Entrevista al exfutbolista que se destacó en Racing y tuvo paso por Mandiyú de Corrientes, entre otros. Autor del libro “Lamadrí, el renacido”, siempre es garantía de charla interesante.
Agustín Palmisciano @AgusPalmisciano - Periodista del sitio Globalonet
Sábado 24 de octubre de 2020 00:00
Foto: diario La Nación.
* Reproducimos parcialmente la entrevista publicada originalmente en Globalonet, sitio web del autor de la nota.
Pasó por distintos clubes a lo largo de una extensa carrera de 15 años. Al momento del retiro, los problemas económicos y la adaptación a una nueva vida le hicieron comenzar una búsqueda personal alejado de las canchas. Lamadrí, el renacido, su primer libro, cuenta detalles de su trayectoria. Además, compara el fútbol actual con el de su etapa profesional, y habla del futuro auspicioso del club de sus amores: Racing Club y el lado B del fútbol.
¿Cambió mucho el futbolista actual con aquel de tu etapa?
El futbolista de hoy vive en un mercado, en un negocio súper profesionalizado. Nosotros agarramos las últimas épocas de un fútbol con características más amateurs, con planteles que duraban 3, 4 o 5 años y la gente sabía los nombres de memoria. Hoy vemos que un jugador llega a los 19 o 20 años y si anda bien y tuvo un buen torneo lo venden. Desde ese lugar para el jugador en general, la cosa cambió para mejor en cuanto al dinero porque son otras cifras, más importantes. La gran mayoría, a diferencia de otras épocas, se pueden hacer un buen futuro en cuanto a lo económico.
¿El negocio del fútbol se está comiendo al protagonista?
El jugador de fútbol es el dueño del negocio, pero sabe que no tiene la llave. Son otros los que vienen a abrir el negocio a la mañana. El jugador después llega y juega pero el negocio lo manejan otros. Nuestros equipos son Sociedades sin fines de lucro peleando en contra de las Sociedades Anónimas deportivas de Europa. El jugador es menos dueño del negocio porque la FIFA y todos los organismos toman medidas que priorizan el negocio. Por ejemplo, Conmebol y la Copa Libertadores, con listas de buena de fe de hasta 40 jugadores por si alguno se enferma demuestran que les importa más el negocio que la salud de los jugadores.
En cuanto al juego ¿Hoy se juega mejor que años atrás?
En general, cuando hablo de fútbol estrictamente en comparación con otras épocas, como en la que yo jugué, puedo decir que hoy es mucho más dinámico desde el punto de vista que se corre mucho más, los jugadores son atletas. En aquella época, si tengo que comparar los ´80 con la actualidad, no me cabe duda que el de aquella época era más lindo de ver. Ahora, no sé si mejor o peor, sino distinto. Era otro fútbol, casi todos los equipos tenían un número 10 que era el clásico jugador que te ganaba el partido solo, ese jugador importante que todos buscábamos al sacarle la pelota al rival para dársela. También en los ´80, todos los equipos tenían un gran arquero. Nosotros en Racing teníamos al Pato Fillol. Desde ese lado creo que era más vistoso porque había más jugadores técnicos, hoy la dinámica hace que primero tengas que correr y pensar después.
¿La falta de figuras y el sentido de pertenencia de los hinchas fue modificándose a partir de todo esto?
Muchas veces somos demasiado exitistas. Hay jugadores que se los recuerda en el seleccionado por ser los últimos que ganaron algo. Muchas veces el exitismo hace que nos quede en la retina solamente aquellos que ganaron algo. Si vamos atrás lo vemos con Diego, Kempes, pero también pasaron otros grandes jugadores y técnicos que quizá, no se los recuerda por la falta de títulos.
Lo que pasa es que cuando uno no tiene la posibilidad de coronar un proceso con un torneo importante termina siendo olvidado. Hubo grandes equipos a los que no se los recuerda tanto. Sin embargo, no ocurre con grandes equipos ganadores, como la Selección del ´78 y la del ´86.
