Sábado 4 de octubre de 2014
Luego de cuatro años de disputa por ver quién obtendría la personería gremial de la CTA, la central conducida por el kirchnerista Hugo Yasky y la central conducida por el estatal Pablo Micheli, pactaron y llegaron a un acuerdo de 10 puntos y de esta manera consumaron la división de la CTA.
Estas dos CTA, que ya existían de hecho luego de la fractura en el año 2010 en unas históricas elecciones que dejaron heridos políticos y denuncias de fraude por todo el país, se sumarían a las tres CGTs ya existentes del oficialista Antonio Calo, la del camionero Hugo Moyano y la del gastronómico, Luis Barrionuevo. Cabe recordar que dividieron la central por el apoyo a una u otra variante política, unos (Yasky) al gobierno y otros (Micheli) a la oposición anti K de centro izquierda, pasando por apoyos a Binner, Solanas hasta llegar hoy a su propio armado de Unidad Popular.
Según comunicaron el pacto establece que la central oficialista pasará a llamarse “CTA de los Trabajadores (Central de los Trabajadores Argentinos de los trabajadores, valga la redundancia)” y la de Micheli se denominaría legalmente “CTA Autónoma”. “Queríamos ponerle Auténtica, pero el Ministerio de Trabajo dijo que no era posible”, dijo anoche Micheli.
Todo indica, que luego de este acuerdo, el ministro de trabajo Tomada, dará por cerrada esta disputa y terminará dándole la personería legal a ambas centrales, legalizando la ruptura. Sin embargo, Tomada tiene 48 hs para dictar la resolución ministerial y veremos si les otorga la personería gremial, tan ansiada por ambas CTA´s.
El 29 de mayo pasado, la central de Pablo Micheli celebró sus elecciones internas con fuertes denuncias por parte de Hugo Yasky, en relación a dudosos padrones y de la cual, luego de 4 meses, aún no se conocen los guarismos definitivos, aunque ya se anunciaron los ganadores.nLa CTA de Yasky, había resuelto en su congreso ordinario la convocatoria a elecciones para el mes de noviembre (cuyas listas se presentaron una semana atrás), también con denuncias cruzadas de fraude y usurpación de padrones.
“El acta-acuerdo representa una solución que contempla la necesidad nuestra de institucionalizar la CTA, máxime cuando estamos en un proceso electoral. Deja de haber un estado de disputa por la representación. Llegamos a una solución madura”, opinó anoche Yasky. Al telefónico Claudio Marín del FOETRA Bs. As. y de la CTA Yasky, al cual se le adjudica el “éxito” del lobby político de este pacto, quien explicó que su central “no impugnará la normalización electoral que llevó a cabo la corriente que lidera el estatal Pablo Micheli”.
Parecería que las denuncias de fraude se habrían terminado con este acuerdo. Todos contentos y cada uno con una nueva legalidad, aunque la legitimidad que deberían tener ante la base obrera es dudosa, ya que los trabajadores fueron completamente ajenos a todo este proceso de ruptura de la CTA, plagado de fraudes, armados de padrones y de invento de nuevas seccionales, para acomodar a cada uno de sus aparatos gremiales.
Lo curioso es que después de años de disputa y de la histórica fractura, ambas corrientes celebraron el acuerdo y lo presentaron como un gran avance. Unos por la legalidad y otros, por la “democracia sindical”. Aunque lo cierto de este resueltazo, es que el kirchnerismo, a poco más de un año de su fin de mandato, se garantiza tener sus propias centrales sindicales adictas con legalidad y mientras tanto lograron la división de los trabajadores en 5 “mini centrales” sindicales.
Federico Puy
Docente | Secretario de Prensa Ademys