La Iglesia en unión con diputados de la Asamblea Constituyente se unen para echar abajo el derecho al aborto en la CDMX.
Sábado 3 de diciembre de 2016
La Iglesia, feligreses y diputados de la Asamblea Constituyente crearon un frente para solicitar que en la constitución de la Ciudad de México (CDMX) se incluya el derecho a la vida desde la concepción. Esta alianza reaccionaria busca arremeter contra el derecho conquistado de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos.
Hacen gala de una doble moral, porque miles de niños mueren a diario en este país presas del hambre, tratando de cruzar la frontera o so victimas de “trabajos” en condiciones de semiesclavitud.
Los integrantes de este frente contra el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, hicieron un llamado a la Asamblea Constituyente encargada de elaborar la constitución local, para que su iniciativa sea sometida a discusión en el pleno.
La senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y diputada constituyente, Lizbeth Hernández, señaló que en esta Asamblea hay más de 17 iniciativas, de las cuales 12 son ciudadanas donde han reunido firmas para pedir que se derogue el derecho al aborto. Sus declaraciones dejan fuera a las mujeres que hemos peleado en las calles nuestro derecho con la consigna ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar, aborto legal, seguro, gratuito y en hospitales para no morir!
La diputada Cecilia Romero, constituyente del Partido Acción Nacional, mencionó que para ser una ciudad de vanguardia se debe respetar la vida en “primera instancia”. Explicó: “Por esto tendremos que luchar, es fundamental que en este espacio que nos hemos dado y con esta respuesta tan favorable de la sociedad mexicana a una invitación que se hizo a que se presentaran propuestas, tengamos la capacidad de sacar adelante esto que sí será de vanguardia, que sí será progresista”.
Nuestros cuerpos siguen siendo blanco de la ideología y la praxis conservadora. El patriarcado y sus instituciones han moldeado de diversas formas -sociales, culturales y legales- nuestra capacidad a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida. Actualmente la Iglesia y el Estado se unen para arrebatarnos los derechos que hemos conquistado.
El derecho a decidir sobre nuestros cuerpos
En abril del 2007 se despenalizó el aborto en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) hasta las 12 semanas de gestación, mientras que en los 31 estados continúa siendo un delito con sanciones desde 6 meses hasta 5 años de prisión, con excepciones causales que varían según el estado como violación o incesto, y peligro de muerte materna. En algunos estados se considera como homicidio con sentencias de más de 15 años.
Si te interesa, puedes consultar:Radiografía del aborto en México.
El tema del aborto es un tema de salud pública, debido a que las mujeres trabajadoras, estudiantes y amas de casa no tenemos acceso a hospitales privados o para salir del país y practicarnos un aborto, tampoco podemos acceder a una terapia psicológica que ayude a vencer la culpa que se nos impone sentir, ya que socialmente se nos designó el rol de la reproducción. Miles de mujeres se practican abortos en condiciones deplorables, sin ninguna atención médica, mientras que el Estado y la Iglesia nos condenan con su doble moral a morir a causa de abortos clandestinos.
Este bloque reaccionario, que hace gala de un discurso de protección y garantía por parte del Estado al derecho a la vida, orquesta una reacción violenta fomentando que seamos concebidas como máquinas de reproducción y coaccionando nuestro derecho a la sexualidad.
Esta iniciativa de aprobarse nos criminaliza y nos llevaría a que se practiquen abortos de formas sumamente peligrosas como son los brebajes con hierbas, los ganchos, pastillas, clínicas clandestinas, etcétera. Lo que no defienden estos políticos y la Iglesia es la vida de cientos de mujeres que en este país mueren por abortos clandestinos.
Y a quienes protegen es a millares de mujeres de las clases pudientes que sí tienen con qué pagar costosas operaciones, viajes a clínicas exclusivas y generosas limosnas, para que religiosamente se les perdone o sean sobreseídas en el caso de alguna acusación. Esas mujeres ricas, pudientes, sí tienen el derecho que nos pretenden conculcar a las mujeres de a pie.
Desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas nos oponemos a esta alianza reaccionaria y llamamos a las mujeres, a los y las trabajadoras y a la juventud a salir a las calles y defender el derecho a la legalización del aborto y no permitir el avance de este frente.
¡Ni una menos por abortos clandestinos!
¡Alto a la alianza reaccionaria del Estado y la Iglesia!