¿Es cruel la vida del futbolista al momento del retiro?
Cada uno lo procesa de diferentes maneras acorde a sus posibilidades. Tenemos que ver el presente económico, familiar, afectivo y de la salud. Hay muchas cosas para analizar, por la cual, ningún retiro va a ser igual a otro. Algunos lo sufren más y otros menos. Quienes nos retiramos sin un mango, la preocupación del día era como conseguir ese mango para que los pibes coman. Quizás, el que se retiró con una mejor posición económica, o sin ningún problema en ese aspecto, probablemente el problema sea el extrañar los gritos de la gente. De alguna forma todos sufrimos por algo, pero la cuestión es empezar a llenar esos vacíos existenciales que nos deja el tener que abandonar la práctica del fútbol profesional. Nosotros durante 15 años nos dedicamos a jugar profesionalmente, pero llevábamos 15 años más de formación. En mi caso, llegué a Racing a los 7 años y debuté a los 19, fueron 12 años y contando toda la carrera fueron 29. El día que me retiré no estaba preparado para el después, además me agarró mal económicamente. Empezás a sumar problemas o cuestiones que no podes solucionar, además de estar en tu casa en horarios donde no estabas. A veces sentís que molestas en tu casa, porque la dinámica de la casa no te reconoce como un miembro estable. El futbolista a las 11 o 12 del mediodía no está en su casa, está entrenando o concentrando, y de golpe ves que esa dinámica en ese horario es que los pibes están comiendo o volviendo del colegio y te das cuenta de que durante mucho tiempo viviste una vida incompleta. El jugador ve que por momentos “sobra” y eso es terrible. Encima no siempre uno se reinserta como técnico o ayudante de campo. Empezás a tener todos esos momentos de no hacer nada y empieza a caminar la cabeza.
¿Sentís que te cerraron las puertas después del retiro para estar en otros roles ligados al fútbol?
Los jugadores que pueden tener la oportunidad de sentarse en un programa de televisión y que eso signifique un ingreso son muy pocos. Son contados con los dedos de una mano y seguramente van a estar o quedar si el perfil da para un programa deportivo o de espectáculo. Hoy la mayoría de esos programas no los tenemos que mirar como programas deportivos solamente, sino como shows. Hay programas que los ves y decís automáticamente “Esto no tiene nada que ver con el fútbol”, son más de espectáculos, con tipos que cuentan anécdotas. Esos tipos que pueden hacer eso es porque también le sirven al negocio, porque si vos te sentás en un programa y tu presencia no garpa, te vas. Muchos se meten en periodismo después de retirarse y es un camino muy largo porque quienes están ahí cuidan su silla con uñas y dientes. Te saludan de la mejor manera, pero después no te vuelven a llamar.
¿También estudiás periodismo?
Sí, Periodismo General, porque creo que en el 90% de los casos el Deportivo es en realidad periodismo futbolístico. Si voy a un programa y le pregunto a cualquier periodista por las reglas del waterpolo posiblemente no las sepa. El negocio del fútbol es muy grande y se entiende que ese sea el lugar por donde sea abordado. Hay otros deportes importantes, pero acá el que más visibilidad tiene en la televisión es el fútbol. En lo personal, es algo que me gusta, además es muy importante para la función que llevo adelante ahora en la Municipalidad de Avellaneda (es Director General de Medios, NdeR). El periodismo brinda herramientas para desarrollarse cada vez mejor.
¿Cómo llega la idea de escribir el libro?
