales. El fallo incluye un perverso sistema de "días posibles" para el desalojo, donde se puede hacer desde el 15 hasta fin de octubre, cualquier día. Es decir, 15 días de frío que duele y 15 de total incertidumbre.
El chantaje
El Gobierno provincial instaló gazebos y llama a cada uno de los "censados" para darles una apriete (perdón, “una oferta”). Allí los funcionarios explican que, como siempre pasa, hay distintas posibilidades para arreglar un problema. En este caso "el tuyo", donde el "Estado presente" va a plantearte sus alternativas. Proponen irse con unos 50.000 pesos. El funcionario está abierto al “regateo” como si fuese un comercio de Once, y te pueden ofrecer algo más, como una chapa, “algo”. Ellos entienden, y su sensibilidad es “tan grande”, que están dispuestos a “armar un plan para cada necesidad”.
¿Tierra? Para ninguno. Pero si te falta alguito para tu "plan" que podría ser volver a la casa de tus padres y hacer una pieza sin baño ni nada, ellos te dan una chapa o algo "extra" porque piensan en vos. El Estado “está presente” y te escucha. También estarás en una lista de un plan de viviendas anunciado por Kicillof aunque "eso tarda"....unos años. Si ese plan no es de tu agrado, porque no tenés donde ir, porque con 50.000 pesos y una chapa no se hace ni una casa ni una pieza aunque sea sin baño ni cocina, la funcionaria te dirá con amabilidad que es "una macana". Allí por desgracia, para todos (porque ellos también “sufren” si sucede) "el Estado presente" aparecerá pero de otra forma y te va a sacar por las malas. Ellos están ahí porque “no quieren que te pase eso”. Pero vos sabés, la Justicia es la Justicia y las órdenes judiciales se acatan. No vaya a ser que se pierda la división de poderes y la independencia de la Justicia que como el pueblo sabe, impera en la Argentina y el mundo.
Resumen: agarrá esto que no te soluciona nada, firmá acá que te vas y si no te sacamos a patadas. Lo que se dice “progresismo”. Un chantaje, una extorsión basada en la cruda realidad de quienes no tienen nada. Una asquerosa política, implementada con cinismo además sobre sus propios votantes. El Gobierno, tanto nacional como provincial, está diciendo a viva voz que no tiene solución colectiva para un reclamo colectivo. Como hacen las patronales más duras, quieren transformar un conflicto colectivo en uno "pluri individual".
Una campaña
En sintonía con el Gobierno nacional y provincial y la derecha, que juntos trataron de "delincuentes" a quienes luchan por sobrevivir, se lanzó una campaña de estigmatización. Canales de TV full time dedicados a mostrar que “no hay gente real" sino grupos políticos con intereses propios, que evitan la solución del conflicto.
No quieren reconocer el problema: no pueden lograr fácilmente que la gente se vaya llevándose a cambio lo que le alcanza para los gastos de un mes de una familia. Siempre hay algún tonto que le da de comer a esa campaña para figuretear un rato.
En el medio ocultan que esas tierras no tienen claramente un dueño, que lo que buscan es el negocio inmobiliario, hacer countries para chetos, sacando a los pobres del lugar y si es posible lejos. Como dijo una señora del Nordelta hace un tiempo, para que no le moleste ver a "gente así" desde su casa. Una cuestión de mejorar también un poco el paisaje de los señores que quieren el lugar para hacerse una pequeña mansión, quizá para los finde.
Pero más allá de las reaccionarias intenciones, cada vez que algún medio va a la toma de Guernica aparece la realidad: se trata de trabajadores informales, albañiles, changarines, trabajadoras de casas particulares que se quedaron sin donde vivir ni recursos en plena pandemia.
Al día de hoy, este operativo común entre el Poder Judicial, los medios, la derecha y los gobiernos, contra la lucha por tierra y vivienda, no ha conseguido avanzar lo suficiente. Algunos agarraron lo poco que ofrecen y se fueron por temor frente a la extorsión. Muchos ocupan esos lugares vacíos. Otros muchos ni van al "gazebo del diálogo" y dicen "acá nos quedamos a resistir". El Cuervo aún no se comió a su presa. Es lógico. Hay cientos que no tienen adonde ir y no les gusta la idea de que "el Estado presente" te acompañe a ponerte debajo de un puente. Prefieren quedarse y pelear. De un lado el cinismo, del otro la dignidad.
