Desde abajo. “Hay votantes históricos del peronismo decididos a no votarlos más, que vienen a la izquierda”

Se prende una compañera y comenta: “Mi familia vio el debate. Mi mamá histórica votante de los K dijo que podría votar al FIT, no es algo menor. Le encanta Bregman ´por la garra que tiene´. Mi hermana se quedó con lo que dijo Myriam de cobrar igual que una enfermera, ella no sabía de la política del FIT de cobrar como un docente”. Se arma el intercambio, cuando llega otra respuesta de Amalia, docente: “En mi familia pasa algo muy similar, y no debe ser casualidad. La Rusa tiene una llegada importantísima y yo siento que se la quiere cada día más”. Aplausos, emojis de aliento, van de un lado hacia el otro. Comenta otra compañera: “Recién una trabajadora jubilada del hospital donde trabajo, que en las PASO votó a una lista de la que es parte su esposo y no pasaron, me contaba que vio el debate y que le gustó mucho Myriam porque tiene personalidad para plantarse. Que Milei es un facho y que las demás propuestas son siempre más de lo mismo. Ella en las generales nos va a votar y me dijo que varios de su lista también lo harán”.

Este tipo de intercambios entre colaboradores y simpatizantes del FIT que convencen a familiares y amigos de votar a la izquierda, no son excepciones. Fue una característica durante las PASO, que se multiplica a un mes de la elección general. Porque la izquierda salió tercera fuerza, por el crecimiento y apoyo en los barrios obreros y populares, y también por la crisis del Gobierno y la derechización del gabinete.

Varios comparten una misma visión “hay un sector votantes históricos del peronismo que está decidido a no votarlos más o en crisis y que vienen a la izquierda”, Guillermo, jubilado lo afirma. Es que “esto no se arregla con la llamada ´justicia social´, que es un manguito acá, un subsidio allá, pagar un poco menos la luz y maquillaje pero a la raíz del problema no van y se nota cada vez más. Porque estamos cada vez peor con una CGT paralítica, eso es muy importante porque son peronistas, entonces la gente está abierta, no está aferrada al peronismo como antes, ya no tienen esa cuestión de fe ciega”, responde Mary, madre desocupada que se organiza junto a docentes por condiciones seguras en las escuelas. “Hay mucho peronista en contra del gobierno, lo sé porque tengo una amiga que es reee peronista y está re caliente”, son algunos ejemplos que circulan en diversos intercambios.

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Incluso Quique, trabajador metalúrgico cuenta que en su fábrica “cae mal que el gobierno esté repartiendo migajas, mis compañeros dicen: entonces, ¿plata había pero lo hacen ahora que perdieron? Se equivocan si piensan que lo van a revertir así, llegan tarde a apagar el incendio”.

Estos son algunos de los debates e intercambios entre trabajadores y jóvenes, que comparten entre otras preocupaciones: que la plata no alcanza, la falta de trabajo, que se discuta sacar las indemnizaciones o que es necesaria una reforma laboral contra los trabajadores. Pero que no se resignan ante esta realidad y lo que se viene, y que junto a los militantes del PTS desarrollan una experiencia en común para hacer más fuerte las ideas y propuestas de la izquierda en sus barrios , entre familiares, lugares de trabajo y estudio.