Hace unos años escribía para hacer comedias. Hacía stand up, un día me invitó Luis Rubio a actuar con él al Paseo La Plaza y me dijo “Flaco, vos tenés que hablar de fútbol”. Eber Ludueña ha tomado cosas del fútbol pero es un personaje y en cambio yo lo había vivido. De a poco me encontré con mucho material y fui agregando vivencias que me habían sucedido. Un día le pedí de tomar un café a Hernán Casciari y le conté la idea, me dijo que le dé para adelante porque acá sobre ese tema no hay nada. Tiempo después le mandé el borrador a él, fue la primera persona que lo leyó y le gustó mucho, su respuesta la guardo con mucho cariño porque es muy elogiosa. Ahí empecé a darle forma junto al editor Chopo Boccalatte y la gente de Ediciones Al Arco quienes hicieron un gran laburo. Para noviembre del año pasado teníamos el libro terminado, durante las vacaciones se editó y en febrero lo teníamos listo, pero en marzo nos sorprendió la pandemia. Dejamos pasar un mes, en abril/mayo ya lo teníamos en la calle y para fines de julio ya llevábamos vendidos un poco menos de mil libros. Desde ese lado queda la vara muy alta para un próximo proyecto que llegue.
¿Se puede decir que no es una autobiografía sino contar tus experiencias?
Si bien habla de cosas que me han pasado en la carrera, nunca tuve la intención de que sea autobiográfico. Además, a nadie le interesaría la vida de alguien que empezó jugando Copa Libertadores en Racing y terminó su carrera yéndose al descenso en Douglas Haig de Pergamino, no es una carrera muy interesante como para escribirla de ese modo. La idea fue buscar ese lado B sobre las cuestiones poco conocidas que le pueden pasar a un jugador de fútbol y vivencias de ese estilo que la gente pregunta si son reales. Esas cosas poco creíbles que sorprenden al lector, de un fútbol de años atrás, ese componente juega un papel preponderante.
¿El nombre del libro hace referencia a tu vida con esa búsqueda permanente a raíz de las vivencias que te tocaron vivir?
Sí, son esas cosas que al lector le puede hacer ruido o llamar la atención, porque nosotros en general tendemos a idealizar al jugador de fútbol como alguien exitoso que termina su carrera y no tiene que trabajar más o que no tiene problemas y tiene todo resuelto. Eso aplica a un porcentaje muy pequeño de futbolistas. En nuestro fútbol argentino eso no es así, hay un mar de jugadores que ganan muy bien, pero tenés otros que no.
¿Tuviste bronca con el fútbol?
Sí, cuando dejé de jugar pasaron unos años donde ni siquiera podía mirar Fútbol de Primera, era una negación que tenía y de a poco me fui dando cuenta que muchas cosas que me pasaron fueron también una decisión personal. Si yo después de 15 años de jugar al fútbol tenía que pasar a trabajar 18 horas por día en un negocio quiere decir que algo mal con el fútbol debo haber hecho. Fueron malas decisiones mías que debo haber tomado. Si después de ese tiempo como profesional terminé haciendo facturas fue porque no supe, no me dijeron o no me aconsejaron de qué manera ir forjando lo que venía después del fútbol y el retiro me sorprendió.
¿En Racing te llegaste a sentir figura?
No, figuras era Rubén Paz o el Pato Fillol. Ellos eran las figuras del equipo y el resto de los mortales del equipo teníamos que intentar hacer lo mejor posible las cosas, todas esas tareas invisibles, como los relevos o cubrir los espacios. Esas tareas que no se ven cuando el periodista te pone los puntajes para el diario. Hay muchas cosas que no se ven porque no interesa tanto, y tampoco se ve con facilidad, esa era la tarea que me tocaba a mí, ordenar los espacios desde el centro de la mitad de la cancha.
Pero a la vez muchos que te vieron jugar te tienen un buen recuerdo y quienes no lo hicieron, comenzaron a saber de vos a partir de las redes sociales ¿Te abrió las puertas a nuevas oportunidades?
El tema de las redes y las nuevas tecnologías es algo que me atraviesa en el momento justo. Me agarró en un momento creativo importante. El humor y las redes se llevan muy bien y desde ese lado, con la creación de personajes como El Triunfador o el Volante Central, empecé a subir cuestiones sobre viajar en colectivo o en tren y la gente empezó a ver que no todos los jugadores de fútbol están salvados y tienen un BMW en el garaje. Estamos los que, como la gran mayoría, también viajamos en hora pico con el bondi hasta las pelotas y cagados de calor. Esas cosas me empezaron a acercar en un principio, a los hinchas de Racing, después a los periodistas partidarios de Racing y más tarde al resto. Mucha gente que me sigue hoy quizá no sabe que yo jugué al fútbol, pero las redes te acercan de otra manera y creo que estoy aprovechando muy bien ese momento.
