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Red Internacional
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Desaparición, muerte y encubrimiento. Hace cinco meses desaparecía Facundo tras la detención de la Policía Bonaerense

En vísperas de los resultados de la autopsia que permitirían esclarecer el caso y avanzar en busca de la verdad y la justicia, decimos: ¡Fuerza, Cristina! ¡Facundo Castro, presente!

Miércoles 30 de septiembre de 2020 16:42

[Galería de imágenes: acciones en Pedro Luro y Bahía Blanca, Estefanía Grosso - Enfoque Rojo]

El día jueves 1 de octubre se presentará el informe final de la autopsia realizada al cuerpo de Facundo Astudillo Castro, que podría revelar cómo y cuándo se produjo la muerte del joven. Se le entregará a la jueza del caso en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en el barrio porteño de Núñez.

Ya pasaron 5 meses desde que Facundo, el pibe que enseñaba a tocar el tambor a los más chicos de la batucada de “los de la vía”, el que también pedía memoria, verdad y justicia, con sus 22 años se dispusiera a llegar a la ciudad de Bahía Blanca desde la localidad de Pedro Luro. A él lo desaparecieron un 30 de abril sin que pueda llegar, y su cuerpo apareció el 15 de agosto en un cangrejal de “Villarino Viejo”. Hoy ya tendría 23.

Este caso podría resumirse de manera sencilla: la querella, la familia, amistades, y quienes les acompañamos, frente al (cada vez más) explícito encubrimiento de una desaparición forzada seguida de muerte por parte de las fuerzas represivas, funcionarios públicos y “comunicadores” afines al poder político y económico.

Tal es así que el día 27 de septiembre, Cristina Castro, la mamá de Facundo hace público, que de acuerdo al recupero de información de los teléfonos móviles de policías de la localidad de Mayor Buratovich, donde fue visto con vida por última vez Facundo Astudillo Castro, hubo un intercambio de textos donde uno de los uniformados le decía a otro: "Si se hace el pajero, que lo bajen".
Y el 20 del mismo mes, también se volvía de público conocimiento que fuera de la casa de Luciano Peretto, uno de los abogados de la familia, montaba guardia un patrullero.

Al mismo momento que la familia y la querella, le daba pelea a varios sectores del periodismo y, claro, a varias consciencias, incluso a sectores del propio gobierno del Frente de Todos, que ponía en duda la labor de Marcos Herrero y su perro Yatel, quienes cuentan con antecedentes intachables y más de una vez han sido sustanciales para el avance de los casos donde participaron. En este caso, encontraron el amuleto de la vaquita de san antonio en el destacamento policial de Tte Origone, y la piedra de turmalina hallada en un patrullero de Bahía Blanca.

Por si fuera poco, reiteradas veces se ha denunciado hostigamiento y extorsión por parte de la policía, incluso la cuestionable participación del fiscal pro-genocida Ulpiano Martinez y la necesidad de incorporar dos fiscales más para que también cotejen la producción de pruebas, la citación a testimoniales y eventuales indagatorias y el resto de las medidas investigativas.

A pesar de esto, tanto el gobierno provincial de Kicillof como el nacional de Alberto Fernandez se desentienden del caso. Más allá de algunas frases diplomáticas, y un ensordecedor silencio, lo que más ha puesto en evidencia la posición del Estado, son los dichos y las inclinaciones suspicaces contra la familia y la querella que el Ministro de seguridad de la Provincia, Sergio Berni, se encargó de remarcar cada vez que en algún medio le hablaban del caso. Desde buscar sostener testimonios erróneos, hasta calumniar y buscar desprestigiar a la querella, y sobre todo a la búsqueda de verdad y justicia de toda la familia y sus amistades.

Hoy la realidad muestra cada vez más claramente, como se vuelven irrelevantes todas esas “pistas” que sectores del periodismo afín al gobierno y que el propio ex carapintada buscaban enaltecer, no son sino más que desvíos en la causa.
Sobran motivos para desconfiar de las fuerzas represivas que ya cuentan con más de 100 casos de gatillo fácil en lo que va de la cuarentena. Sobran motivos para sospechar de la complicidad y el encubrimiento de diferentes sectores, inclusive del propio gobierno y funcionarios judiciales. También para insistir con que el derechista represor Berni se tiene que ir, y repetir que el Estado es responsable de explicar qué hicieron con Facundo.

También sobran motivos para exigir verdad y justicia, porque no es un caso aislado, es toda una institución, porque es la misma policía la que intimida, amedrenta y reprime a las familias sin techo, que sólo buscan un pedazo de tierra donde vivir, como pasa en Guernica y en varias partes del país, también aquí en Bahía Blanca. Porque no queremos más desaparecidxs, ni más casos de gatillo fácil, ni pibes y pibas con hambre, sin techo, sin salud, ni educación, víctimas de la violencia policial como volvió a ocurrir en Villarino, ni queremos tolerar ningún tipo de abuso por parte del Estado y los gobiernos que lo detentan.

Esperamos que los resultados de la autopsia que se conocerán mañana sirvan para allanar el camino hacia la verdad y la justicia, y seguiremos la pelea hasta lograr juicio y castigo a los culpables.