El presidente hizo un comentario desafortunado en un acto público, sobre los habitantes de un geriátrico que miraban contenidos eróticos.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 26 de abril de 2017
Fotografía: DyN
Más de uno se preguntará desde su casa, ante el televisor, el celular, la radio o la computadora, qué pasa por la cabeza del presidente mientras habla. ¿En serio le parece que lo que dice es creíble? ¿Posta, con esto ganó las elecciones? ¿Así piensa convencer de su versión de la realidad a millones de argentinos? ¿Para esto paga asesores? Estas preguntas y muchas otras, podrían surgirle a cualquiera que preste atención a los discursos presidenciales.
Sin embargo, ayer, la pregunta que más de un argentino o argentina se formuló fue: ¿Es necesario? Mauricio Macri se refirió a la sexualidad de los ancianos que residen en un geriátrico, en el marco del relanzamiento del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP). “Estudiar te rejuvenece”, planteó el presidente, en el acto que se efectuaba en el Centro Cultural Kirchner.
Macri hacía alusión a su recorrida por un establecimiento. "Lo más emocionante que vi fue jubilados aprendiendo informática que nunca habían abierto una computadora. Después tuvimos que dar de baja las cuentas, porque el porno batía récord... estaban como locos".
Las risas ante “el chiste” demoraron en aparecer. Es que más de uno habrá pensado, previo a largar la carcajada, que el presidente estaba siendo un poquito desubicado. Luego, ante su insistencia en explicar lo que estaba diciendo y su gestualidad que indicaba que sí, que precisamente al presidente el tema le resultaba gracioso, los asistentes se permitieron la risa por el comentario.
¿Era necesario reírse de la sexualidad de los jubilados que viven en el geriátrico en cuestión? Dicho sea de paso, Macri no se privó de mencionar de qué establecimiento se trataba. No le alcanzaba con que en su relato, los protagonistas fuesen ancianos y ancianas anónimas, de cualquier lugar. Se encargó de exponerlos indicando de qué personas y de qué lugar se trataba.
Represión para los jubilados también
El sexólogo Patricio Gómez Dileva cruzó al presidente por su desafortunado chiste. En declaraciones a Radio Del Plata, dijo que “cuando hablamos de la falta de educación sexual, hablamos de una realidad que nos afecta a todos incluso al presidente". "La necesidad de sexo en la madurez es un signo positivo de vitalidad. Entonces bloquearle el acceso a contenido erótico, la verdad que lo que está haciendo es reprimir", afirmó.
Efectivamente, si se trata de personas mayores de edad, para quienes el acceso a material erótico no debería estar prohibido, la decisión de bloquear cuentas o el acceso a determinados sitios online, es nada más y nada menos que represión. Como definió Gómez Dileva, el sexo en la tercera edad es un tema tabú y en los establecimientos geriátricos no hay preparación ni educación para responder a las necesidades de las personas mayores en este aspecto.
La falta de educación sexual es una problemática denunciada incansablemente, que se sufre en las escuelas gracias al ajuste del Gobierno y entre otras cuestiones, a la injerencia de la Iglesia en la educación pública, injerencia que este Gobierno no parece interesado en modificar y que el kirchnerismo tampoco atacó. Si la educación sexual no es prioridad para niños, niñas y adolescentes en las escuelas, es de imaginarse la importancia que Cambiemos le otorga al asunto en el caso de los adultos mayores.
Actualmente, la represión a jubilados excede el plano moral asociado a la expresión sexual. Como se ha visto recientemente, la represión pura y dura, la que se ejerce con palos y balas de goma, también tiene como blanco a los jubilados y jubiladas. El ejemplo más reciente es la represión desatada en Santa Cruz contra una concentración convocada frente a la residencia de la gobernadora Alicia Kirchner, entre la que se encontraban docentes, estatales y jubilados. Por otro lado, en agosto del año pasado, la Policía Federal y la Prefectura reprimieron a jubilados que se manifestaban en el Puente Pueyrredón, para reclamar un aumento de emergencia para las jubilaciones. Como se ve, el ímpetu represivo que no se detiene siquiera ante jubiladas y jubilados, es una de las tantas similitudes entre el oficialismo y la "oposición" kirchnerista.
¿Duranbarbismo o falta de criterio?
El gesto presidencial expresa, aunque su intento fue el contrario, todo el desprecio que siente el líder del gobierno de los CEO, por la vida y las necesidades de uno de los sectores más postergados y maltratados de la sociedad. Evidentemente no le bastó a Macri con dar cuenta, frente a las cámaras de televisión, que desconoce incluso cuál es el monto de una jubilación mínima.
En el caso de los políticos burgueses profesionales, los gestos de empatía, de conexión con el otro, con el que sufre, con el que necesita, suelen ser construcciones alejadas de la realidad. Muchas veces se nota la impostura, la ficción. ¿El viaje en colectivo falso por Pilar, no parece acaso suficiente ilustración? En el caso del presidente la impostura no solo es evidente, sino que muchas veces en el marco de un intento por parecer un ser humano “como vos”, “que sabe lo que te pasa”, capaz de referirse “a los problemas que tenemos todos”, le pifia por sincericidio y alguna frase infeliz se le escapa: como el chiste de los jubilados que miran porno, o los pobres pibes que “caen a la educación pública”.
“Mauricio Macri es un objeto de estudio difícil para el análisis político tradicional. Tiene un liderazgo extraño, lejano, distante”. Así describe la periodista Nancy Pazos al presidente, en una nota para la revista Noticias. “El método de Macri para descansar mes y medio por año”, se titula el artículo que intenta explicar que el mandatario “no es un vago”, a pesar de sus repetidas escapaditas durante el año.
Que su liderazgo es distante es algo de lo que no caben dudas. Que pueda tomarse un mes y medio de vacaciones es algo que lo pone en un lugar bastante alejado de la realidad de millones de sus gobernados. En la clase obrera y los sectores populares, son pocos los que cuentan con tal posibilidad. Macri dice con soltura que hay que hacer esfuerzos, que hay que laburar sábados y domingos, que hay que poner un poquito más del tiempo de cada uno para que la Argentina salga adelante. Sin embargo, no titubea a la hora de irse, retirarse de la Quinta de Olivos para descansar junto a su familia y vacacionar.
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En algo puede tener razón Nancy Pazos. Puede que su estilo sea algo a lo que las amplias mayorías no estén acostumbradas. Algo que supo hacer el kirchnerismo fue instaurar un relato plagado de mística, que logró generar empatía con amplios sectores. Qué tanto de aquella empatía se extiende hasta hoy, qué tanto se redujo o se mantuvo, es materia para otro análisis. Lo que sí puede decirse analizando la cuestión a simple vista, es que la vida de millonaria y llena de privilegios de Cristina, tenía otro peso en su “estilo”, mientras ejerció la presidencia.
El comentario desafortunado sobre los jubilados que consumen pornografía, puede explicarse por la necesidad del presidente de hablar sobre ciertos temas con detalle, para posar como un conocedor de la realidad de los sectores vulnerables.
Probablemente quiso traer a colación evidencia de que se había ocupado de la vida cotidiana de los jubilados que residen en el establecimiento que mencionó. ¿Era necesario? Evidentemente no. Para consuelo de muchos que se habrán preguntado qué pasaba por la cabeza del presidente, una explicación con algo de razonabilidad puede ser esa. La otra opción menos alentadora, sugiere que el presidente no habló orientado por tips duranbarbistas asociados a la generación de cierta imagen, sino por su propia falta de criterio.