Un reciente movimiento en las redes sociales en Estados Unidos concientiza sobre la magnitud de la cuestión del acoso sexual. El movimiento se originó a raíz de las denuncias de acoso que salieron a la luz a principios de este mes contra Harvey Weinstein, un poderoso ejecutivo de Hollywood.
Jueves 26 de octubre de 2017 00:00
El 5 de octubre, las primeras acusaciones contra Weinstein fueron publicadas en The New York Times, detallando años de acoso sexual y ocho arreglos financieros con una variedad de actrices, asistentes de producción y otros empleados con los que Weinstein ha trabajado. Con el correr de los días , más y más víctimas de Weinstein contaron sus historias de acoso, abuso y violación.
En total, seis mujeres han afirmado haber sido violadas por Weinstein y más de 60 dicen que han sido acosadas o agredidas por él incluyendo actrices como Lupita Nyong’o, Angelina Jolie y Cara Delevingne.
En respuesta a los cargos, Weinstein ofreció una disculpa culpando a la cultura del lugar de trabajo de los años 60 y 70 y siguió negando muchas de las acusaciones. Desde entonces, Weinstein ha sido despedido de su propia compañía y su esposa ha anunciado que quiere divorciarse.
Los casos de acoso sexual no son, lamentablemente, nada nuevo en la industria del entretenimiento pero el actual clima político en los Estados Unidos combinado con el alto perfil del perpetrador fijó el escenario para una reacción de mayor magnitud que lo usual.
Las víctimas de acoso o agresión sexual han estado publicando la frase “yo también” en Facebook y otras redes sociales, como un intento de visibilizar el problema que significa el acoso sexual. La idea es mostrar cómo es el acoso común especialmente en las vidas de las mujeres y de los individuos que no son hombres.
El movimiento “yo también”, iniciado por la activista Tarana Burke, fue efectivo para inundar los medios sociales con historias de sobrevivientes. A los ojos de algunas personas, el movimiento fue problemático por la forma en que se llevó a cabo ya que hacer públicas las traumáticas experiencias, podría desencadenar acciones extremas. Sin embargo, en general, el movimiento cumplió con el propósito de sensibilizar a gran escala.
Estados Unidos tiene un largo camino por delante para prevenir el acoso sexual y responsabilizar a los perpetradores—con un Presidente en funciones que ha sido acusado de agresión sexual y que ha sido citado hablando sobre “agarrar a las mujeres por el coño”, los que cometen abuso claramente no reciben repercusiones significativas. Aun así, los movimientos como “yo también” son un paso en la dirección correcta, como así lo fue el #NiUnaMenos.