A 23 años de la separación de una de las bandas más influyentes del rock argentino. Un repaso por su trayectoria, su mensaje y su posicionamiento frente al neoliberalismo de la década del noventa.
Sábado 4 de febrero de 2017
La prehistoria
Luego de la guerra de Malvinas en 1982, y a con la prohibición de la rotación de música en inglés impuesta por la dictadura cívico-militar durante la misma, se desarrolla un auge sin precedentes para el rock nacional, donde logran un reconocimiento masivo del público artistas como Litto Nebia, Pedro y Pablo, Piero, Los abuelos de la nada, Spinetta Jade, Raúl Porchetto, Zas, entre otros.
Pero, a contrapartida de este reconocimiento masivo, en el año 1983 irrumpe en la bateas de las disquerías el primer trabajo editado de heavy metal, bajo el nombre de Luchando por el metal de la agrupación V8. Esta banda, compuesta por Ricardo Iorio (bajo), Osvaldo Civile (guitarra), Osvaldo Zamarbide (voz) y Gustavo Rowek (batería), representaría a una tribu urbana compuesta por jóvenes provenientes de barriadas obreras y populares fundamentalmente del conurbano bonaerense, que hastiados de la represión de la dictadura se identificaban con el sonido, la lírica y estética cruda que V8 ofrecía.
La transgresión y combatividad ofrecida por las “brigadas metálicas”, nombre que adoptan sus seguidores de una de las canciones de V8 donde Zamarbide vociferaba: “Basta ya, de signos de paz. Basta de cargar con el morral. Si estas cansado de llorar. Este es el momento de gritar. Que estas vacío de liberación. Y estas muy lleno de represión”, no tardó en llamar la atención, fundamentalmente de la policía que desplegaba operativos donde quiera que V8 se presentara en vivo.
De V8 a la H
Luego de editar tres discos, en el año 1986, se separa V8 dando vida a 4 bandas legendarias del metal argento: Civile forma Horcas, Rowek junto a Walter Giardino dan lugar a Rata Blanca, Zamarbide funda Logos y Ricardo Iorio comienza a escribir la historia de Hermética.
El 1989, formada por Ricardo Iorio en bajo y en el rol de compositor, Claudio O´connor en voz, Antonio Romano en guitarra y Tony Scotto en batería, y en medio del ascenso del menemismo sale a la luz el primer trabajo discográfico de la banda, titulado Hermética. El disco estuvo compuesto por 11 canciones de pura distorsión y velocidad de las cuáles se destacan Cráneo candente, Sepulcro civil, y el himno Tu eres su seguridad. El sonido del disco está definido por la brutalidad de la guitarra de Romano, el doble bombo veloz de Scotto, la singular voz de Claudio O´Connor, y las letras suburbanas de Ricardo Iorio que narran la relación de los jóvenes de los barrios obreros con la policía y la represión a la que son sometidos, la marginalidad como resultado del liberalismo, la explotación y el trabajo “basura”, la aniquilación de los pueblos originarios, siendo estos tópicos recurrentes a lo largo de la discografía de la agrupación.
La simbiosis de los seguidores con el grupo era muy profunda, ya que los fans de Hermética eran en su mayoría jóvenes plebeyos provenientes de barrios populares que se identificaban con las letras de las canciones y el sonido salvaje de la H, y que al no sentirse representados con la cultura que emanaba el mainstream de los 90´s, fundaron lo que ellos mismos definían como la cultura de “el aguante”. Tal identificación era posible ya que los integrantes del conjunto tenían el mismo origen que sus fans: Ricardo Iorio trabajaba en el mercado central, el “Tano” Romano manejaba un flete, Tony Scotto era taxista y Claudio O`Connor era operario de una fábrica. La anécdota contada por Scotto en el documental La H de Nicanor Loreti, en la que éste junto a otros colaboradores de la banda arrojaron piedras a los móviles de la razzia policial que intentaba detener a los fans en la previa a un concierto muestra ésta comunión.
