La coalición de derecha de la Liga Norte, Forza Italia y Hermanos de Italia obtuvo el 37,08%. Pero el M5S fue el partido más votado, alcanzando un 32% de los votos. Sin embargo, nadie obtuvo mayoría para formar gobierno. Incertidumbre y crisis de gobernabilidad.
Lunes 5 de marzo de 2018 09:34

Las elecciones del domingo en Italia dieron como ganadora a la coalición de derecha de Liga Norte, Forza Italia y Hermanos de Italia que obtuvieron juntos alrededor del 37,08 % de los votos, pero con los datos oficiales disponibles, no es suficiente para garantizar la mayoría necesaria que permita formar un Gobierno en Italia. Por su parte, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) obtuvo el 31,78% de los votos, siendo el partido más votado, y obtendría unos 230 escaños, pero la mayoría absoluta es de 316. El escenario de la política italiana poselectoral está abierto.
El movimiento fundado por Beppe Grillo se hace con casi el doble de los alcanzados por Forza Italia (FI), del ex primer ministro Silvio Berlusconi, con 13,82%, que lidera la coalición de derecha que reúne en conjunto más votos. La Liga Norte, con el 18,37% de los votos, es el segundo partido más votado luego del M5S.
Los resultados obtenidos por el M5S no tardaron en ser calificados de "apoteósicos" por su diputado Alessandro di Battista, uno de los pocos políticos que comparecieron ante los medios durante la madrugada. "Los datos demuestran que todos deberán venir a hablar con nosotros. Es la mayor garantía para el pueblo italiano. Deberán utilizar nuestros métodos de transparencia, corrección, credibilidad, basado en las propuestas", afirmó en una breve intervención ante los medios en Roma.
Di Battista pareció indicar con estas declaraciones que su formación podría estar dispuesta a hablar de coaliciones para llegar al Gobierno, lo que supondría un cambio en su política de rechazo categórico a colaborar con los partidos.
Por otra parte, el Partido Demócrata del primer ministro saliente, Paolo Gentiloni, y que ha gobernado Italia en los últimos cinco años, reconoció su derrota "neta y muy clara" en las elecciones, en las que la coalición que lidera se sitúa en tercera posición. "Claramente se trata de un resultado muy claro en su negatividad", reconoció en una breve conferencia de prensa el ministro de Agricultura en funciones y mano derecha del líder, Matteo Renzi, Maurizio Martina.
La división entre el sur y el norte
El mapa político italiano tras las elecciones de ayer muestra una clara división entre el sur, donde triunfó el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), y el centro y norte del país, dominados por la coalición de derechas de Liga Norte, Forza Italia y Hermanos de Italia.
Pero el resultado electoral fragmenta aún más a los ya divididos norte y sur del país, y se escenifica con este voto la protesta del sur por las políticas del pasado. Las regiones del sur de Italia y las islas de Cerdeña y Sicilia, antiguo bastión de FI, se tiñen en los mapas de los resultados del intenso amarillo que representa al M5S.
Según estos resultados, el partido que lidera el joven Luigi di Maio, de 31 años, se haría con todos las circunscripciones uninominales en las que se divide Sicilia y Cerdeña.
En una región donde por tradición se registra la mayor abstención del país, los "grillinos", como se conocen a los correligionarios del fundador del partido Beppe Grillo, sumarían el 47 % de los votos.
También destaca la victoria en la sureña Campania, donde en Nápoles uno de los líderes del M5S, Roberto Fico, en la circunscripción en la que se presentaba ha conseguido el 58 %, mientras que los demócratas, que gobiernan en la región, se han quedado por debajo del 20 %.
Para la tercera economía de la zona euro lo que prima este lunes es la incertidumbre. Para lograr la gobernabilidad en Italia, se deberán recurrir a pactos que aún no están muy claros. El M5S hasta ahora se había negado a hacer alianzas. Pero anoche cambió el panorama. La pregunta es una alianza entre quienes. Algunos analistas arrojan un posible pacto, temido por la UE, entre la Liga de derecha y el M5S. Sin embargo, otros ven como más probable una alianza entre este y los demócratas, que ayer obtuvieron un pésimo resultado. Estará por verse, pero otra vez, estamos ante una nueva expresión de la crisis del bipartidismo y los partidos tradicionales, lo que a su vez se expresa en la baja concurrencia electoral. Una nueva crisis de gobernabilidad en la UE.