La iniciativa de esta festividad surge para contrarrestar el esfuerzo de algunas mujeres para conquistar el derecho al voto femenino y ampliar los conocimientos de los métodos anticonceptivos. De esta manera, homenajeando a las madres, se reivindica el papel que esta sociedad le ha asignado a la mujer: ser madre, esposa y ama de casa.
Miércoles 10 de mayo de 2017
Antes que se instaurara el día de la madre, las feministas mexicanas ya habían celebrado el primer encuentro feminista (1916), se habían manifestado en múltiples ocasiones por sus derechos, exigían condiciones de igualdad que sus compañeros y se incorporaban lentamente al mundo laboral.
Por ello, Álvaro Obregón, entonces presidente de México, José Vasconcelos, secretario de Educación y Rafael Alducín, director del periódico Excélsior, no dudaron en impulsar el diez de mayo como un día no oficial para festejar a todas las mujeres que trajeron hijos al mundo.
Como lo relata el propio periódico Excélsior, su director de esa época, Rafael Alducín, fue quien propuso conmemorar un día al año a las madres mexicanas, escogiendo el diez de mayo. La celebración, por primera vez, se llevó a cabo en el año de 1922.
Dicha festividad no fue nada ingenua puesto que respondía, de manera reaccionaria, al movimiento de mujeres que surgía en aquella época, el cual reclamaba que las mujeres tenían capacidades para ejercer labores fuera del ámbito domestico.
Tal propuesta inmediatamente fue avalada por el Estado y la Iglesia, quienes, al año siguiente, sostuvieron, a puerta cerrada, una reunión con el máximo representante de la Iglesia católica, el papa Pío XI, en Roma.
En varios países de América Latina, en mayo, se conmemora a las mujeres que han tenido hijos. Sin embargo, en México este acto, que homenajea a las dadoras de vida, se utilizó para contrarrestar la propaganda que algunas feministas, en especial, las yucatecas, habían emprendido para concientizar a las demás mujeres sobre métodos anticonceptivos, aborto y derechos civiles, como el voto, que les eran negados por su condición de género.
Tal vez, el folleto más emblemático de aquella época sea “La regulación de la natalidad o la brújula del hogar”, escrito por Margaret Sanger, donde relataba detalladamente los métodos anticonceptivos conocidos en aquel entonces para evitar embarazos.
Esta publicación de inmediato fue rechazada por los sectores más conservadores, de los cuales provenían Alducín y Vasconcelos. Este último, como secretario de Educación, fue el encargado de prohibir la distribución de dicho folleto en aras de regularizar los derechos de imprenta.
La campaña se extendió rápidamente en todos los sectores de la sociedad. Llegó a las escuelas de educación básica- con apoyo de la Iglesia y de su secretario de Educación- a los lugares más concurridos de la época, algunas esposas de los conservadores fueron las encargadas de organizar los eventos. Se exaltó la idea del amor filial incondicional; a ellas se les obsequiaron regalos de todo tipo.
En los años treinta del siglo XX, Excélsior convocó a un certamen para realizar un monumento que exaltase la figura femenina como madre. Ése fue el origen del Monumento a la Madre que se encuentra entre la calle Sullivan y la avenida Insurgentes, el cual lleva inscrito en una placa una leyenda que reza “a quien nos amó antes de conocernos”. No obstante, el movimiento feminista de los noventa le agregó “porque su maternidad fue voluntaria”.
La celebración a las madres hoy
En la actualidad, esta tradición está sumamente arraigada en la sociedad mexicana. De esta manera, el Día de las Madres es una de las celebraciones más importantes.
Este homenaje genera grandes ganancias para las empresas que se dedican a la venta de electrodomésticos, artículos para el hogar, indumentaria, flores y también los restaurantes. La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la ciudad de México anunció a la prensa que espera una derrama de casi 3,000 millones de pesos.
Semanas antes de celebrarse el Día de la Madre, los anuncios en televisión, radio e internet, se encargan de reproducir el rol asignado a las mujeres exaltando que son ellas, las únicas, que se encargan del aseo doméstico y del cuidado de los hijos puesto que “el regalo ideal” siempre es un artículo de uso exclusivo para el hogar, lavadoras, licuadoras, sartenes, estufas, todo esto para mejorar las condiciones en las que realizan su “deberes”. Y, además, deben ser perfectas como las modelos que lucen la ropa de moda que se ofrece, como un elemento de decoración del hogar soñado.
El mejor homenaje que podemos brindar a todas las mujeres trabajadoras y profesionistas que son madres es luchar por el fin de toda opresión y explotación.