El tiempo corre
En la tarde del día previo al desalojo se veía que iba a haber resistencia. Para el Gobierno era un problema porque la solidaridad con el reclamo de Guernica se expande y crece y hay sectores de su propia base social que no quieren represión. "No es el momento aún" dijo Axel Kicillof haciendo honor al nombre de la agrupación universitaria de la que proviene (Tontos pero No Tanto) y, respetando la relación de fuerzas, junto con la Justicia, avanzaron con el armado de su plan extorsivo para buscar lo que llaman un “desalojo pacífico”.
Un poco de intrigas, divisiones generadas por rumores de que "a este le darán y al otro no", son parte del plan de "Vaciamiento para la Represión" de los funcionarios que antes eran del "Frente para la Victoria". Al mismo tiempo, los de Juntos por el Cambio se quejan como ellos saben, por derecha. Lanata y sus amigos, indignados porque no se apura el desalojo y reclamando judicializar y castigar a las organizaciones sociales y de izquierda.
Demonización con amenazas, mentiras, y todo lo que tengan a mano para apretar a ocupantes con la furia de los patrones.
En este marco el tiempo corre.
Luego de la prórroga, el Gobierno salió enseguida con esta política. Sin embargo del otro lado, de los que reclamamos tierra y vivienda, el ritmo es más lento. Erróneamente se levantaron los cortes programados si había represión, como si hubiera que responder con un "gesto de buena voluntad" a la decisión de un juez y del Gobierno, que lo único que buscan es tiempo para hacer un plan “más adecuado”.
Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) propusimos mantenerlos para dar un mensaje claro de que el reclamo es por la tierra y que no se va a perder un minuto.
Ahora de lo que se trata es de no perder un segundo. Como hacen ellos, pero al revés. Mejorar la organización y que no quede manzana sin su delegado. Contar con un verdadero Cuerpo de Delegados de uno o una por manzana, donde esté hasta la última manzana que pueda reunirse y resolver todo, que sea abierto a las organizaciones que son parte de la lucha para poder dar su opinión libremente y ponerse a disposición de lo resuelto y planificar. Organizar una contracampaña para ganarse a la opinión pública y mostrar fuerzas con marchas y acciones masivas. Por último, ir casa por casa a convencer de que la salida no es la negociación individual.
Cualquiera que haya estado en una lucha, sabe que hasta para negociar, si vas solo, te despluman.
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¿Cómo seguir la pelea?
Para este jueves 8 se convoca a una Jornada de Lucha. En La Plata por un lado y a la tarde en el Obelisco llamado por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, que incluyó la consigna de "Todxs con Guernica" en la marcha convocada. Allí debemos estar y planificar nuevas medidas.
Hay algunas organizaciones en la toma que dicen que todo es ahora más fácil y que ya estamos por ganar. No lo compartimos, hay que mostrar dureza y demostrar ante cada uno de los vecinos y vecinas que son parte de la toma que la decisión del Gobierno es dividirlos y derrotarlos. Que tiene un plan perverso para que Guernica no se transforme en un ejemplo para que el conjunto de la clase obrera y los sectores populares tomen en sus manos la lucha por sus demandas más sentidas.
El facilismo no lleva impulsar una política que use cada día para darles golpes políticos a nuestros enemigos declarados -que quieren desalojar por las buenas o por las malas-, ganar cada vez más apoyo y todo lo necesario para mejorar nuestras fuerzas.
Insistimos que hacia el 15, nueva fecha de desalojo, necesitamos una política activa, que piense iniciativas diarias, con un cronograma de medidas de lucha a la altura de las circunstancias.
