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Red Internacional
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NUESTRAS VIDAS VALEN MAS QUE SUS GANANCIAS. Hospitales públicos: otra salud y otra vida son posibles

En el Hospital San Martín de La Plata estamos de luto. Dos compañeros murieron por las condiciones en las que trabajaban. Hay que cambiar esto de raíz. Valemos más que las ganancias de los capitalistas.

Martes 11 de julio de 2017 12:39

Durante junio despedimos con profundo dolor y bronca a dos compañeros trabajadores del sector de Higiene Hospitalaria del Hospital San Martín de La Plata. Ramón Pérez luego de trabajar durante varios años falleció producto de una tuberculosis. Al mes falleció su hijo, Juan Pérez, por un cáncer de páncreas.

Ramón y Juan, como se los conocía en el Hospital, nos dejaron por culpa de las condiciones laborales y de la vida a la cual estamos expuestos quienes trabajamos en la salud pública. Pero nuestra salud vale más que las ganancias de quienes gobiernan y de sus mandantes, los capitalistas.

Para algunos sonará increíble, pero después de toda una larga vida de trabajo no podemos disfrutar ni siquiera del resto de vida que nos queda ni de la jubilación.

Las trabajadoras y los trabajadores de la salud dejamos una gran parte de nuestras vidas en los hospitales. Somos quienes garantizamos la atención y el funcionamiento, muy a pesar de las condiciones laborales y estructurales. Y también muy a pesar de las políticas de los sucesivos gobiernos provinciales que siempre miraron y miran para otro lado.

Como consecuencia de esta situación, terminamos naturalizando las condiciones en las que se encuentra la salud pública, al punto de ponernos al hombro el sistema para que funcione.

Año tras año vemos cómo el presupuesto sanitario va bajando considerablemente, como si quienes asisten a los hospitales públicos fueran cada vez menos. El ajuste en la salud, el vaciamiento, la precarización laboral, el ataque al salario y la persecución a quienes luchan, afecta a todas y todos.

Esto no es nuevo: todas las gestiones que pasaron por la Casa de Gobierno de La Plata tuvieron, con obvios matices, la misma política de ajuste y vaciamiento. Mientras, quienes sostenemos el sistema de salud realizamos enormes esfuerzos para mantenerlo en pie y que sea realmente gratuito y de calidad.

A pesar de las miradas llenas de dolor, los nervios y los músculos cansados de enfermeras y enfermeros, médicas y médicos, personal de Higiene Hospitalaria y otras dependencias, no nos han doblegado. Siempre nos levantamos, luchamos y nos organizamos para pelear por nuestros derechos y los de la población que se atiende en nuestros hospitales.

Por eso nos duele, mucho, tener que seguir despidiendo a compañeros y compañeras mientras los miserables que dirigen el Estado solo acumulan desprecio por nuestras tareas y nuestras vidas.

Responsables de esta dura realidad

Tanto Cambiemos como el kirchnerismo y el massismo han votado en el Congreso Nacional cada una de las leyes de ajuste y los tarifazos que golpean al pueblo trabajador. Mientras ese personal político de las clases dominantes viaja, disfruta y vive su vida de casta, a la inmensa parte de la sociedad nos someten a una vida de miseria y muerte.

Ya no les alcanza con hundirnos en las paritarias, condenándonos a salarios de miseria y condiciones de trabajo cada vez más precarias, porque nos consideran material descartable. Día a día nos muestran para quienes gobiernan y, claramente, no es para la clase trabajadora.

Una campaña también por la salud pública, gratuita y de calidad

La Agrupación Bordó conversó con compañeras y compañeros del Hospital San Martín (uno de los más importantes de la Provincia de Buenos Aires). La idea era saber qué harían si tuvieran 18 horas libres por día, trabajando en un solo lugar 6 horas, 5 días a la semana, con un salario igual a la canasta familiar.

Como muestran las respuestas compiladas en el video que acompaña esta nota, las expresiones y miradas de deseo (con ojos brillantes) fueron conmovedoras. Pero también mostraron la cruda realidad: la mayoría trabaja entre 12 y 18 horas diarias para llegar a fin de mes. Con este ritmo de trabajo nos vamos “rompiendo”, no podemos disfrutar de nuestros seres queridos, de la cultura y menos aún tenemos la posibilidad de encarar una carrera universitaria o terciaria. No podemos disfrutar y vivir la vida como nos lo merecemos.

Conquistar efectivamente las cinco jornadas semanales de trabajo, de seis hora cada una, con un salario igual a la canasta familiar, se torna cada vez más necesario. Y eso puede conseguirse. Hay que repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles.

En nuestro caso, si conquistásemos eso se incorporaría más personal de la salud que, bajando la desocupación y repartiendo mucho mejor las muchísimas tareas que hacemos día a día.

¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias! No queremos vivir más en la miseria. Otra vida es posible.

Por Ramón, Juan y tantas vidas anónimas que nos han dejado. Por nuestras hijas e hijos. Necesitamos cambiar la historia. A pesar de convivir entre la línea delgada de la vida y la muerte, siempre apostamos a la vida. Luchamos por la vida que nos merecemos.

Quienes integramos el Frente de Izquierda da muestra que la vida es otra cosa y que la merecemos vivir plenamente. Por eso es necesario y fundamental llegar con nuestra campaña a miles de jóvenes, mujeres y al conjunto de la clase trabajadora para que la tomen en sus manos.

Necesitamos legisladoras y legisladores que no nos den discursos lindos de campaña, sino que vivan la realidad que vive el pueblo trabajador y peleen codo a codo contra los despidos, el ajuste y este sistema que nos mata.