
Miguel López Diputado provincial PTS-FITU Libertador Gral. San Martín-Ledesma
Jueves 23 de abril de 2015
La huelga en la sección Trapiche del Ingenio La Esperanza, que transcurrió los días 10,11y 13 de Abril, fue contra las persecuciones de la gerencia kirchnerista al ex delegado de la sección, Martin Tolaba, quien todavía cuenta con fueros sindicales. Con la vuelta a los métodos de la asamblea y la huelga, como modo de defenderse de los ataques de la patronal, se evito que como represalia la administración K lo aislé enviándolo a otra sección. Vale destacar que por la organización y el reclamo de la base de la sección de Trapiche ante las autoridades gubernamentales del ingenio, ya se había logrado que sea reincorporado a su lugar de trabajo el compañero Martin Tolaba. Este fue un primer triunfo, ya que la administración gubernamental prometía reincorporarlo recién en junio, para la zafra, cuando todos de los obreros se reincorporaron a sus puestos de trabajo en Marzo. Una política interna de persecución sindical que "borraba con el codo lo que firmaron con la mano", ya que la gestión kirchnerista del ingenio se comprometió a garantizarle 10 meses de trabajo a todos los obreros.
El "si tocan a uno, tocan a todos" venció a las reprimendas de los K
La base enarbolo la consigna "si tocan a uno, nos tocan a todos", y no levanto las medidas de fuerza hasta que la patronal no diera brazo a torcer en su política de represaliar obreros, y firmara la permanencia en la sección Trapiche de Martin Tolaba. Los compañeros trapicheros decían "si les dejamos pasar que corran como a perro al compañero Tolaba, después van a venir por nosotros, porque este es un golpe más del gobierno a la sección". Por eso se plantaron, no aceptaron que se lo mueva de la sección a Tolaba, ni que se lo amenace con el despido si no aceptaba el traslado de sección. Una postura contraria a la que tuvieron tanto el actual delegado de la sección, "Papola" Bellido, y los dirigentes del Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio La Esperanza, Ortiz, Juárez y Bautista. Quienes agacharon la cabeza ante los mandatos de la administración gubernamental, teledirigida desde alguna oficina de Capital Federal por el funcionario Jorge Neme, y se dedicaron a intentar convencer a la base de que era equivocado hacer huelga, y de que lo mejor era que Martin Tolaba acate el traslado de sección, porque estaba en riesgo su puesto de trabajo, es decir, que acepte la persecución sindical del gobierno como algo natural.
Una vuelta a una tradición anti-burocrática
La base combativa de la sección de Trapiche, tomo nota de la actitud contraria a la huelga tanto del delegado de sección como de la directiva sindical, por eso votaron y mandataron en asamblea al compañero Pedro Adep y al dirigente clasista Silvio "Chopper" Egüez, ante cada reunión de negociación con la administración kirchnerista y los dirigentes burocráticos del SOEA. Y una vez, resuelta la lucha a favor de los trabajadores, garantizando que no se mueva a Tolaba de la sección Trapiche, los compañeros en asamblea resolvieron revocarle el mandato al actual delegado de la sección, "Papola" Bellido, por negarse a encabezar la lucha y de hecho ponerse del lado de los dirigentes sindicales burocráticos del SOEA y la administración Kirchnerista, encabezada por el funcionario Jorge Neme. Quizás este ultimo hecho, que la asamblea mande y resuelva revocarle el mandato al delegado que no lucha, sea el dato más importante, porque pone de relieve como la democracia de las bases fue fundamental, tanto para ganar esta lucha, como para dar pasos en volver a una tradición democrática, combativa y clasista que vaya en contra de la conciliación de los delegados y dirigentes con la patronal y el gobierno.
Cabe recordar que los obreros de La Esperanza en su larga historia de lucha, tuvieron momentos importantes en los que pesó un sentimiento anti-burocrático de la base y fue fundamental para la continuidad de la lucha. Allá por el año 2.000, dirigieron un breve periodo de control obrero venciendo no solo a la patronal vaciadora de los Jorge, sino también a la dirección burocrática de Farfán, a la que pasaron por encima basándose en la asamblea y creando una nueva institución votada por la base, la Comisión de Lucha. Y en el año 2013, nuevamente fue decisivo el método democrático de la asamblea y la fuerza de la base para ir contra los traidores, porque en una asamblea masiva de más de 700 obreros se voto revocarle el mandato al secretario gremial, Castrillo, ya que este dirigente se oponía a la huelga y jugaba abiertamente para el equipo de la patronal de los Roggio, este hecho marco el inicio de una larga huelga-de 16 días-que cambio la relación de fuerza con la patronal, la hirió, pese a que no venció.
Silvio "Chopper" Egüez, obrero de Trapiche, vocal del SOEA-ILE, referente del sindicalismo de izquierda en el ingenios azucareros del norte argentino, consultado sobre el balance de la reciente huelga de sección señalo que "El paro de 3 días, el peso decisivo de la asamblea, la defensa incondicional de un compañero perseguido por el gobierno, y el hecho de que la asamblea le haya revocado el mandato a un delegado que no se puso al frente de la lucha, significa una vuelta a las mejores tradiciones del movimiento obrero en los ingenios. Esta práctica hay que multiplicarla, para que los sindicatos sean herramientas para la lucha obrera y la unidad de los trabajadores de la fabrica y el campo, no para que se conviertan en sellos desde donde los dirigentes transan con el gobierno y las patronales, dándoles la espalda a los reclamos de los compañeros, negándose a hacer asambleas, y boicoteando los paros surgidos desde abajo".