Lo hemos planteado y al mismo tiempo nos acercamos con cientos de compañeros y compañeras a la toma, para llevar solidaridad y poner el cuerpo. Estuvimos presentes desde el primer momento con nuestros compañeros y compañeras vecinas de Guernica y llevamos a La Izquierda Diario al terreno para ayudar a difundir la realidad de esta dura pelea. Somos parte de las postas sanitarias con médicos, enfermeras, estudiantes de Medicina y asistentes sociales que colaboran. Hicimos actividades con docentes de la Marrón y el MAC con les niñes y las familias.
Impulsamos una enorme campaña donde discutimos con los propios trabajadores que por ahora están "bien" y no hacen nada por esta lucha, incluso con quienes dicen que se oponen a la represión pero no avalan las ocupaciones y no exigen a sus sindicatos que sean activos, no sólo para que no sean indiferentes a los padecimientos de otro sector de su clase, sino también para que vean que con esa indiferencia también cavan su propia fosa. Además, con los jóvenes entre los cuáles hay estudiantes que tuvieron que dejar la cursada, la siguen a duras penas, o trabajan en la más absoluta precariedad, cuyo futuro está en juego, la importancia de apoyar activamente esta causa popular.
Por solidaridad y por este motivo, peleamos para que los sindicatos -en primer lugar los que sacan declaraciones de apoyo- se involucren efectivamente en esta pelea y anuncien desde ahora paro en caso de represión, como propusieron las agrupaciones clasistas en el subte, donde finalmente la conducción de Pianelli y Segovia no impulsó esa propuesta pero sí se avanzó en votar una campaña de solidaridad. Planteamos en donde militamos -como los Suteba opositores y otros sindicatos recuperados-, que deben ponerse al frente de la solidaridad y el apoyo porque los sindicatos (en primer lugar lo que se reivindican clasistas) no pueden atender solo a sus afiliados. Denunciamos a la burocracia sindical que de forma repugnante deja sólo a este sector de la clase trabajadora, mientras apoya al gobierno y deja que haya pérdida de conquistas.
De nuestra parte buscamos solidaridad en los lugares de trabajo, declaraciones, colectas y resoluciones que digan que si avanzan contra Guernica hay que parar en todos los lugares que son solidarios con esta lucha y peleamos para que dentro de los sindicatos surjan sectores realmente clasistas que tomen esta lucha en sus manos. Lo mismo hacemos en los lugares de estudio reclamando pronunciamientos desde Centros de Estudiantes y las universidades. Luchamos también junto a los organismos de DDHH y seremos parte por ello de la marcha del Encuentro Memoria Verdad y Justicia y acompañamos y difundimos las denuncias como la de Nora Cortiñas contra la represión.
Además, impulsamos el apoyo desde el movimiento de mujeres, feminista y de la diversidad sexual, y contribuimos también desde nuestras bancas. Creemos que es urgente organizar un cronograma de actividades, denuncias, búsqueda de nuevos apoyos y todo lo posible para aumentar la fuerza cada día un poco más. Toda la que se pueda, la necesaria para ganar que es de lo que se trata. Y ganar el derecho a la vivienda, a la tierra, que es por lo que miles fueron allí.
El resultado de esta batalla, va a definir la situación de los próximos meses en el país. Un triunfo haría más fuerte a todos los trabajadores y trabajadoras, desde los que están en blanco hasta los que están en otras tomas. De la misma forma una derrota envalentonaría a las patronales y los intereses especulativos. Esto ocurre cuando la crisis plantea la necesidad de nuevos ataques contra el empleo, el salario y las condiciones de vida.
Se trata de un problema enorme. Unir a los sectores en blanco, que tienen una organización más fuerte y que aún no recibieron el peso del ataque con tanta saña, con los más pobres para forjar una unidad que sería imbatible, para lograr que la crisis la paguen los grandes empresarios. Para ello hace falta una salida de fondo, un impuesto de verdad y permanente a las grandes fortunas, no pagar un peso más para los acreedores, para hacer un plan de viviendas bajo gestión de los trabajadores, solucionar el problema de la vivienda y atacar el creciente desempleo. Por solidaridad elemental y por todo esto, decimos: ¡Guernica escucha, tu lucha es nuestra lucha!