Este miércoles, de manera virtual, el presidente argentino se reunió con la canciller alemana. Volvió a recibir apoyo para lograr un "acuerdo sustentable" con el FMI. Sin embargo, no hay acuerdo que no implique -tarde o temprano- ajustar al pueblo trabajador.
Miércoles 26 de mayo de 2021 12:30
Este miércoles por la mañana Alberto Fernández se reunió de manera virtual con Ángela Merkel, la canciller alemana. El encuentro, que estaba pautado para realizarse en el viejo continente, no pudo llevarse a cabo por las fuertes restricciones que estaban en curso en Alemania cuando el presidente argentino pasó por aquel país.
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La reunión, que duró alrededor de 40 minutos, fue presentada desde el Poder Ejecutivo como un nuevo respaldo al Gobierno nacional en las negociaciones con organismos internacionales de crédito. Según el comunicado difundido desde Presidencia de la Nación, Merkel afirmó "junto a España, Portugal, Italia y Francia vamos a seguir apoyando a la Argentina para que encuentre un acuerdo sustentable con el FMI".
Este parece haber sido el punto nodal del encuentro. Y resulta lógico. El Gobierno argentino trabaja contrarreloj en las negociaciones con el Club de París, de cara a los pagos que vencen el próximo lunes. Estos ascienden a un monto de USD 2.400 millones. Si el Gobierno argentino no pagara en esa fecha, se abre un período de 60 días hasta el momento en que se declara de manera definitiva el default. Por lo que los plazos se extenderían hasta fines del mes de julio.
La reunión con Merkel tiene, además, importancia dado que Alemania es el socio más poderoso dentro del Club de París y, además, el principal acreedor de Argentina en dicho organismo. Con un 37 % de la deuda argentina, el país europeo encabeza el listado de quienes quieren cobrar. En segundo lugar se ubica Japón, que tiene el 22 % de las acreencias.
Esa negociación aparece atada a la que se lleva adelante con el FMI por el pago del préstamo otorgado por el organismo internacional a la gestión macrista. Hay que recordar que ese endeudamiento es fuertemente cuestionado por el oficialismo del Frente de Todos. Sin embargo, esos cuestionamientos no implican rechazar el pago sino solo negociarlo. En este punto solo hay diferencias en cuanto a los ritmos del ajuste que se debe aplicar para cumplir con el Fondo entre las distintas alas de la coalición gobernante.
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La definición de "acuerdo sustentable" que dice apoyar Merkel -siempre según el comunicado del Gobierno argentino- es lo suficientemente ambigua como para implicar esos distintos ritmos de ajuste. Lejos de significar que no habrá sacrificios para las grandes mayorías populares, adelanta un escenario de mayores padecimientos económicos y sociales.
