A días del fuerte temporal de lluvia y el desborde de los arroyos de la zona de Sierras Chicas, LID dialogó con Edgardo Zuluaga y Leila Salzano, ambos docentes de La Quebrada, Río Ceballos, zona donde el dique La Quebrada superó los 80 centímetros sobre el nivel del vertedero en el momento de la creciente.
Viernes 20 de febrero de 2015
¿Cómo estás viviendo la situación de las inundaciones en tu zona?
Edgardo: con tristeza, movilización, desorganización, intentos de organización, cansancio, impotencia, solidaridad desinteresada de muchos, oportunismo político partidista de algunos.
Para vos ¿alcanza con definirla como "catástrofe natural" o "tsunami caído del cielo"?
Edgardo: No sólo es catástrofe natural. También es falta de planificación del Estado municipal y provincial, favoreciendo la venta de lotes y desforestación en zonas de cuencas y la falta de canalización y guía de las numerosas vertientes existentes.
Leila: Creo que si bien es un fenómeno natural, éste se suma a las consecuencias del desmonte y la urbanización incorrecta y con nulo respeto por la naturaleza.
Muchos destacan la solidaridad de los vecinos, ¿cómo se está organizando esa solidaridad para garantizar la asistencia a los más damnificados?
Edgardo: Creo que es muy compleja la organización, pero se hace esfuerzos por lograrla. Pero también se mezclan lamentables intereses partidarios en dos sectores municipales coexistentes. También influye la necesidad de dar respuestas URGENTES y la inexperiencia de muchos que, con muy buena voluntad ponen toda su energía en ayudar pero pueden cometer errores. Pero se ve una movilización espontánea muy significativa en gran parte de la población.
Leila: Hay muchos vecinos que se acercan espontáneamente a dar una mano, pero hay momentos en que no alcanzan las manos, los autos, los colchones... sí las ganas y el solidarizarse.
¿Qué tareas quedan por delante? ¿A quién o a quiénes les compete llevarlas a cabo?
Edgardo: Queda al Estado una enorme tarea de búsqueda de desaparecidos, de limpieza y reconstrucción de viviendas, calles y puentes y correcta canalización de desagües y vertientes.
Leila: Me parece que ahora viene la parte más difícil quizás, que es la de los daños psíquicos, emocionales, cómo superar las pérdidas y resurgir entre las ruinas.