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Red Internacional
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Actualidad. Imputan al senador Alperovich por presunto abuso sexual y piden que la causa se unifique en Capital

Tras la denuncia al senador peronista y tres veces gobernador de Tucumán, José Alperovich, el Ministerio Público Fiscal informó que se iniciaron acciones en su contra, por el presunto abuso sexual de una sobrina suya. Además, solicitan la incompetencia de la justicia tucumana.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Miércoles 4 de diciembre de 2019 13:56

Mientras se realizaba en el Congreso Nacional la jura de los nuevos diputados entrantes, el Ministerio Público Fiscal informó que se iniciaron acciones contra el senador peronista y tres veces gobernador tucumano, José Alperovich.

A Alperovich, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°10 de la Capital Federal y la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), lo acusan por delitos contra la integridad sexual de una sobrina suya.

Además, el Ministerio Público Fiscal informó que también solicitó que se declare la incompetencia de la justicia tucumana, donde la joven radicó otra denuncia con la misma acusación. Por su conexión con la causa que tramita en la justicia nacional, piden entonces que se remita allí.

Recordemos que el senador tucumano, actualmente de licencia en sus funciones, fue denunciado por abuso sexual por una sobrina y empleada suya. La joven, que se presentó ante el Poder Judicial tucumano y ante la justicia porteña, afirmó con una carta que sufrió violencia “sexual, física y psicológica” por parte del senador, durante un año y medio, tiempo en el que dependió laboralmente de él.

En sus redes sociales, Alperovich se consideró "víctima de denuncias", afirmó que la imputación era "absolutamente falsa", se negó a pedir la licencia -a la que accedió luego de numerosas presiones- y dijo que demostraría su inocencia "a la corta o a la larga".

El doble filo de la sororidad

El miércoles pasado, la licencia de Alperovich se convirtió en oportunidad para que el nuevo oficialismo y la nueva oposición se pronunciaran en la sesión preparatoria, dos días después de una nueva movilización contra la violencia machista, en la que sus organizaciones estuvieron ausentes.

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Tras las declaraciones del presidente electo, Alberto Fernández, que afirmó que "si la denuncia es cierta, es muy grave", la peronista Norma Durango (Frente de Todos), que preside la Comisión Banca de la Mujer, leyó un comunicado. “Nos solidarizamos con las mujeres que han sido abusadas o acosadas, dentro y fuera de este Senado”, dijo.

La tucumana Silvia Elías de Pérez (UCR-PRO) también leyó un texto y recordó haber pedido alguna vez la aplicación del Protocolo contra la Violencia de Género.

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Elías de Pérez, opositora al Frente de Todos pero cercana en sus posiciones a Juan Manzur, a Alperovich, a las cúpulas de las Iglesias y a los grupos antiderechos, jamás defendió la lucha por los derechos de las mujeres y disidencias, pero esta vez reclamó a la justicia tucumana que actúe “con celeridad”.

Se llama impunidad

Hace unos días, a raíz de este hecho, la diputada Myriam Bregman afirmaba por su parte que "la impunidad solo genera más impunidad". Y efectivamente, eso es así. Por eso es difícil creer en la "sorpresa" de las legisladoras que representan a los nuevos oficialistas y opositores del Senado, aunque desde ya se comparta que es necesario garantizar la protección de las víctimas de la violencia machista, como hemos exigido incansablemente en el Congreso y en las calles desde el Frente de Izquierda.

Y además, decir que "la impunidad sólo genera más impunidad", implica advertir que no alcanza con pedir la "aplicación de protocolos" o "conmoverse" ante las denuncias una vez que éstas trascienden.

Las denuncias que recaen hace años sobre el tres veces gobernador del peronismo, no son desconocidas para nadie y mucho menos para el poder político que sostiene al Senado de la Nación, o para el Frente de Todos, la alianza que integra.

Independientemente del pedido del Ministerio Público Fiscal (o no tanto), ya cabe hacer una reflexión más profunda: alrededor de la misoginia y de la impunidad de Alperovich, la justicia, los funcionarios políticos y los partidos mayoritarios siempre respondieron con un silencio ensordecedor. El silencio que también garantiza impunidad.

El femicidio de Paulina Lebbos y el brutal entramado de encubrimiento que tejieron diversos funcionarios estatales, entre los que sigue siendo investigado el propio senador Alperovich, justamente por el encubrimiento de esa fiesta de "los hijos del poder", entre los que se encontraba el suyo, y donde se vio a Paulina con vida por última vez; el caso de Belén, presa por sufrir un aborto espontáneo, como tantas otras jóvenes y pobres criminalizadas por causas similares durante sus gobiernos, son sólo dos antecedentes.

El acoso televisado hacia una periodista tucumana; sus reaccionarias declaraciones contra el derecho de las mujeres a no morir por la clandestinidad del aborto; su papel de garante de impunidad para las redes de trata, como demostró la causa por la desaparición de Marita Verón; sus gestos hacia las cúpulas de las Iglesias, como los que se vieron durante el debate de aborto en el Congreso, también hablan de esa impunidad. Una impunidad que fue construida a la vista y con el aval de Todos.

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Como mostraron con su organización las mujeres que arrancaron a Belén de la cárcel, para que no haya más impunidad no sólo es necesario que se apliquen protocolos de violencia que instruyan en el proceder de tal o cual institución. Ante todo, es necesario que se investigue cada hecho sin las ataduras que impone el interés de los gobiernos de turno, de los funcionarios políticos, de los poderosos, de los amigos y de los hijos del poder.

Que se termine con el entramado de impunidad que protege a los que garantizan el negocio de las redes de trata, la explotación sexual y los asesinatos de mujeres como si fuéramos cosas; que se termine con la doble moral del poder político, ese detestable doble estándar al que asistimos con el debate de aborto en el Congreso, con personajes como Alperovich hablando en nombre de "la vida" y condenando a las mujeres a la muerte, depende en parte de ello.