Música. Iggy Pop y la lujuria por la vida

“Estuve en dos conciertos de The Doors. El primero de ellos fue una influencia muy grande para mí. Acababan de tener su gran éxito, "Light My Fire" y el álbum había despegado. Y ahí estaba este tipo, drogado, vestido de cuero con el pelo engrasado y rizado. El escenario era chico y realmente bajo. Luego el tipo se puso conflictivo. Me pareció muy interesante. Me encantó su rendimiento, una parte de mí me decía: "Guau, es genial. Realmente está haciendo enojar a la gente". También pensé: "Si tienen un disco exitoso y pueden hacer lo que quieran en los conciertos, entonces no tengo ninguna maldita excusa para no salir al escenario con mi banda". El sincericidio pertenece a James Newell Osterberg, también conocido como La Iguana y más popularmente como Iggy Pop, quien está cumpliendo 76 años.

A pesar de las décadas, el cantante se sigue presentando en sus escenarios de la misma manera que definiría un estilo propio tras la epifanía que tuvo al presenciar a Jim Morrison, líder de The Doors: pelo platinado largo, lacio y suelto, torso desnudo y pantalones de cuero pegados al cuerpo. La lujuria por la vida, que sería justamente el nombre de una de sus canciones más conocidas, Lust for Life del disco homónimo de 1977, se tradujo en sexo, drogas y rock and roll que fue la santísima trinidad de la música durante los años sesentas y setentas. Ya lejos de esa etapa, Iggy se mantiene gracias a una terapia de medicina tradicional china, el chi kung, que también se lo conoce como "fuente de juventud".

Su amistad con el Duque Blanco

Pero mucho antes de eso, su fascinación por la música vino de la mano de sus padres, que le regalaron una batería. Al poco tiempo formó sus primeras bandas, como The Iguanas, que le daría uno de sus apodos, pero la consagración la tuvo definitivamente con The Stooges en 1967. Con ellos editó tres discos, incluso uno de ellos producido por su amigo David Bowie, y se convirtieron en los referentes del punk rock. Pero los excesos fueron más fuertes y la banda se separó a mediados de los ‘70s. Sus actuaciones en los escenarios eran un fiel reflejo de su locura y fue por entonces que comenzó a implementar una práctica que en ese momento era novedosa y que hoy ya dejó de serlo, el “stage diving”, es decir tirarse de cabeza al público. De chico había tenido poliomielitis y sus secuelas, en lugar de serle un impedimento, también se convirtieron en uno de sus rasgos característicos en los movimientos reptilianos que hacía en cada show.

Pero la heroína lo estaba consumiendo. Para escapar del ambiente, se fue con Bowie a Berlín y de allí salieron dos de sus mejores trabajos, el mencionado Lust for Life (que también contiene la gran The Passenger) y The Idiot. También compusieron juntos algunos temas que hoy son clásicos como Tonight y Sister Midnight. En 1983, Bowie graba una versión de uno de los temas de The Idiot y el éxito que supuso fue un respiro económico para su amigo por las regalías: estamos hablando de China Girl. En los años posteriores, Iggy Pop también incursionará en el cine como actor y como compositor de bandas sonoras como Trainspotting, Freddy ’s Dead: The Final Nightmare, Shocker y Kurt Cobain: About a Son, entre otras.

El cantante está lejos del retiro: en enero lanzó “Every Loser”, disco que cuenta con músicos invitados como los miembros de Jane’s Addiction, Dave Navarro , Eric Avery y Chris Chaney, junto con apariciones del bajista de Guns N’ Roses, Duff McKagan, el guitarrista de Pearl Jam, Stone Gossard y los bateristas Taylor Hawkins de Foo Fighters en uno de sus últimos aportes antes de su fallecimiento en 2022, y Travis Barker .

Una cosa es segura, sigue habiendo Iguana para largo.