Los comités de empresa de Nissan que representan a las plantas de Zona Franca y Montcada anuncian la decisión de ir a una huelga indefinida a partir del próximo 4 de mayo.
Viernes 24 de abril de 2020 20:03
Un comunicado realizado por el comité de empresa se denuncia que el único objetivo de Nissan es reanudar la producción para fabricar las ultimas 1.300 unidades de un modelo comprometido con Mercedes y algunos cientos más de unidades que se venderán como marca Nissan en Oriente Medio, para después ser mandados de nuevo a casa por razones productivas.
La protesta bajo el lema “Sólo queremos tener trabajo,#FuturoParaNissanYA” se realizara ante los crecientes temores sobre el cierre de la fábrica. Ya antes del estallido de la Covid-19 estaba funcionando a sólo el 25% de su capacidad por la falta de un plan de viabilidad de futuro que la plantilla lleva mucho tiempo exigiendo. Más de 3000 trabajadores están convocados a la acción partir del próximo 4 de mayo.
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El comité también denuncia que trató de conocer los planes de la empresa en una reunión urgente solicitada por todos los sindicatos, (Sigen-Usoc, CC.OO y CGT) reunión que si se celebró pero que con una falta de respeto absoluta no contó con la presencia de Genís Alonso, consejero y director general de Nissan España.
"Lo que no estamos dispuestos a hacer es venir a trabajar unas semanas poniendo nuestra salud en juego para que luego nos vuelvan a cerrar", y añaden: “Nos quieren llevar al cierre aprovechando que estamos confinados y no nos podemos movilizar”. Según Miguel Ruiz (Sigen-Usoc) se comenta que el cierre está decidido y nadie lo desmiente.
El cierre de la fábrica, si llegara a efectuarse, afectaría a las plantas satélites de Montcada y Reixach y Sant Andreu ambas en la provincia de Barcelona y a 3.500 trabajadores y trabajadoras directos y un total de 25.000 familias de empresas externas y suministradoras. La gran beneficiada sería la planta de Sunderland, en Reino Unido, donde Nissan ha efectuado recientemente inversiones por valor de más de 4.500 millones de euros.
“La situación que atraviesan las Plantas de Nissan en España no es nueva, desde hace años vemos como nos han ido bajando las producciones y eliminando vehículos que fabricábamos sin tener un sustituto. A pesar de todo esto, el camino recorrido ha tenido un alto precio para l@s trabajador@s de Nissan que hemos realizado un gran esfuerzo cada vez que se nos ha pedido. Muchas veces sacrificando derechos laborales, mermas económicas, aumento de ritmos, recortes de descansos, y un sinfín de cosas más, sin que ello se tradujese nunca en una estabilidad, cada año tocaba salvar la Fábrica”.
Está claro que el ceder una y otra vez ante las patronales en sus pretensiones, lejos de contentarlos, alimenta cada vez más sus ambiciones a costa de ir perdiendo derechos y conquistas.
Los trabajadores se siente desprotegidos y por ello intentarán extender la huelga al resto de plantas de la firma nipona en el Estado español (Ávila y Los Corrales de Buelna en Cantabria). “Nuestra inquietud por mantener el empleo ha ido en aumento”, han manifestado.
“No estamos dispuestos a que nos usen para sacar las producciones que les interesa para cumplir sus contratos y luego nos dejen tirados. No se puede permitir que una multinacional como ésta que junto a Renault forman la alianza más potente económicamente del sector del automóvil, utilice la catástrofe de una pandemia para dejar a miles de familias en el paro.”
En el mismo comunicado dejan claro que se opondrán a los planes de la empresa con la huelga “por eso que pedimos el máximo apoyo institucional y social para revertir esta situación y obligar a la Empresa a posicionarse. Nosotros ya hemos puesto encima de la mesa nuestras armas, que, en estos momentos es la huelga, y será de carácter indefinido hasta que no se defina nuestro futuro. Si la Dirección piensa que por estar confinados vamos a quedarnos quietos y van a poder hacer lo que les dé la gana, se equivocan y mucho.”
Es necesaria la unidad y la organización de todos las y los trabajadores de la fábrica, que puedan decidir de manera directa y democrática un plan de lucha para enfrentarse al intento de cierre, así como la máxima solidaridad de todas las organizaciones sindicales, sociales y políticas de izquierda. No somos material descartable. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.