El mandatario sobrevoló las áreas metropolitanas golpeadas por lluvias que dejaron 24 fallecidos. La situación irregular de esas construcciones se debe a la falta de viviendas por culpa de la especulación inmobiliaria.
La Izquierda Diario @izquierdadiario
Martes 1ro de febrero de 2022 20:39
Durante una visita a las zonas de San Pablo que más sufrieron las lluvias torrenciales de la semana pasada, el presidente Jair Bolsonaro no tuvo tapujos en decir que a algunos de los afectados les "faltó visión de futuro" después de construir sus casas, y así responsabilizar a los afectador por las inundaciones.
Hasta el momento, según datos oficiales, al menos 24 personas –entre ellas 8 niños- murieron por las fuertes lluvias y los desprendimientos de tierra que generaron, luego de varios días intensas precipitaciones en algunas regiones del estado.
El Ejecutivo nacional ya rechazó –a través del ministro de Desarrollo Regional, Rogelio Marinho- el pedido del gobernador de San Pablo, Joao Doria, de una partida de 470 millones de reales (89 millones de dólares) para la construcción de obras anti inundaciones.
Por su parte, el gobernador Doria no pasó de declaraciones de ocasión ante la tragedia pero durante los últimos años no tomó medidas para mejorar las condiciones de vida de millones, y en varias ocasiones actuó desalojando a miles de personas de los barrios más pobres de las grandes ciudades paulistas.
En la ciudad de Franco da Rocha, la propia comunidad se movilizó y varios voluntarios ayudan en las excavaciones, que no pueden contar con máquinas, ya que aún hay esperanza de encontrar personas con vida. En el noroeste del Gran São Paulo, la ciudad de Caieiras, Francisco Morato, Várzea Paulista y Franco da Rocha fueron las más afectadas. Cientos de personas sin hogar, muchos han ido a casa de familiares y otros están en albergues.
Varios arroyos y ríos se desbordaron en al menos 11 municipios del Gran San Pablo, la región metropolitana más poblada de Sudamérica con 20 millones de habitantes.
Los árboles caídos, los caminos cerrados, los derrumbes, producto de las fuertes lluvias que azotaron el nordeste y golpearon a San Pablo afectan especialmente a los trabajadores y sectores más pobres de la región que, expulsados de las grandes ciudades producto de la especulación inmobiliario que favorece a un puñado de empresarios, se quedan con los restos de las ciudades, zonas con riesgo de derrumbes e inundables.
No es "falta de visión de futuro" como dijo Bolsonaro, es producto de un sistema que favorece la ganancia de un puñado de empresarios a costa de la vida de los sectores más precarizados de la sociedad.
Sobre las consecuencias de las inundaciones Marcello Pablito, referente del Movimiento de Trabajadores Revolucionarios de Brasil, declaró en Esquerda Diario que "Esta es una tragedia anunciada todos los años, pero que, con la irracionalidad capitalista, está alcanzando niveles cada vez más absurdos que afectan más profundamente la vida de la población, especialmente de las masas negras y pobres. Las personas se ven obligadas a vivir de manera precaria e irregular por la especulación inmobiliaria, que les impide vivir en lugares saludables, mientras se construyen departamentos de lujo, como pudimos ver con la reciente huelga de los trabajadores de MRV en Campinas. Y muchos de estos edificios, a menudo enteros, están deshabitados. Esta situación no se desliga del salto a los ataques al medio ambiente que viene impulsando el gobierno de Bolsonaro junto a sus ministros, a favor del agronegocio, generando caos de incendios y desequilibrio ambiental".
Pablito agregó que para dar respuesta a la crisis "existen medidas urgentes como brigadas de trabajadores para el rescate y asistencia de emergencia de los afectados; socializar casas desocupadas, reconstruir las destruidas, mejorar las existentes, socializar hoteles para construir albergues. Unido a ello, poner en marcha un plan de obras públicas para la reconstrucción y prevención de las zonas afectadas y las que sufren la posibilidad de inundaciones. Tal medida aún generaría empleos para la situación de desempleo que enfrentamos porque los capitalistas descargan su crisis sobre nuestras espaldas. Y este plan tiene que ser gestionado por los trabajadores y con el control de la población, así como con la liberación de todos los subsidios necesarios para asistir a los afectados y a los que aún puedan estarlo".