¿Cómo evaluás la actualidad de Racing después de haber sido critico de Blanquiceleste y el cambio que tuvo el club?
Blanquiceleste fue un saqueo del club basado en la venta de jugadores de las inferiores. Racing era gerenciado de una manera donde las otras actividades del club no importaban. Desde ese lado había que combatirlo, pero también era muy difícil porque Racing salió campeón en 2001, después de 35 años con un gerenciamiento. Era muy difícil hacer que el hincha vea que estaban saqueando al club. Muchos decían “Bueno, pero salimos campeones”. Costó muchos años y con marchas logramos que Grondona se expida y que Racing vuelva a ser conducido por sus socios en 2008. Desde ese momento a hoy el club creció, aunque también con cuestiones internas difíciles dentro del club, como peleas entre Presidente y Vicepresidente, Cogorno y Molina. Pero al margen de eso se siguió creciendo y eso generó el arrastre a la cuestión deportiva. Formando un equipo competitivo y dejando atrás problemas estructurales históricos como jugadores que no cobraban. Actualmente saca jugadores de inferiores, pero yo entiendo que está para mucho más, tiene que volver a ser un club más popular, con servicios para los socios y que se pueda involucrar en otro ámbito que no sea solamente el día del partido, esas cosas todavía faltan.
Fuiste candidato a vicepresidente en Racing ¿Seguís interesado en ese rol dirigencial?
En la política del club estoy metido desde 2006 y siempre estoy en contacto o con charlas sobre temas ligados al club. En estos días se tienen que tratar las listas para las próximas elecciones que iban a ser en diciembre, pero seguramente se pasan a marzo o abril con toda esta situación. Recibo llamados de algunas agrupaciones, yo tengo la mía que es la 25 de marzo, pero siempre aparecen otras que me llaman y me preguntan si voy a jugar o no. El tema de las candidaturas es relativo, yo fui candidato en 2017, y la elección la ganó Blanco. Voy a ver qué hacer.
¿Se podría decir que vas a jugar, pero no definiste en qué posición?
Claro. Porque las candidaturas no me gustan, no me cambia mucho. Hay cosas más importantes, cosas como pibes que son de Racing y no conocen la sede del club, lo importante no es la candidatura, puede llegar o no, pero lo que más me interesa es que más hinchas de Racing puedan disfrutar del club. En este momento en el que estamos, donde Racing está mucho mejor y con varios problemas de antes solucionados, hay que ver otras cuestiones más sociales, como darles lugar a los jóvenes.
¿Hubo un cambio de pensamiento del hincha en estos últimos años?
Sí, eso es un contagio que se empezó a dar de manera poco probable. Es una cosa del estado de ánimo, desde la época de Cocca, donde el equipo no sé si jugaba bien, pero esos partidos que siempre nos terminaban empatando o perdiendo ya no ocurría. Hoy uno mira un partido de Racing totalmente tranquilo, donde podés ganar, empatar o perder, pero eso es algo deportivo. Antes pasaba eso que era el último córner del partido y te mirabas con el de al lado en la cancha y no te decías nada, sabías que te lo ganaban ahí. Entonces de esos años a esta parte cambió, hay un Racing positivo, como dicen.
Desde lo deportivo, en este fútbol argentino actual hay una cuestión económica que permite a Boca y River gobernar ¿Crees que Racing se posiciona como el tercero en esa disputa?
Sin duda. Hoy Racing está en esa posición expectante que le permitieron llegar los últimos planteles y títulos. Estamos en un excelente momento para despegar y pensar en algo más grande, como en el plano internacional. Si me decían años atrás de competir y salir campeón cada dos años firmaba al instante, hoy viene siendo una realidad.