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Red Internacional
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La casta que lucra con el hambre. Imágenes exclusivas: los verdaderos saqueadores

En momentos de profunda crisis social y operaciones políticas entre los partidos tradicionales, esta semana hubo saqueos a supermercados. Las cámaras enfocan en las zonas populares y la juventud desesperada. La Izquierda Diario te cuenta quienes están detrás de los grandes saqueos cotidianos, esos que los grandes medios no muestran. Y quienes gobiernan para ellos.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Miércoles 23 de agosto de 2023 13:19

En estos días la crisis social y económica ha mostrado otra de sus facetas más desesperantes: los saqueos. Más allá de los debates sobre si hay intereses electorales que puedan alentar alguna de esas acciones (o su utilización mediática), nadie puede negar que tienen como trasfondo la miseria en que han hundido al pueblo trabajador.

Unicef calcula que solo en 2022 más de un millón de niños, niñas y adolescentes dejó de comer alguna comida diaria y redujo un 67% el consumo de carne y el 40% la ingesta de frutas, verduras y lácteos. Viven a pura harina. Por eso casi la mitad de las infancias tienen malnutrición.

Mucho se habla sobre los jóvenes detenidos por la feroz policía en alguna de esas acciones. Pero pocos hablan de los responsables del hambre y la desesperación. Las cámaras de seguridad buscan rostros, los medios hacen foco en alguien que se lleva una bolsa de pañales o un pack de gaseosas, qué importa. La operación oculta quienes son los que saquean el país y "la mesa de los argentinos" día a día. Quiénes son los responsables de la inflación, quienes ganan con las remarcaciones de precios, quienes hacen sus fortunas con el estómago de millones.

El gobierno habla de acciones orquestadas, Bullrich pide represión, Milei hace sus cálculos. Pero ninguno habla de los verdaderos saqueadores. La casta empresaria que concentra los campos, las vacas y plantaciones, los frigoríficos y grandes alimenticias, las cadenas de supermercados y todo lo que compramos en cualquier almacén o kiosko.

Los famosos “formadores de precios”. Los rostros de los Coto, los Braun Menéndez, los Pagani, los De Narváez, los Pérez Companc, los Vicentin, los Born, los Bemberg, jamás serán apuntados.

Ellos son los verdaderos saqueadores.

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La casta que nos hambrea

Si la inflación golpea en todos los rubros, en los alimentos en insoportable: estudios calculan que en muchos productos duplica el índice de precios general. Esos aumentos son una apropiación gigantesca de riqueza, de los bolsillos populares a un puñado de cuentas bancarias.

Hoy en Argentina, tres de cada cuatro productos que se venden en las góndolas pertenece a un puñado de 20 empresas. Unilever, Mastellone, Coca Cola, Sancor, Danone, Molinos Río De La Plata, Procter & Gamble, Pepsico Co, Arcor, Mondelez, Nestle, Bagley S.A., Molino Cañuelas, Ledesma. La cadena de comercialización también está concentrada: Carrefour, Cencosud (Disco, Jumbo y Vea), Coto, Walmart (Changomás) y La Anónima terminan de “remarcar” las ganancias capitalistas.

En los últimos años se ha comprobado que esas grandes empresas, algunas multinacionales y otras del “empresariado nacional”, hicieron maniobras para evitar los (flojos) controles de precios, que remarcan los precios como si los vendieran en Europa, que realizan estafas como Vicentín, que subfacturan exportaciones y todo tipo de estafas. Un estudio mostró que nueve de las diez familias más ricas de la Argentina figuran en los Pandora Papers con sociedades y fideicomisos offshore. En esta nota de La Izquierda Diario mostramos cómo muchos de ellos fueron financistas de los grandes genocidios argentinos, desde la “campaña del desierto” para quedarse con millones de hectáreas hasta el golpe de 1976. La Sociedad Rural, el Centro Azucarero, la Cámara de Comercio, la Copal (grandes alimenticias) o el Centro de Exportadores de cereales cuentan billetes con las manos manchadas de sangre.

Por eso podemos decir que estamos ante los grandes y verdaderos saqueadores. Veamos algunos de sus nombres y negocios.

Gregorio Pérez Companc y familia. Fortuna: US$ 3.900 millones. Dueño de Molinos Río de la Plata y sus marcas: Luchetti, Matarazzo, Gallo, Granja del Sol, Favorita, Vitina, Cocinero, Blancaflor, y la lista puede continuar. Además tiene Tambos San Isidro y otras empresas agroindustriales.

Federico Braun y familia - US$ 1.300 millones. Como parte de la oligarquía favorecida por el saqueo de tierras en la fundación del Estado argentino, sigue teniendo miles de hectáreas de campos y animales. Pero además son dueños de La Anónima, una de las cuatro cadenas de supermercados más grandes del país.

Familia Urquía - US$ 1.200 millones. Son los dueños de Aceitera General Deheza, una de las principales exportadoras de aceites. Además es líder en producción y exportación de maní y tiene uno de los criaderos porcinos más grandes del país. Fue senador nacional por el kirchnerismo.

