Newsletter: El juguete rabioso. Hasta al FMI le parece mucho

Foto: Victor Carreira (Télam).

Luego del crecimiento de 10,4 % durante 2021, un guarismo en parte explicado por el rebote posterior al derrumbe ocasionado por el impacto del Covid, la economía argentina está retornando a una situación de estancamiento.

Según las proyecciones del Presupuesto 2023, presentadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, ayer miércoles 28/9 en el Congreso Nacional, la actividad económica terminará el 2022 con un crecimiento del 4 %. Esto supone un freno muy grande durante la segunda mitad del año luego que, en los primeros siete meses, se registrara un alza de la actividad económica de 6,4 % interanual.

Para 2023, 2024 y 2025 se proyecta un crecimiento rastrero del 2 %. Aunque, como ocurre habitualmente, los números del Presupuesto incorporan cierta “contabilidad creativa” que subestima el crecimiento para dar lugar a que el Poder Ejecutivo tenga algún grado de discrecionalidad para utilizar los ingresos tributarios eventualmente acrecentados que surgen de una dinámica económica mayor a la proyectada, no hay dudas que la economía transita un sendero de fuerte desaceleración económica.

De este modo, en los próximos años la producción anual se ubicará apenas por encima del nivel que registró el Producto Interno Bruto (PIB) durante los años 2015 y 2017. En términos de PIB per cápita, la crisis es más aguda: el nivel será inferior a aquellos años. Datos del Banco Mundial exhiben que el PIB per cápita se ubicó en U$S10.729 en 2021 contra U$S14.613 en 2017. Es muy difícil, que en los próximos años se retome el nivel de años atrás.

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