En 1990, el sello Radio Trípoli publica el EP Intérpretes con versiones de canciones de otros géneros: Vencedores vencidos (Patricio Rey y sus redonditos de ricota), Ideando la fuga y Destrucción (V8), Cambalache (Enrique Santos Discépolo), No class (Motörhead) y Porque hoy nací (Manal).
Más tarde, en 1991 se edita el segundo trabajo de Hermética y obra mater del género: Acido Argentino. Este trabajo, tiene la particularidad del ingreso de Claudio Strunz en batería en reemplazo de Scotto, cuenta con 12 temas donde se registran canciones emblemáticas como Atravesando todo límite, transformándose en el más popular del repertorio de Hermética. Los temas que abordan las letras son los mismos que Iorio toma como eje central a lo largo de la obra de la banda, pero se puede observar una evolución y refinamiento en la lírica, destacándose La revancha de América – “Pueblos nativos, del suelo mío. Fueron saqueados y sometidos… A succionarnos a imponernos fé…”-, Memoria de siglos – “…Muchos calzan gorro frigio, solamente por ser calvos… Al asesinato en masa los hombres lo llaman guerra”-, Gil trabajador – “…donando sangre al antojo de un patrón, por un mísero sueldo…mientras el mundo policía y ladrón, me bautizan sonriendo, gil trabajador…”-.
Finalmente, en el año 1994 ve la luz el último álbum de estudio bajo el nombre de Víctimas del vaciamiento, y con éste la masividad. Este último disco es certificado como disco de oro, y el crecimiento de la banda le permite participar en el Festival internacional Monsters of Rock en el estadio de River Plate junto a grupos de la talla de Black Sabbath, Kiss y Slayer. Nuevamente, 11 temas que describen la realidad social de la argentina y de los jóvenes empobrecidos como Soy de la esquina (tema que abre el disco), la denuncia a la corrupción menemista de Olvidalo y volverá por más (“… fue groso el toco que pegó al rajar, amasijando la Capital…en un avión se llevó el dineral, y volverá por más cuando lo olvides…”), Hospitalarias realidades describe las peripecias de sanarse en hospitales públicos o Buscando razón que describe la tesis de “el aguante” del metal.
El auge de la banda es tal que hace su primera presentación en el mítico estadio de Obras Sanitarias, siendo la primera banda de rock pesado en tocar en dicho escenario donde se registrará el concierto en un álbum en vivo.
Pero, a pesar de la popularidad inimaginada para una banda del género, enfrentada al negocio de la música y el poder de turno, la resquebrajada relación entre los integrantes precipita la disolución del grupo presentándose por última vez en vivo en la discoteca Go! De Mar del Plata el 18 de Diciembre de 1994.
A pesar de su corta existencia como banda, y con tan sólo tres discos en las bateas, Hermética se transformó en la banda más importante del Heavy Metal local, tanto por su sonido brutal sin precedentes como por la combatividad de sus letras, ya que fue una de las pocas bandas que se enfrentó y denunció abiertamente los ataques del neoliberalismo durante el apogeo menemista, siendo el representante de los jóvenes “de Pacheco a La Paternal, de Dock Sud a Tres de Febrero” como reza Gil trabajador.
A pesar de haber pasado 23 años desde su separación, y la transformación de sus integrantes, el genuino mensaje de Hermética se encuentra más vigente que nunca ante los despidos, la represión, la precarización laboral, la marginación y la entrega al imperialismo.
En tiempos donde se mantienen los ataques a los pueblos originarios, como los recientemente ocurridos a la comunidad mapuche en Chubut a manos de los gobiernos provincial y nacional, o en el plano internacional donde hace días se produjo la asunción de Donald Trump como mandamás del imperialismo norteamericano desplegando medidas xenófobas a través de las nuevas políticas inmigratorias, muestran el valor de, al menos, revisar el legado de esta legendaria banda.