A dos días del 9N, no cesan las tensiones entre Mariano Rajoy y el presidente de Catalunya Artur Mas, quienes van rebajando sus posiciones de acuerdo con los movimientos de su contrario para definir el carácter del 9-N.
Sábado 8 de noviembre de 2014
El Gobierno central ha sugerido a través del ministro de Justicia, Rafael Catalá, permitir la realización de la consulta siempre y cuando ésta no sea impulsada por la Generalitat y quede en manos de un ejercicio ciudadano de “libertad de expresión”.
Así lo anunció el ministro en conferencia de prensa “Si la Generalitat, que es a quien se ha dirigido el Tribunal Constitucional, no promueve actuaciones en el desarrollo de una consulta no autorizada, no parece que sea necesario requerir ni al Constitucional ni a jueces y tribunales para actuar, porque no hay infracción del ordenamiento jurídico”. Por tanto, el 9-N finalmente queda en manos de asociaciones privadas soberanistas, sin la participación de los organismos públicos.
Por otro lado, para la Generalitat la consulta por la Independencia, después de haber sido prohibida por el Tribunal Constitucional, pasó a ser ahora un "proceso participativo". El paso inmediato de Artur Mas ha sido convocar a las entidades del "Pacto Nacional por el Derecho a Decidir" para definir el carácter final de la consulta.
En este encuentro se aprobó un manifiesto que llama a la participación, para lo cual la Generalitat dará cobertura legal, abrirá colegios y pondrá urnas con la "colaboración activa" a las entidades. El coordinador del "Pacto Nacional por el Derecho a Decidir", Joan Rigol, ha dicho que “El 9-N lo organiza un entramado de responsabilidades”, diluyendo así la responsabilidad final de la consulta.
Por tanto, después de meses de tensiones, se puede estar llegando a una fórmula en la que se desvincule la consulta del 9-N de la institución pública a última hora. De este modo se evitaría un choque total entre la Generalitat y el Gobierno central. Para el ejecutivo sería un camino conveniente después de haber logrado que Artur Mas haya renunciado a la consulta inicial. En tal caso lo que suceda el domingo no tendrá valor jurídico ni simbólico.
Sin embargo, para Artur Mas no será fácil llevar a cabo una fórmula que tendrá su costo político respecto a las tensiones con el resto de los partidos y grupos independentistas; quienes exigen que la participación del Gobierno catalán se mantenga hasta el final. Oriol Junqueras, líder de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), afirmó en un acto en la Universidad de Barcelona que “Negociar la independencia es inviable”.
El bajo perfil de Artur Mas es acompañado por las palabras del portavoz de CiU, Jordi Turull, quien en varias entrevistas de radio ha anunciado que "Tenemos el compromiso de liderar la consulta. El departamento de Gobernación de la Generalitat velará para que todo vaya bien y asumirá todas las responsabilidades. Las urnas ya está en su lugar".
Pero estas son sólo palabras para una consulta que no será lo prometido por el Gobierno de la Generalitat. El mismo Joan Rigol anunció que el 9-N "Es un acto de militancia y resistencia. No tiene el valor de una votación convencional”.
Cynthia Lub
Doctora en Historia en la Universidad de Barcelona (UB), especializada en clase trabajadora durante el franquismo y la Transición, también en estudios sobre género y clase, feminización del trabajo y precariedad. Docente de educación secundaria pública.