Con la participación del Centro Cultural La Toma, el Movimiento de Trabajadores Excluidos de Rosario, Madygraf bajo gestión obrera, el programa Impulsar de Ciudad Futura y las y los trabajadores del call center, se compartieron anécdotas, historias y experiencias sobre el control de la producción, y la necesidad de la unidad con las demás organizaciones y la pelea por los puestos de trabajo.
Domingo 28 de febrero de 2021 00:06
Rosario: Importante asamblea de empresas recuperadas y autogestivas en Hey Latam - YouTube
La reunión comenzó con Agustín Herrero de Hey Latam quien contó un poco el encuentro con los trabajadores del frigorífico Arrebeef en Pérez Millan, a kilómetros de Ramallo en la provincia de Buenos Aires, en la cual también participaron las y los trabajadores de Madygraff bajó gestión obrera. Luego comentó que la convocatorio nació luego de que en la asamblea del martes se discutiera y se votara la permanencia pacifica en el edificio de Hey Latam para resguardar los bienes y evitar el vaciamiento de la empresa, tras no obtener ningún tipo de respuestas en 90 días de acampe. “Fue muy emocionante entrar y pensar la posibilidad, que ya veníamos discutiendo, de conquistar la continuidad de los puestos de trabajo bajo nuestra gestión y pedirle al Estado que nos dé trabajo, constituyéndonos como cooperativa.”
Además dijo que si bien, “la puesta en pie de la cooperativa no es nada sencillo”, destacó que es “una lucha que hay que dar”. “Nosotros no empezamos de cero, sino que recogemos una tradición que tiene la clase obrera argentina como en el 2001 después de un proceso de recuperación de fábricas y la puesta en producción cuando los patrones las abandonaban”. Por ultimo exigió al estado de que “nos pueda garantizar los puestos de trabajo”.
Luego tomó la palabra Carlos Ghioldi que hizo un repaso de la historia de La Toma, el ex supermercado Tigre; la primera toma del 91, luego la del 2001, y el apriete judicial con órdenes de desalojo recurrentes. Dos de las cosas que los ayudó más a sobrevivir fue abrir el establecimiento hacia las demás organizaciones en lucha, y además el mismo fenómeno de toma de empresas. “Nosotros tenemos una enorme desgracia y es que todavía sigue vigente una sentencia de desalojo, que ya es inapelable y solo esta pendiente que se ejecute”. Finalmente dijo que “estamos hace 20 años peleando contra un desalojo y la única manera de resistir fue transformar el lugar para que esté lleno de organizaciones populares”.
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Luego fue el turno de Jorge Medina de Madygraf, quien contó que cuando cerró la gráfica ex Donelley, la empresa se encontraba entre las lideres del mercado hasta que un día se encontraron con el cierre del establecimiento. La ventaja, según Medina, es que ya contaban con una organización previa, y que ya venían teniendo discusiones con trabajadores de otras fábricas con las que intercambiaban experiencias de lucha como en Kraft o Lear. En la ex Donelley venían de hacer paros en solidaridad contra las condenas judiciales a los petroleros de las Heras o los despidos en el cordón de la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Tras el cierre de la planta, los trabajadores lograron demostrar que la quiebra era una estafa, que ya se venía desviando la producción a otros talleres, y que se trataba de un vaciamiento. Aun si, la Justicia decretó la quiebra y los trabajadores tomaron la fabrica y la pusieron a producir.
Luego contó las dificultades que se encuentran las empresas recuperadas ante el mercado capitalista, como por ejemplo competir con monopolios como Clarín que establecen los precios de la producción. Destacó que el modelo de cooperativa tiene dos patas, la productiva, y por el otro la política, “que eso es una lucha permanente”; rodearse de solidaridad y buscar el fin que es la estatización bajo gestión de los trabajadores. La gestión obrera demostró que puede generar puestos de trabajo, y que pueden, al mismo tiempo, cumplir una función social, como por ejemplo, cuando imprimieron cuadernos para repartir a las escuelas públicas. Durante la pandemia, reconvirtieron una parte de la fábrica para la producción de material sanitizante que fueron donando a los hospitales públicos. También contó lo agobiante de la autogestión y la poca ayuda que recibieron del gobierno. Madygraff no recibió ningún tipo de ATP o subsidios y fueron destinados íntegramente a las empresas privadas. Tampoco recibió ningún tipo de exención impositiva, lo que conlleva a lidiar con facturas de servicios astronómicos. Por ultimo destacó la importancia de la coordinación con todos los sectores en lucha, y la independencia de los gobiernos y los empresarios.
María de los Ángeles de Madygraf destacó la importancia de la comisión de mujeres: "Llegamos a comprender que cada vez que se tocaba a un trabajador, cada vez que la patronal avanzaba sobre algún compañero en realidad se estaba avanzando sobre el conjunto de las familias trabajadoras, nosotras las mujeres sabemos de eso porque organizamos la economía del hogar, y por eso el destino de nuestro compañero de vida recae sobre el conjunto de la familia. Ese fue el puntapié inicial que nos llevó a las mujeres de Madygraf, a compañeras, hermanas, a llevar esa lucha de recuperación, de la fuerza de la organización obrera, recuperando la comisión interna, poniendola al servicio de las distintas necesidades que tenían los trabajadores que dieron peleas impresionantes, como por ejemplo la pelea por los tercerizados y contratados, ustedes saben que en los lugares de trabajo la división que existe es muy brutal, nos dividen en mujeres y hombres, nativos y extranjeros, contratados, efectivos o tercerizados, esto es algo que toman los sindicatos muy en serio para mantener esa visión”.
Luego fue el turno de Natalia Martínez del programa Impulsar de Ciudad Futura, que contó que la organización tiene dos cooperativas, por un lado el Tambo la Resistencia, y también el Distrito 7 y destacó que el modelo cooperativo es el modelo de trabajo en el que se puede aprender todos los días sobre las fábricas recuperadas, para intentar otro modelo, otra alternativa de laburo.
Por último fue el turno de Agustín Saint Jean del MTE que dijo que si bien ellos no son una empresa recuperada, “hay procesos que están buenos para compartir, que tienen que ver con el despertar de una lucha a raíz de las injusticias de un sistema en el que estamos inmersos, nosotros nos organizamos día a día para combatir con negocios inmobiliarios, o contra los lobbys que arman los grandes sojeros.” Luego dijo que “nosotros estamos contra ese sistema de producción y frente a eso la organización, también demostrando que se puede dar respuesta a los problemas”.
Luego de las intervenciones, se abrió la ronda para las preguntas e inquietudes, en un clima de aprendizaje y de lucha, donde el intercambió generó un clima emotivo y fraternal.