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Red Internacional
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COVID-19. Indignante: Grupo Salinas ignora la crisis sanitaria y envía a todos a trabajar

Argumentando “compromiso con los mexicanos” frente a la urgencia de “detener la tempestad económica”, Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas, anunció junto a sus directivos empresariales que la vida debe continuar y “no puede detenerse”.

Yara Villaseñor

Yara Villaseñor Socióloga y latinoamericanista - Integrante del MTS - @konvulsa

Miércoles 25 de marzo de 2020

Planteó que el riesgo de muerte del covid-19 es mínimo, y que el principal riesgo no es el coronavirus sino el hambre producto que la gran mayoría de la población vive al día y de que la cuarentena ha dejado sin ingreso a millones de mexicanos.

Para evitar el saqueo y el caos, planteó que la vida económica debe continuar y reforzó la posición de AMLO de continuar la vida con toda normalidad, acusando a la oposición política de propagandizar el riesgo del covid-19 para golpear la popularidad del gobierno, pues el “aislamiento conduce al desastre”.

Al igual que Salinas Pliego, varios empresarios apelan a la continuidad de actividades normales para mitigar el efecto que ya tienen en la economía las tendencias recesivas internacionales. Sin embargo, lo que vemos en varios países donde la curva de contagio aceleró rápidamente y las patronales se negaron a suspender actividades económicas no indispensables, será sólo por la vía de la acción y lucha de la clase trabajadora que podremos enfrentar esta crisis sanitaria.

Laborar en condiciones insalubres, sin agua o jabón, con jornadas extenuantes, sin mantener distancia entre compañeres de trabajo, sin tests masivos para detectar quienes están infectados aunque no presenten síntomas, es un enorme riesgo para las y los trabajadores.

Huelgas espontáneas se han extendido en Italia hasta convocar hoy una huelga general para imponer la paralización de la industria en sus ramas no esenciales, frente a la negativa de los patrones de frenar actividades que exponen al contagio a las y los trabajadores.

Lo mismo ha pasado en el Estado Español, Estados Unidos y Argentina: obreros, docentes, médicos, trabajadores precarizados cuestionan que la respuesta a la crisis sanitaria no puede ser priorizar las ganancias de los empresarios, como vienen haciendo los gobiernos a su servicio.

Contra la lógica del capitalismo, hace falta reconvertir la producción para que se fabriquen inmediatamente insumos básicos, medicinas y material sanitario necesario, como cubrebocas, alcohol en gel, etc. Medidas que incluso está discutiendo la patronal de Ford o Jaguar con los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra frente al riesgo de desabasto.

Además, hay que poner en pie comisiones de higiene y salud en cada centro de trabajo, organizadas por los mismos trabajadores, para vigilar la correcta aplicación de las medidas sanitarias y administrar los recursos para enfrentar la crisis del covid-19.

Estas medidas deben avanzar con la perspectiva de imponer el control obrero de la producción en toda fábrica que cierre, despida o “descanse” sin goce de sueldo, así como en todas las que se nieguen a garantizar condiciones mínimas de seguridad para evitar el contagio de sus trabajadores. Solo así podremos reorganizar la producción y la economía contra las ganancias de los empresarios, para ponerlas al servicio de las necesidades del pueblo pobre y trabajador.

La donación multimillonaria de Grupo Salinas al gobierno mexicano, prometiendo construir un hospital en Oaxaca, solo demuestra que con una mísera parte de sus ganancias podría cubrirse la atención médica de millones.

Pero no nos bastan sus migajas, hay que pelear por implementar impuestos a las grandes fortunas, como la de los Slim o los Salinas Pliego, y desde ahí financiar todo lo necesario para un sistema de salud que centralice la salud pública y privada, acabe con la atención de primera y segunda, y cubra todo lo necesario para minimizar las consecuencias de la pandemia que aún estamos por ver.