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Red Internacional
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Interés capitalista. Horario de verano: ¿a quién beneficia adelantar los relojes?

El 13 de marzo inició el horario de verano en algunas ciudades de la frontera norte de México. En el resto del país se adelantarán los relojes en un par de semanas, pero ¿por qué surgió esta práctica? y ¿es realmente necesaria?

Lunes 14 de marzo de 2022

Este 13 de marzo, los municipios fronterizos de los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas adelantaron sus relojes. Para el resto del territorio mexicano la modificación será el próximo domingo 3 de abril.

El cambio de horario como idea surgió en los Estados Unidos con Benjamin Franklin, pero se empezó a aplicar a partir de la Primera Guerra Mundial con el objetivo de ahorrar energía. Algunos años después, varios países del mundo adoptaron la medida con el propósito de un gasto menor de electricidad, sin embargo, la verdadera ventaja económica se dio gracias a que las grandes empresas privadas de los distintos países coordinaron sus actividades. Empero, ante los pobres resultados en cuanto al uso racional de la energía eléctrica, más de la mitad de las naciones del mundo abandonaron la medida, pues las promesas realizadas a la población no se cumplieron.

En 1996, con el gobierno de Ernesto Zedillo, se aplicó por primera vez el horario de verano en México, el cual consiste en adelantar los relojes una hora, bajo el argumento de que se daría un ahorro de energía y se aprovecharía de mejor manera la luz natural. La disposición fue recibida con escepticismo, primero porque no fue consultada, segundo porque para la mayoría de la población la idea resultaba lógica si el fin era el de economizar electricidad, pero no era una costumbre arraigada entre las y los trabajadores mexicanos.

No obstante, y al pasar los años, diversas voces críticas han señalado que el ahorro es poco significativo y que el verdadero motivo fue alinear los horarios mexicanos con el de las empresas y la bolsa de valores estadounidenses. Según diversos estudios, las familias mexicanas no perciben reducción alguna en los precios que pagan por el servicio de luz, pues la energía que no se usa en las noches se compensa con la que se utiliza por las mañanas.

Otro de los grandes problemas que se han señalado es la modificación de los ciclos de sueño que viven la mayoría de las y los trabajadores, pues es sabido que no es lo mejor para la salud, ya que el cambio abrupto respecto al descanso genera desequilibrios fisiológicos, psicológicos y emocionales. Ahora, si bien es cierto que es posible adaptarse ante el cambio, pues es algo que las y los trabajadores terminan haciendo, la cuestión es que es una imposición que viene desde el gobierno y los empresarios, que en nada beneficia al grueso de la población y que sólo sirve para mantener las ganancias de unos cuantos.

Una medida democrática que podría servir para dar salida a esta situación sería consultar a la población qué horario prefiere, para que ese quede como definitivo, pues como ya se mencionó el adelantar los relojes no reporta ningún beneficio para el pueblo.