Eduardo Costantini - US$ 1.200 millones. Además de dueño de Nordelta y muchas de las grandes torres de edificios, tiene campos y frigoríficos como Rioplatense, uno de los más grandes del país.

Alfredo Coto y familia - uS$ 1.100 millones. Alfredo Coto es el supermercadistas más conocido del país. Tiene 110 sucursales pero además es dueña de frigoríficos y plantas avícolas. Hace fortunas con la inflación y en 2001 obligó a sus empleados a armarse para defender sus negocios de los saqueos por el hambre.

Francisco De Narváez – U$S 970 millones. El grupo del mediático empresario compró la cadena Walmart (Changomás), que cuenta 92 sucursales y 8.500 empleados en la Argentina. Además tiene cadenas en Uruguay y Ecuadro (Ta-Ta) y otros negocios de consumo masivo.

Luis Alejandro Pagani y familia - US$ 950 millones. Es el dueño de Arcor. Aunque está asociado el mundo de las golosinas, la empresa se ha diversificado a muchos productos de consumo masivo: alimentos, chocolates, galletas, helados, pastas, comprando otras marcas como La Campagnola.

Familia Vicentín - US$ 860 millones. Famosos en los últimos años por sus estafas y negociados, es uno de los mayores exportadores de productos de soja, tiene aceiteras, frigoríficos (Friar), lácteos (parte de SanCor) y otros productos.

Carlos Pedro Blaquier y familia - US$ 830 millones. Son una de las familias tradicionales de la Argentina. Construyeron su imperio a sangre y fuego en el norte argentino. Tienen miles de hectáreas de cañas de azúcar, frutas y otras plantaciones (Ledesma), además de la cría de cerdos.

Carlos Miguens Bemberg y familia - US$ 820 millones. Beneficiados con el reparto de tierras de los pueblos originarios y del Estado nacional hace 150 años, son reyes en el negocio de bebidas, pero también tienen miles de hectáreas de campos, negocios agroindustriales, entre ellos el limón.

Daniel y Pablo Lucci - US$ 680 millones. La familia oriunda de Tucumán es una de las mayores industrializadoras de limón del mundo (Citrusvil). También tiene cultivos de soja, trigo y maíz, el engorde a corral bovino, caña de azúcar y una mega planta de crushing de soja.

Familia Born - US$ 510 millones. Fueron sinónimo del poder capitalista en Argentina. Aunque ahora maneja sus operaciones desde Nueva York, tiene 192.000 hectáreas de campos solo el territorio argentino, con negocios sojeros y ganaderos.

Wood Staton - US$ 900 millones. Fundador del primer local de McDonald’s en Argentina y tiene el derecho de las operaciones en toda América Latina.

Hay muchas otras familias y grupos empresarios que concentran negocio agroindustriales, alimenticios o de supermercados. La familia Brito, banqueros ligados a Sergio Massa y una fortuna de 1500 millones de dólares, tiene la ganadera Juramento -dueña de más de 87.000 hectáreas y 54.000 animales. Las familias Borrell, Riusech y Solassi concentran el 20% de la venta de carne en Argentina, aunque los grupos más grandes son los brasileños JBS y Marfrig. Los Mastellone son los históricos dueños de La Serenísima que luego de fundirla vendieron a Arcor y Danone. Rubén Cherñajovsky, con una fortuna de US$ 780 millones, además de plantas de electrodomésticos tiene una división alimentos (NewSam Food) que exporta al mundo todo tipo de productos. Y así podríamos seguir.

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Basta de gobernar para Pagani, Coto y Mondelez

No se puede mirar de brazos cruzados mientras los pibes y pibas se enferman de hambre. Hoy. No hablamos siquiera de su futuro.

El peronismo y el macrismo-radicalismo han gobernado, con sus diferencias, para los “formadores de precios”. Cuando las organizaciones sociales marchan a Desarrollo Social les sacan el pan delante de la boca. Las propuestas de Milei van profundizar ese ajuste, con la dolarización que pulverizará los salarios, con más libertades a los empresarios para cobrar lo que quieran y despedir.

Solo el Frente de Izquierda tiene una salida.

Por un lado, las 10 medidas que contamos en esta nota, empezando por un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y programas sociales, con un Ingreso Familiar de Emergencia para todos. Pero también medidas de fondo para que la crisis no la pague el pueblo trabajador.

Por otro, el camino para lograrlo. Es urgente que la clase trabajadora intervenga en la crisis, imponiendo a las conducciones de la CGT, las CTA y las organizaciones sociales que convoquen a un plan de lucha nacional y un paro general activo.

Hay que poner de pie a la clase trabajadora para reorganizar el país desde abajo. Para que los 44 millones puedan comer según sus necesidades, para que los pibes puedan crecer, aprender y jugar, para que no tengamos que laburar 12 horas para llenar los bolsillos de un puñado de parásitos. Para vivir bien.

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Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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