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Red Internacional
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Aniversario. Hace 121 años nacía el gran escritor Ernest Hemingway

Ernest Miller Hemingway nacio el 21 de junio de 1899, en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago, Estados Unidos. Periodista, escritor, se sumergió en la guerra civil española como corresponsal y su novela Por quién doblan las campanas, es un crudo retrato de aquella revolución.

Gloria Pagés

Gloria Pagés @Gloria_Pages

Martes 21 de julio de 2020 16:37

Haremos aquí una breve pincelada de aspectos de la vida y obras del escritor estadounidense.

Sus primeros pasos en la escritura encuentran a Hemingway como periodista del periódico Kansas City Star apenas salido de la escuela secundaria.

A principios de 1918, Hemingway tenía 19 años y alista como conductor de ambulancias en Italia durante la I Guerra Mundial. Un incidente que lo impactó, explosión de una fábrica de municiones donde los equipos de rescate recuperaron los restos destrozados de las obreras, lo llevó a escribir su libro Muerte en la tarde.

Luego su destino fue París, mientras la ciudad era bombardeada por la artillería alemana. Allí se instaló entre 1921 y 1926 y compartió ese período con artistas como Picasso, Scott Fitzgerald, Ezra Pound, Gertrude Stein, y James Joyce, mientras seguía con sus trabajos periodísticos y corresponsalías de prensa al periódico Toronto Star.

Hemingway en España, Por quién doblan las campanas

En 1923 visita España por primera vez y queda deslumbrado por las corridas de toros. Viajará en varias oportunidades.

Hemingway viaja a la España revolucionaria en tres ocasiones, y se desempeña como corresponsal en varios medios. Se dice que su deseo era, ante todo, estar en el campo de batalla junto a los republicanos y revolucionarios que enfrentaban al fascismo.

Escribió una gran cantidad de crónicas periodísticas para la North American Newspaper Alliance (NANA), grupo periodístico que reúne más de 60 cabeceras a lo largo de Estados Unidos. Entre agosto y diciembre de 1937 estuvo en Madrid acompañando a las tropas republicanas en la Batalla de Teruel.

Por quién doblan las campanas que escribirá en Cuba en 1940, reflejará lo vivido esos años. Por esa magnífica novela, recibió el Premio Pulitzer en 1941.

La novela relata 72 horas en las que un profesor universitario viaja a España para sumarse a través de las Brigadas Internacionales a la lucha antifascista. Allí, cerca de Segovia, deben dinamitar un puente como parte de una ofensiva militar ordenada por el gobierno republicano.

Hemingway retrata a los brigadistas republicanos mostrando sus convicciones y la valentía con la que fueron al frente, dando cuenta de sus convicciones, su valentía y heroísmo, pero también con sus mezquindades y miserias.

La novela es cruda, nos mete dentro de la guerra civil y es en última instancia una crítica a la guerra misma, parándose sin dudas, en el bando republicano. Sus personajes que reflejan el coraje y el honor, pero también el desgaste y la tristeza “que se adueña de los hombres cuando están a punto de abandonar o de traicionar”, escribe Hemingway.

Aunque no es claro en una crítica al rol pérfido y a la traición a la Revolución Española por parte del stalinismo, algunas sí se soslayan y fueron objeto de tensiones cuando se filmó la película homónima.

"¿Hubo jamás un pueblo como este, cuyos dirigentes hubieran sido hasta tal punto sus propios enemigos?" se pregunta el protagonista Robert Jordan. Se deslizan críticas a traiciones y a la burocracia, además de mostrar crudamente cómo en el frente de batalla los combatientes pasaban hambre, frío, carencias de todo tipo, incluidas municiones y armamento, mientras los dirigentes republicanos y estalinistas vivían lujosamente en hoteles.

Esto lo escandaliza y lo describe diciendo que "cuanto más cerca se está del frente, mejores son las personas".

Hemingway en Cuba

En 1928 visitó Cuba por primera vez en su rol de periodista, y así lo hará por períodos intermitentes durante 22 años. Su segunda novela, Adiós a las armas, fue escrita en la isla.

En 1940, se instala en la famosa quinta Villa Vigía donde vivió hasta 1960 cuando regresó a Estados Unidos, un año antes de suicidarse y un año después de la Revolución Cubana.

En 1952 escribe El viejo y el mar, que como se señala en esta nota, es “una novela cargada de simbolismo y acción que significó el último eslabón para recibir el premio Nobel de literatura en 1954”.

El viejo y el mar tiene la virtud de plasmar inquietudes humanas profundas y una reflexión sobre “el paso del tiempo, el vacío, la soledad y la angustia propia de la desesperanza.”

Una nota de color refleja la simpatía de Hemingway con la Revolución Cubana, más allá de la famosa foto con Fidel Castro y el Che Guevara.
En el prólogo de Hemingway en Cuba (1984), Gabriel García Márquez recuerda que en 1960, Rodolfo Walsh entrevistó brevemente a Hemingway en el aeropuerto de La Habana.

Había pasado un año del triunfo de la revolución cubana y Estados Unidos desplegaba toda su hostilidad. Entre gritos y empujones de una masa de gente aglomerada en el aeropueto, Hemingway alcanzó a gritar en español: “Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar”. Y agregó en inglés sin que nadie se lo preguntara: “I’m not a yankee, you know” (No soy yanqui, lo sabés).

Con esta anécdota cerramos esta breve reseña, que inevitablemente deja por fuera innumerables anécdotas y referencias a su vasta obra literaria, pero que pretende encender el interés del lector por este escritor apasionado, de lectura imprescindible y que una vez que la emprendemos, es difícil abandonar.