La Sala de Madres o "Casa Ronald" del Hospital Garrahan, que aloja a las madres de los niños de las 8 terapias intensivas se encuentra sin las medidas de prevención necesarias frente al COVID 19 dejándolas a ellas y a las trabajadoras expuestas.
Lunes 30 de marzo de 2020 13:10
Separadas de sus otros hijos y con condiciones de vida precarias en su mayoría, muchas de las madres que tienen a sus hijos internados en algunas de las 8 terapias intensivas, se alojan en la sala de madres. Pero las condiciones en las que están viviendo o transitando en ese sector, no cumplen con las medidas sanitarias mínimas preventivas frente al COVID 19, llegando al punto que ni se puede respetar la distancia adecuada para evitar los contagios. Además las trabajadoras, que se encuentran precarizadas, ni siquiera están recibiendo la información necesaria.
Cabe destacar que en el Hospital Garrahan, se atiende a pacientes provenientes de la Ciudad de Buenos Aires, de la Provincia de Buenos Aires, así como de otras provincias y de países limítrofes. Por eso muchas no tienen otra opción que alojarse en esta sala, ubicada en el pasillo que comparten la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), la Sala de Adolescencia, y una de las terapias intensivas polivalentes (UCIP 44). En esta sala también hay madres en tránsito que no se alojan allí pero es donde reciben la alimentación, se bañan y descansan, durante la internación de sus hijos.
Tiene una capacidad para 90 madres, está a cargo de la multinacional Mc Donald’s y otras ONG desde el año 2009. Sus trabajadoras son tercerizadas, sin los derechos que tenemos los trabajadores de planta del hospital. Entre sus tareas se cuentan el ingreso y egreso de madres internadas, los pedidos de viandas y la permanente coordinación con los trabajadores asistenciales de las áreas de terapia para coordinar las entradas y salidas de madres a los servicios, así como las problemáticas de cada grupo familiar. El trabajo de estas compañeras, todas mujeres, excede en muchos aspectos a sus tareas formales. Gracias a ellas y al trabajo conjunto, se logra palear situaciones gravísimas que padecen estas familias en cuanto a carencias de derechos básicos, violencia intrafamiliar y la vulnerabilidad de tener un hijo en estado crítico de salud.
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Pero todo esto no le importa ni a la empresa multimillonaria ni a las autoridades del hospital. Esta situación no es nueva, la venimos denunciando desde hace años, junto a la de otros trabajadores tercerizados del hospital como los de limpieza, cocina y seguridad, exigiendo el pase a planta y condiciones dignas de trabajo.
Lo nuevo es que frente a la pandemia se reagudiza. Las trabajadoras no recibieron capacitación ni las medidas de prevención elementales. Tampoco la adecuación del área a las especificidades de la sala por la que circulan un promedio de 100 madres por día. Libradas al azar de lo que ellas puedan explicar y aplicar para su propio cuidado y el de las madres, se exponen todos los días. Ni distanciamiento social, ni medidas de protección, ni información.
En un hospital donde los niños internados en terapia intensiva requieren cuidados críticos y son grupos de riesgo. Porque su estado de salud actual y sus condiciones previas de déficit nutricionales (entre otros) hacen que sus sistemas inmunológicos no respondan como deberían ante cualquier infección, sin mencionar al coronavirus. El riesgo de no tomar las medidas necesarias ni proveer información entonces es para los pacientes, las madres y las trabajadoras.
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Por todo esto, a los trabajadores de planta nos preocupan nuestras compañeras, con las que cotidianamente trabajamos en equipo y las madres de nuestros pacientes. Porque para nosotras no hay trabajadores de primera y de segunda. Es imperioso que se brinden los insumos y las medidas de cuidado que correspondan.
Hoy volvemos a exigir el pase a planta permanente de las tercerizadas y el ingreso de personal, sobre todo en áreas tan esenciales como la limpieza. Esta demanda el contexto de la pandemia se vuelve acuciante.
Las trabajadoras y trabajadores de salud sabemos lo que se necesita. Así lo formulamos y presentamos con nuestras compañeras. Como también en el proyecto de ley que presentamos con Myriam Bregman y Alejandrina Barry desde las bancas del PTS/FIT.
La capacitación, las medidas de prevención, los equipos de protección personal (EPP), la cantidad adecuada de personal y el testeo masivo son medidas urgentes que se necesitan ya. Si de verdad queremos controlar la pandemia, cuidar a la población y cuidar a los que cuidan.