El domingo 6 de agosto, falleció nuestra compañera Mónica Arrivodino, militante desde 2011 en el PTS, junto al equipo que puso al aire de la televisión cordobesa el primer programa de la izquierda, Canal C, que se emitió durante 5 años. Compartimos las palabras que su compañera y amiga Paula Schaller, escribió para homenajearla este martes. Compartimos también el video con el homenaje completo.
Miércoles 16 de agosto de 2023
Hace pocos días despedimos a nuestra compañera Moni, que peleó toda su vida contra los efectos de una enfermedad muy dura.
Muchas compañeras y compañeros la conocieron de cerca y le tomaron mucho afecto. Otros más nuevos no llegaron a tratarla, producto de que en los últimos años su salud se fue deteriorando. Pero hasta el último día se reivindicó con mucho orgullo militante del partido.
Quizás el primer elemento que define a la Moni es su solidaridad instintiva. Una especie de forma embrionaria de lo que después fue consciente.
Desde antes de egresar de la carrera de cine ya era una toda personalidad en la facultad: todo el mundo la conocía porque colaboraba con cada estudiante que necesitara asistencia en algún proyecto audiovisual. Como entonces no había celulares, era común que llamaran a la secretaría de la escuela de cine preguntando por "la Moni", y ella hacía bromas diciendo que ahí tenía su propia oficina y secretaría.
A mediados de los años 90 participó de la experiencia artística "Los pobres no comen atún", donde confluyeron cineastas, escritores, artistas del teatro que compartieron las ansias de subvertir los mandatos culturales de la Córdoba conservadora. Produjo cortometrajes y distintos proyectos artísticos en una época que siempre recordó muy feliz.
Fue docente de la escuela Gabriela Mistral y de la Spilimbergo, hasta que tuvo que jubilarse muy tempranamente por los límites que le impuso su enfermedad. Vivió en carne propia la pelea por el derecho a la salud como necesidad vital, enfrentó muchísimas veces la desidia y los escollos burocráticos del APROSS para conseguir alguna medicación o tratamiento. Sólo con esto ya bastaría para admirar el tamaño de su fortaleza y la calidad humana que se le podía reconocer a la distancia. Pero Moni no eligió la superación individual sino el camino de la militancia revolucionaria, y le dio a su solidaridad instintiva un sentido y valores conscientes.
Cuando en 2011 empezó a militar en el PTS nos propusimos poner en pie un programa de televisión para darle una voz a la izquierda revolucionaria y los luchadores en Córdoba. Así arrancamos "Giro a la Izquierda", el único programa al que Canal C le colocaba al comienzo una placa que decía: "el canal no necesariamente comparte las opiniones que aquí se plantean". Fue una apuesta audaz que no teníamos mucha idea de cómo llevar adelante, y Moni fue fundamental en la tarea de producción. Porque Moni era tenaz. Su terquedad, (o su tensión al objetivo, como se quiera verlo), nos permitió lograr una innumerable cantidad de entrevistas, investigaciones e informes: lo hacía combinando en proporciones iguales su determinación, su sensibilidad y su arma letal que era su simpatía.
Muchos luchadores la conocieron. Ambientalistas, familias organizadas contra el gatillo fácil, mujeres en lucha por sus derechos, comunidades originarias, trabajadores docentes, de la industria, de la salud, como las y los residentes con los que Moni se comprometió tanto a difundir su lucha.
Vibró con cada pelea: le daban energía. En varios encuentros de mujeres hubo que pelearse para que resignara participar de las largas marchas. Su terquedad era de acero cuando se decidía a algo. Siguió con entusiasmo cada combate del partido en la lucha de clases, aún cuando en muchos de estos su cuerpo no le permitió estar presente.
En los últimos tiempos, hasta estando en diálisis hizo entrevistas espontáneas a los pacientes sobre cómo sufrían la crisis y el ajuste, le sacaba charla al equipo médico sobre el estado de la salud pública y sus demandas y festejó con alegría cuando sostuvimos el Concejal en Córdoba: “puño en alto por lo que falta”, nos dijo desde el hospital. Qué fuerza tuvo Moni.
En la "Carta al camarada Paz", publicada con el título "Cómo se forman los revolucionarios", Trotsky dijo que hay revolucionarios más sabios y menos sabios, revolucionarios más brillantes y menos brillantes, pero no es revolucionario el que no está dispuesto a destruir obstáculos, el que carece de abnegación y espíritu de sacrificio.
Mirado desde hoy, en momentos aún no revolucionarios, esta disposición tiene el valor de ir a contracorriente de un sentido general de época que nos presiona al conformismo individual, al escepticismo y a la ausencia de las grandes pasiones colectivas. Moni fue profundamente revolucionaria. Fue apasionada y alegre con obstinación. Una guerrera luchando incansablemente y hasta el último día por adecuar el cuerpo que le tocó a la escala de las gigantescas ansias de vida que la habitaron. Fue generosa en el compañerismo y en la amistad. No se guardó nada: lo dio todo a todos. Tuvo una camaradería vital. Le encantaba el mar, la cordillera y los videos del curso del Chipi Castillo de la permanente, que tantas veces recomendó.
Cualquiera que la haya conocido compartirá que no hay idealización en estas palabras. La muerte no agiganta la estatura de las personas. Lo que aumenta nuestra escala y nos hace trascender los límites de nuestra duración personal es vivir revolucionariamente nuestras vidas. Arder de pasión por construir vínculos enteramente humanos libres de opresión y explotación. Porque amar intensamente la vida es compartir la certeza de que merece ser otra cosa, no para uno mismo, sino para la humanidad.
Como Moni fue una apasionada del arte, la voy a recordar a través de las palabras de Abelardo Castillo en una editorial del Escarabajo de Oro en pleno Cordobazo: "La cuestión, mientras se vive, es vivir enteramente. Lo que no quiere decir vivir mejor, sino dar todo. Vivir eligiendo un destino para uno mismo y eligiendo el futuro, para uno mismo y para los demás. (...) Vivir así, por si no estaba claro, vivir así es dar todo. Y por eso acá está en juego un nuevo sentido de la vida.”
En este momento, muchos sentimos una angustia dura y áspera por su pérdida. Pero mañana, y todos los días después de mañana, no nos va a quedar el vacío sino el impulso de la enorme pasión y la alegría vital que nos transmitió. Nos queda la tarea de realizar escrupulosamente un mundo que haga posible un nuevo sentido de la vida, para nosotros mismos y para los demás.
Querida Moni, compañera de las batallas dadas y las batallas por venir, que viva la vida creadora en la que hasta el último momento entrelazaste los hilos preciosos de tu existencia. Querida Moni, ¡hasta el socialismo siempre!!
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